- Nata Pura vio la luz en 2013 pero ya está por todo el mundo
- La compañía tiene pasteles con sabor a té o frutas del bosque
- Actualmente, vende 500.000 pasteles al mes en 5000 tiendas
Los Pastéis de Belém o pasteles de Belém o nata son uno de los postres más importante de la gastronomía portuguesa. Su origen se encuentra en los monjes católicos del convento lisboeta de los Jerónimos, situado en la parroquia de Belém. Y hasta hace no mucho, solo era posible probarlos en Pastéis de Belém, una pastelería que desde el año 1837 fabrica este postre con la receta original y secreta de los monjes. Sin embargo, estos pasteles se están poniendo de moda por todo el mundo y ya tiene su propia cadena de restauración, Nata Pura.
Nacida en el año 2013, la empresa Nata Pura vio la luz con el objetivo de hacer por el pastel de Belém lo mismo que hicieron los Dunkin Donuts por los donus. Lo cierto, la compañía se expandió rápidamente gracias a una inversión de seis cifras de Portugal Ventures, una firma de inversiones que está respaldada por agencias gubernamentales.
El fundador Nata Pura, Mabilio de Albuquerque, tomó como referencia la línea de negocio de multinacionales como McDonald's y adaptó los pasteles a los gustos locales. Así, esta cadena además del pastel de Belém original, también tiene de té verde matcha y maracuyá para Japón o Brie, camembert y queso azul para parís.
Pastéis Belem de Nata Pura
Mabilio de Albuquerque sabía que los portugueses estarían furiosos porque estaba introduciendo importantes cambios en la receta original. Sin embargo, el objetivo de este empresario no pasaba por complacer a la audiencia portuguesa, sino que su objetivo ha sido crear un marca de pasteles de Belém que pudiera exportar a Asia, América Latina o EEUU.
Nata Pura no ha sido la primera empresa en intentar exportar este famoso postre portugués, pero sí fue la primera en hacerlo de una manera tan metódica, dice Susana Costa e Silva, quien enseña la estrategia de la compañía como un caso de estudio en la Universidad Católica de Portugal. La pequeña empresa, que solo tenía cinco empleados en 2017, contrató a profesionales de marketing y marca, algo que otros no habían hecho, y encontró socios extranjeros para ayudar a impulsar la expansión.
Actualmente, la compañía vende alrededor de 500.000 pasteles al mes en 5.000 tiendas alrededor del mundo. De Albuquerque dice que las ventas están entre 1,5 millones y 2 millones de euros al año, y espera que se duplique este año. Más de un tercio de su negocio proviene de Corea del Sur, donde uno de sus clientes, la cadena CVS, los ofrecerá en 12.500 tiendas.
Fuente : El Economista
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