#CAFE La cafeína y tus hijos

La cafeína es un alcaloide encontrado en el té, chocolate y refrescos de cola. Se usa como estimulante y afecta por igual a niños y adultos. Un alcaloide es un compuesto químico que tiene importantes efectos fisiológicos en los seres humanos. Los más conocidos son: morfina, estricnina, efedrina y nicotina. La cafeína es la droga más común usada en el mundo. Su fórmula es C8H10N4O2. “El consumo alto de cafeína provoca diarrea, presión alta, respiración acelerada, palpitaciones e insomnio. La cafeína estimula el sistema nervioso central”. (The American Heritage Medical).

Padres de familia: ¿les sirven tazas de café a sus hijos menores de 18 años? ¿Por qué entonces los inducen a tomar refrescos de cola con cafeína? En Canadá se recomienda que los niños en edad escolar no ingieran más de 45 miligramos de cafeína al día. “El exceso de cafeína en los niños puede provocar inquietud y nerviosismo, molestias gastrointestinales, dolores de cabeza, dificultad para concentrarse, problemas para conciliar el sueño, aceleración del ritmo cardíaco y aumento de la tensión arterial”.

Los niños ingieren la cafeína que contienen los refrescos de cola. Si consumen una o más botellas de esa bebida de 355 mililitros al día, tienen más probabilidades de ser obesos. Los niños que beben demasiados refrescos con cafeína (suelen dárseles desde bebés), no reciben el calcio que necesitan para desarrollar dientes y huesos fuertes.

Beber demasiadas bebidas de cola con cafeína y azúcar puede producir caries debido a su alto contenido de azúcar y a la erosión del esmalte dental provocada por su acidez. ¿Es posible que el consumo de refrescos de cola puede dañar la dentadura de la población infantil y aun así se permiten? Un refresco azucarado de 355 mililitros contiene el equivalente a 10 cucharaditas de azúcar (49 gramos) y 150 calorías.

La cafeína que ingieren los niños en los refrescos de cola también se encuentra en el café, té, chocolate, helado de café, así como en medicamentos analgésicos

SALVADOR GARCÍA LIÑÁN

Fuente: El Financiero