Desde regalos románticos, hasta comidas y banquetes, pasando por celebraciones y banquetes, el chocolate y el vino suele presentarse muchas veces juntos, pero ¿van realmente bien?
Vino y chocolate suele ser una de las opciones más habituales para muchos enamorados a la hora de celebrar su aniversario, o en cualquier ocasión especial que implique algo de romanticismo, sin embargo, ¿es esta la mejor combinación?
Cuando se acerca el día de Navidad y Fin de Año, las ventas de vinos y espumosos se disparan. Igualmente se trata de fechas que anima la venta de bombones y todo tipo de chocolates.
Pero ¿vino y chocolate son la mejor combinación? Pues muchos expertos dicen que no. Aunque todo va depender de la pureza del chocolate. Cuanto más puro sea el chocolate, es decir cuanto más cacao contenga peor le sienta al vino. La explicación está en la composición del cacao muy similar a la del vino y con una alta tanicidad. De hecho, el cacao puro es prácticamente incomestible por sus altos niveles de taninos lo que saturaría el paladar y anularía por completo a cualquier vino.
La buena noticia es que el chocolate no es cacao. La mayor parte de chocolates contienen mucho más azúcares y grasas que cacao. Por ejemplo, en los bombones la concentración de cacao es muy baja y ello permite acompañarlo de ciertos tipos de vinos siguiendo algunas pautas básicas de maridajes.
Si optamos por tomar bombones o chocolates mantecosos, con altos niveles de grasas, un buen vino tinto seco y tánico casará perfectamente y lograremos una sensación placentera.
Si se trata de chocolates especialmente dulces (muy azucarados), busca vinos muy secos, un blanco puede servir.
Cuando nos encontramos ante postres que incluyen chocolate, un vino generoso suele ser una buena combinación.
Pero si te empeñas en tomar chocolate negro, es decir, de los de mayor porcentaje de cacao combínalo con un espumoso, un Cava o un Champagne brut o extra-brut (muy secos).
Los vinos de Jerez van muy bien en general con los chocolates y postres, la regla en los chocolates es emplear un generoso en relación inversa dulce-cacao. Es decir a mayor cacao, vinos menos dulces. Por ejemplo, un Pedro Ximénez o un Moscatel podremos maridarlo con bombones, pero un chocolate negro mejor con un fino o una manzanilla.
En definitiva, el vino no es realmente la mejor combinación cuando degustamos alimentos que contienen cacao, especialmente en grandes proporciones, simplemente porque no maridan bien, ahora bien si es posible encontrar buenas combinaciones con bombones y chocolates, donde la cantidad de cacao es mucho menor.
Fuente: VINETUR
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