#VINOS | #ARMONIAS | Armonía perfecta: cómo maridar vinos y embutidos

Una buena tabla de fiambres necesita de un buen vino. Sigue estos consejos y sorprende a tus invitados.

Sea para compartir con los amigos en una reunión nocturna o para disfrutar antes de un almuerzo en familia, las tablas de embutidos y jamones siempre serán una excelente opción culinaria. Y aun mejor si se combina con el vino o la bebida espirituosa adecuada. Por eso, los expertos de Otto Kunzproponen estas exquisitas combinaciones para disfrutar con su amplia variedad de productos.

Otto Kunz propone algunos ideas para disfrutar con su amplia variedad de productos.

Los madurados

En esta línea de Otto Kunz destacan los sabores y aromas intensos. Algunos de estos son el prosciutto crudo y el jamón serrano, jamones de origen italiano y español, respectivamente. Estos embutidos son sometidos a procesos de maduración que superan los 8 meses, y en algunos casos llegan hasta 36 meses, como sucede con el jamón ibérico. Por la presencia de mucha sal en sus procesos, prueba acompañarlos con un vino fortificado seco, como el jerez, o con vinos jóvenes, más bien frutados, evitando vinos tintos con mucho tanino.

Chorizos gourmet

​Generalmente se cocinan en la parrilla y aquí la recomendación es buscar vinos que armonicen su nivel de cuerpo con el especiado de cada chorizo. Si se cuenta con un vino de cuerpo medio, como el tempranillo o malbec, la recomendación es buscar un chorizo que tenga sabores bien marcados y aromáticos. Prueba con el chorizo campestre, el chorizo al cognac o el chorizo al funghi.

Jamones cocidos

En esta categoría, los sabores van desde suaves y ahumados hasta otros más marcados. En este caso, el maridaje debe hacerse en función a la forma en que se presentará el jamón. Si es glaseado, el sabor agridulce es potenciado si se acompaña con vinos jóvenes o de medio cuerpo frutados. Por otro lado, si cuenta con una personalidad muy definida, como el pastrami de pavo o el solomillo ahumado, su combinación perfecta será un vino con mucho cuerpo como el cabernet franc, en el primer caso, y uno con tonos ahumado y frutados en el segundo.

Estas son solo algunas alternativas tradicionales. No temas explorar otras posibilidades y probar nuevas mezclas. Recuerda que para lograr un buen maridaje debes confiar en tu instinto y en tu paladar, el que siempre tendrá la última palabra. 

Fuente: El Comercio