Casa Lolea ha hecho de esta popular bebida un producto gurmet con un éxito arrollador y global
La de Casa Lolea es una historia de éxito y creatividad. En tan solo tres años, esta empresa aragonesa ha revolucionado el sector de bebidas con una sugerente propuesta: la sangría premium. Con su irrupción ha abierto incluso una nueva categoría de producto en el mercado gurmet, a la que se han acabo sumando grandes grupos como Freixenet o Pernod Ricard. Las cifras hablan por sí solas. En el pasado año vendieron casi un millón de botellas (971.000), un dato que ya ha sido superado en lo que va del 2016, en el que prevén llegar a 2,5 millones de unidades. Este filón tiene mucho que ver con la buena acogida del mercado exterior, con una red de distribución que se extiende a 37 países y que representa ya el 77% de sus ventas. En definitiva, va camino de convertirse en una marca global.
Foto: Casa Lolea |
Detrás de Lolea y sus alegres botellas de topos no hay una multinacional o una gran industria vinícola. Sus creadores son cuatro amigos, todos ellos aragoneses: Bruno Balbás, proveniente del mundo de la gastronomía y la hostelería; Javier Almalé y Nieves Añaños, profesionales del márketing y la comunicación; y Cheles Alcalá, bregada en la gestión y dirección de empresas. Tras darle vueltas a la idea de crear un negocio rompedor, llegaron a la conclusión de que en el mercado no existía una sangría de calidad ya preparada. Vieron la oportunidad y se pusieron manos a la obra. "Somos un equipo multidisciplinar pero complementario. Y con algo en común: las ganas de emprender. Siempre se nos están ocurriendo negocios", explica Añaños.
Su andadura comenzó en junio del 2013, con una primera tirada de mil botellas. Desde entonces la producción no ha parada de multiplicarse. Hoy trabajan en el proyecto una decena de personas de manera directa y la facturación rondó los 3,5 millones de euros en el 2015. La previsión para este año es de 6 millones de euros.
La elaboración de este cóctel patrio se realiza en la embotelladora de Jaraba (Zaragoza), a partir de una combinación personalizada de vinos de la zona de Cariñena, fruta y agua de manantial ligeramente frizzante.
El producto se vende, sobre todo, en la pequeña tienda gurmet a un precio de unos 8-9 euros la botella. También se encuentra en bares, restaurantes y en la gran distribución, sobre todo, fuera de Europa. Puede consumirse igualmente en los vuelos de la compañía Vueling o en los minibares de cadenas hoteleras como Meliá, Eurostars o Novotel.
La fórmula de éxito de Lolea descansa en dos pilares. Por un lado, la alta calidad del producto, que se hace con las mejores materias primas y siguiendo la máxima de que "cuanto más bueno es el vino, mejor es la sangría", apunta Añaños. Por otro, la imagen de marca y el diseño de la botella, que destaca por su aire fresco y divertido. Otra de las claves es la "gran demanda de bebidas de baja graduación alcohólica, dulces y con gas", un concepto en el que encaja Lolea.
La marca aragonesa cuenta con cuatro variedades: la Número 1 (la roja, hecha con cabernet sauvignon y tempranillo; la 2, de macabeo y chardonay; la 3 (Lolea Brut), de vino blanco espumante; y la 4 (orgánica), de garnacha. La compañía cuenta además con la marca Biba, dirigida al público más joven.
El negocio de Lolea se completa con vermutería en Barcelona, en plena zona turística, un modelo que estudia extender a otras ciudades como Oporto y Miami. "Nuestro sueño es que, algún día, en vez de pedir una sangría, se pida una Lolea", afirma Añaños.
Su andadura comenzó en junio del 2013, con una primera tirada de mil botellas. Desde entonces la producción no ha parada de multiplicarse. Hoy trabajan en el proyecto una decena de personas de manera directa y la facturación rondó los 3,5 millones de euros en el 2015. La previsión para este año es de 6 millones de euros.
La elaboración de este cóctel patrio se realiza en la embotelladora de Jaraba (Zaragoza), a partir de una combinación personalizada de vinos de la zona de Cariñena, fruta y agua de manantial ligeramente frizzante.
Calidad y diseño
El producto se vende, sobre todo, en la pequeña tienda gurmet a un precio de unos 8-9 euros la botella. También se encuentra en bares, restaurantes y en la gran distribución, sobre todo, fuera de Europa. Puede consumirse igualmente en los vuelos de la compañía Vueling o en los minibares de cadenas hoteleras como Meliá, Eurostars o Novotel.
La fórmula de éxito de Lolea descansa en dos pilares. Por un lado, la alta calidad del producto, que se hace con las mejores materias primas y siguiendo la máxima de que "cuanto más bueno es el vino, mejor es la sangría", apunta Añaños. Por otro, la imagen de marca y el diseño de la botella, que destaca por su aire fresco y divertido. Otra de las claves es la "gran demanda de bebidas de baja graduación alcohólica, dulces y con gas", un concepto en el que encaja Lolea.
La marca aragonesa cuenta con cuatro variedades: la Número 1 (la roja, hecha con cabernet sauvignon y tempranillo; la 2, de macabeo y chardonay; la 3 (Lolea Brut), de vino blanco espumante; y la 4 (orgánica), de garnacha. La compañía cuenta además con la marca Biba, dirigida al público más joven.
El negocio de Lolea se completa con vermutería en Barcelona, en plena zona turística, un modelo que estudia extender a otras ciudades como Oporto y Miami. "Nuestro sueño es que, algún día, en vez de pedir una sangría, se pida una Lolea", afirma Añaños.
Fuente: El Periódico de Aragón
No hay comentarios. :
Publicar un comentario
Aqui puede usted dejar sus comentarios los cuales siempre serán bien recibidos!!!