La diversión está muy asociada a la repostería y sorprender con un dulce inusual es parte del juego. Así, en el dulce que proponemos hoy convertimos el café en comestible
Cuenta la leyenda que un pastor de Abisinia descubrió los estimulantes efectos que unos pequeños frutos rojos provocaban en sus cabras. La curiosidad le llevó a probarlo en infusión y aunque no llegó a Europa hasta el siglo XV, el consumo del café se ha generalizado por todo el mundo. Ya no es necesario desplazarse hasta Etiopía para saborearlo. En lugar de servirlo al final de la comida, ofrece una sorpresa inesperada e incorpóralo al postre. Elige la variedad que más te guste y disfruta de ¡un tonificante dulce!
Ingredientes
- 60 ml de café expreso
- 250 g de mascarpone
- 4 yemas
- 3 hojas de gelatina
- 60 g de azúcar
- 2 dl de nata montada
- 10 g de canela
- 15 g de cacao
- 50 g de galletas de canela picadas
- Unos granos de café para decorar
Elaboración
- Rehidrata la gelatina en agua fría.
- Calienta el café y disuelve en él la gelatina por completo. Deja templar a temperatura ambiente.
- Mientras tanto, separa las claras de las yemas y bate estas últimas con azúcar y unas varillas, hasta conseguir una crema suave y untuosa.
- Añádele entonces el queso mascarpone y mezcla con delicadeza.
- Incorpora seguidamente el café con gelatina sin dejar de mezclar.
- Vierte esta mezcla en tazas de cristal y refrigera para que la crema se enfríe y cuaje.
- Dispón en cada taza una cucharada de nata montada.
- Cubre con galleta de canela picada a cuchillo, espolvorea con cacao en polvo sin azúcar, canela y decora con unos granos de café.
- Degusta enseguida para que la galleta no se humedezca y se mantenga bien crujiente.
El truco final
Utiliza un expreso descafeinado para evitar que este postre te quite el sueño
ELENA AYMERICH
Fuente: Vanitatis - El Confidencial
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