Dentro de la variedad que caracteriza nuestra gastronomía, los postres ocupan un lugar privilegiado
La cocina española no solo es famosa en todo el mundo por su increíble versatilidad, también por los ingredientes frescos y naturales que forman parte de ella y la gran variedad de platos que se pueden encontrar por todo el país. Sin embargo, dentro de este amplio abanico de elaboraciones, los postres ocupan un lugar especial. Tanto que cada comunidad autónoma posee los suyos, creando así una ruta gastronómica de lo más interesante, especialmente para los más golosos.
Un buen ejemplo de ello son las ensaimadas, típicas de las Islas Baleares; los fartons valencianos; la leche frita, que procede del norte de España; o las yemas de Santa Teresa, el bocado más dulce de Ávila. ¿Qué otros postres tradicionales triunfan en nuestro país?
Tarta de Santiago
Como su propio nombre indica, este dulce pertenece a la cocina gallega más consuetudinaria, más concretamente a la zona de Santiago de Compostela, donde es posible encontrarla en todas las pastelerías. Se trata de un postre hecho a base de almendras pulverizadas, azúcar y huevos, y está decorado con una fina capa de azúcar en polvo que dibuja la Cruz de la Orden de Santiago. Además, suele acompañarse con una copa de vino dulce.
Flores manchegas
Vinculadas a la Semana Santa, las flores manchegas se elaboran con masa de harina de trigo y abundante huevo. Para disponer de su hermosa apariencia, se requiere un molde de hierro que se calienta en aceite hirviendo y después se remoja en la masa. Una vez sumergida en el aceite, esta queda dorada y adherida al molde, por lo que para sacarla se debe dejar enfriar. El resultado es un dulce de lo más suculento que también tiene su sitio en Colombia, donde se hace con fécula de maíz y se decora con una crema de color anaranjado.
Fardelejos
De origen árabe, los fardelejos llegaron a La Rioja en los siglos IX y X y se han mantenido inalterables al paso del tiempo. Estamos ante un dulce de hojaldre relleno de una mezcla de almendras molidas, azúcar y ralladura de limón, cuya textura recuerda mucho a la del mazapán. Además, se sirve con azúcar glas por encima, sobre todo durante las fiestas populares.
Paparajotes
Ahora viajamos hasta Murcia, donde se elaboran los paparajotes, también de origen árabe. ¿Cómo? Con hojas frescas de limonero y una masa hecha de harina y huevo. Las primeras se introducen en un bol donde reposa la masa y, una vez cubiertas, se fríen y se espolvorean con azúcar en polvo y canela. De hecho, para potenciar su sabor, la hoja del limonero permanece en el interior hasta la hora de hincarle el diente, que es cuando se retira. Los comensales más tradicionales suelen acompañarlos con el café de olla, típico de la región.
Goxua
Y finalizamos este recorrido en el País Vasco, donde desde la década de los 70 se degusta con fervor el goxua, un pequeño bizcocho que reposa sobre una cama de nata y está cubierto de crema pastelera y caramelo líquido. Toda una delicia para los amantes del dulce. Además, esta especialidad de la ciudad de Vitoria puede servirse de dos maneras distintas: en cuencos individuales o a modo de pastel cortado en porciones.
VERÓNICA MOLLEJO
Fuente: 65 y más
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