Es muy importante que todos conozcamos cuáles son aquellos productos que no suponen un riesgo para las personas intolerantes al gluten.
Cuanto más natural es un producto libre de gluten, menor peligro hay de que este haya podido ser contaminado con trazas presentes en harinas y potenciadores de sabor. Peligros imperceptibles para el ojo humano que, sin embargo, pueden suponer un daño en el organismo de las personas que padecen celiaquía.
Para evitar caer en errores, lo más importante es conocer el semáforo de los celiacos, además de leer siempre el etiquetado para estar 100% seguro de que los ingredientes que se han elegido no son perjudiciales:
- Frutos secos al natural. Siempre que no sean revueltos industriales que se hayan podido condimentar con productos con trazas de gluten o que no se hayan tostado o frito después de haberlos pasado por alguna harina, los frutos secos están libres de estas proteínas. Además, hay algunas marcas que trabajan con harinas de arroz para evitar contaminarlos y que sean aptos también para los celíacos. Desde la Asociación Celíaca Aragonesa (ACA) advierten que hay que tener cuidado con "los higos secos, pues pueden haber sufrido contaminación cruzada por las harinas que puedan llevar. También, para evitar una posible contaminación cruzada de los frutos secos, debemos evitar comprarlos a granel y, por supuesto, comprar los que en la etiqueta nos aseguren “sin gluten” ni trazas", profundizan.
- Cacao en polvo. El cacao en polvo puro, es decir, el que se disfruta justo después de moler el grano está libre de alérgenos y gluten, lo que hace posible que lo pueda disfrutar todo el mundo. Eso sí, es importante que sea cacao y no chocolate, pues esto significa que ya ha sido procesado y mezclado con ingredientes que pueden contener trazas de gluten. "Cuanto más puro sea, mejor para el consumo celíaco. Los preparados de cacao en polvo, tanto para repostería como para añadir a lácteos, deben asegurar en la etiqueta que no llevan gluten. Por ejemplo: Colacao tiene gluten, en cambio la marca Nesquik lo hace sin gluten", explican desde la ACA.
- Embutidos. No son muchas las empresas que trabajan con los almidones vegetales en los que se encuentra el gluten, por eso, la gran mayoría son aptos para celíacos. Eso sí, conviene leer bien la etiqueta para no caer en errores. "Los embutidos y derivados cárnicos que pueden o no llevar gluten y, por tanto, deberán ir correctamente etiquetados son: chopped, mortadela, chorizo, morcilla, salchichas, albóndigas, patés, hamburguesas, Frankfurt…", enumeran desde la asociación aragonesa.
- Especias y condimentos naturales. Son esenciales para aportar sabores y aromas a la comida, pero muchas pasan por procesos de transformación en los que se mezclan con sustancias no aptas para celíacos. Las hierbas aromáticas y la canela en rama, especias en grano y sal se pueden consumir sin peligro. "Son preferibles las que llevan D.O., como el pimentón de la Vera, y con el comino molido hay que tener especial precaución, ya que puede sufrir contaminación cruzada" adviertes desde la ACA.
- Queso. Dejando de lado el queso rallado, mezclado con otros ingredientes, en crema o el cheddar (pues son transformados para su consumo), las diferentes variedades de queso están libres de contener trazas de gluten, salvo que la etiqueta especifique lo contrario. La premisa que nunca debe olvidarse con el queso es que cuanto más manipulado esté, más peligroso es. Y es que, tal y como especifican desde la Asociación Celíaca Aragonesa, "hay que observar que en la etiqueta ponga que no contienen gluten o que tengan los sellos de certificación de Face o la espiga barrada", concluyen.
Fuente: Heraldo.es
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