Para entender un poco estos dos términos vamos a comenzar por sus respectivos conceptos, un vino hecho de un ensamblaje quiere decir que está hecho de más de una uva
Sommelier Homero Martínez
Para entender un poco estos dos términos vamos a comenzar por sus respectivos conceptos, un vino hecho de un ensamblaje quiere decir que está hecho de más de una uva, también se les llama coupage o blend, el término va a depender de lo que al productor le parezca más adecuado para su mercadeo.
Fuente: Archivo Vinos.-
Cuando hablamos de un vino varietal es que el mismo está hecho de una sola uva, es un término que se ha prestado a muchas confusiones ya que la palabra varietal la asocian con variedad de uvas y no es así. ¿Pero de dónde proviene todo este dilema con las uvas?, se remonta al pasado en que los llamados vinos del viejo mundo que vienen a estar representados en su gran mayoría por los vinos europeos, se hacían de varias uvas, sacando provecho de lo mejor de cada una, un poco de color, un poco de acidez, algo de tanicidad, en fin, ingredientes que cada enólogo o productor consideraba necesarias para lograr un buen producto.
Al final lo que importaba era su terroir o terruño, tierra o entorno de donde provenía, de allí nacen los vinos de Borgoña en Francia, los vinos del Piemonte en Italia, entre otros; el que ha estudiado algo de estas denominaciones sabe qué uvas contiene pero es casi imposible determinar en qué cantidad están mezcladas porque a la final lo que importa es la zona donde se dan.
Cuando entramos en la era del nuevo mundo, países como Estados Unidos y Australia, pioneros en desarrollar la mejor tecnología para producir vinos de calidad, se presenta una polémica muy interesante, los caldos que se conocían eran los del viejo mundo pero sus leyes y reglamentos eran tan estrictos que no se podían usar sus nombres, así que éstos comenzaron a llamarlos por su variedad de uva y de allí nace esta gran diferencia que a veces tanto nos confunde a la hora de pedir un vino.
Creo que lo que cabe resaltar es que simplemente son dos filosofías totalmente diferentes, mas ninguna es mejor que la otra.
Tenemos que aprender a reconocer y calificar un vino por lo que es, por lo que nos da y nos hace sentir, más que por si es de una uva particular o de tal zona.
Hay que reconocer las virtudes de cada una, en los países del viejo mundo es la tradición y la identidad, en los del nuevo mundo la tecnología y el descubrimiento.
Cada Paladar elige su mundo, sea de hoy o sea de ayer usted siempre tendrá la última palabra, tendrá la ultima gota.
En los tiempos en que el mercado mundial estaba dominado por los europeos, la filosofía de elaboración permitía (y obligaba) el “ensamblaje” de caldos provenientes de distintas variedades. La importancia dada al origen geográfico del vino eclipsaba a las variedades originarias siendo estas, la mayoría de la veces, ignoradas por el consumidor final. Fue en América, libre de las restricciones europeas, que se comenzó a comercializar agresivamente vinos varietales (en el último cuarto del siglo pasado) publicitando este hecho de alguna manera al colocar la variedad de origen en sus etiquetas. Este tipo de vino se convirtió entonces en el “sello” de la producción de las bodegas del “nuevo mundo”, entendiéndose como “nuevo” todo lo que no era “viejo” es decir: América, Australia, África y algunas regiones de Asia. Las agresivas técnicas de mercadeo de las bodegas estadounidenses y los cambios en las preferencias del consumidor, obligaron a las bodegas europeas a adaptarse a los nuevos vientos del mercado y hoy día todas tienen en sus carteras productos varietales de alto nivel con su correspondiente reseña en las etiquetas. En general, todas las bodegas del mundo elaboran hoy tanto vinos varietales como ensamblados de óptima calidad.
Fuente: nortedigital.mx
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