El frosting de colores es un complemento perfecto para muffins y tartas con personalidad. Toma nota de los pasos de su receta y cocina auténticas obras de arte.
El frosting de colores es el complemento perfecto de cualquier muffin o tarta especial que queramos decorar. Con una combinación de sabores básicos y mucho color podemos crear la base principal digna de una pastelería de nivel.
El frosting se consigue gracias a una mezcla de ingredientes que dotan de dulzura a una base de mantequilla. Este alimento tiene sus puntos fuertes y débiles, pero resulta un básico de dulces como los croissants o las galletas. Le añadiremos el azúcar glas para que forme una mezcla realmente especial y el punto de vainilla capaz de hacer brillar el resultado. Toma nota de los pasos que debes seguir para tener listo un frosting de colores.
Ingredientes:
- 125 gr de mantequilla
- 125 gr de azúcar glas
- 1 cucharadita de esencia de vainilla
- Una pizca de colorante de distintos colores
Cómo preparar un frosting de colores
Preparar un frosting es una tarea sencilla, esta buttercream tradicional necesitará solo tres ingredientes para estar increíble. La mantequilla la tendremos a temperatura ambiente para poder trabajar mejor con ella.
Ponemos la mantequilla cortada en taquitos la empezaremos a batir hasta que quede como una crema. Le iremos incorporando el azúcar glass tamizado poco a poco hasta obtener un resultado final en el que los ingredientes se hayan duplicado de tamaño.
En ese momento con una crema que haya duplicado el tamaño y esté perfectamente integrada por esos dos ingredientes básicos, le vamos a poner la esencia de vainilla que será le encargada de darle el sabor especial.
Tenemos el frosting listo, llegará el momento de darle color. Separamos en distintos bols una cantidad similar de esta base. Le daremos el color necesario para poder destacar, el límite es la imaginación, pasará de tener un tono pálido a ir adquiriendo más color, en función de las cantidades de colorante.
Colocamos los distintos tipos de frosting en mangas pasteleras individuales. Para poder aplicar dos colores a la vez, colocaremos dos mangas en una más grande o usaremos una boquilla mayor que pueda poner ambas al mismo nivel.
El frosting siempre es mejor que repose, de esta manera ganará un poco de consistencia y se adherirá mejor a esa tarta o madalena que le estará esperando. A la hora de aplicarlo hay que tener un poco de pulso, no soltar hasta que no tengamos todo este ingrediente bien colocado. La imaginación será el límite en esta receta en la que reinará el color y el sabor mágico de un buen frosting.
Fuente: OK Diario
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