En la nueva situación en que nos encontramos se han generado rutinas diferentes en los hogares, más organización en el menú diario —en muchos casos con todos los miembros de la familia realizando todas las comidas en casa— y teniendo que hacer una buena provisión de alimentos para evitar salidas innecesarias cada día al supermercado.
Por ello, desde el Consejo de Productos del Mar de Noruega han querido ofrecer una serie de pautas que pueden ayudar a organizar esta nueva logística de alimentación y facilitar el día a día de cocina casera con pescado fresco.
Conservar y cocinar el pescado fresco en casa
Puedes comprar dos o tres pescados frescos e irlos utilizando en función de cómo sea su propia capacidad de conservación, tus posibilidades en casa y tu nivel de conocimientos de cocina.
Por ejemplo, utilizar uno de los pescados para hacer algún tipo de preparación en crudo —un tartar sencillo, un sashimi, un tiradito, unos makis en familia—, que será la que primero consumamos. Una preparación de pescado crudo puede durar unos dos o tres días en la nevera. Y si te gustan más las preparaciones clásicas y lo prefieres fresco pero cocinado, puedes hacerlo al horno o a la plancha.
En segundo lugar, puedes preparar un guiso —por ejemplo un marmitako de salmón o un Skrei con salsa marinera—, que puedes conservar en la nevera durante cuatro o cinco días, para alternar el consumo con otras proteínas.
Otra opción que permite conservar el pescado más tiempo es el marinado, que es una técnica antigua de conservación y que se puede hacer fácilmente en casa. Hay básicamente dos tipos de marinado: el que se realiza con ácido cítrico, que está presente en frutas como la lima o el limón, como es el caso de los ceviches, y el que se realiza con sal y azúcar y se condimenta con otras especias, como podría ser el que generalmente conocemos como salmón marinado. También puedes tener en la nevera salmón ahumado, que se conserva bastante tiempo, para hacer una comida o cena más ligera o una preparación más rápida.
Por último, si vas a dedicar a cocinar una tarde para varios días y dispones de un congelador, puedes preparar algunos platos de pescado para congelar y tener listos en cualquier momento. En ese caso, desde Mar de Noruega nos recuerdan los consejos de congelación y descongelación para el pescado, tanto crudo como cocinado:
- Lávate muy bien las manos antes de manipular el pescado.
- Congela el pescado cuanto más rápido mejor. Si es crudo congélalo directamente, si es un guiso, espera a que el guiso esté a temperatura ambiente, guárdalo en un recipiente hermético y mételo al congelador. No olvides poner la fecha de congelación. Algunas preparaciones adecuadas para congelar son los guisos, como por ejemplo pimientos rellenos de bacalao, los fritos, como unos buñuelos o croquetas. Evita congelar los guisos con patata, ya que acelera el proceso de fermentación y descongela peor.
- Para la descongelación el proceso es el contrario, cuanto más lentamente se haga, mejor. Saca el pescado o el guiso del congelador y mantenlo en la nevera hasta que se haya descongelado. Después, puedes cocinarlo a la plancha o al horno, o, si es un guiso descongelado, calentarlo en una olla o, si lo prefieres, en el microondas. Otra manera de regenerar un guiso es hacerlo al vapor. Coloca un vaso en el fondo de una olla y coloca el recipiente con el guiso encima del vaso, después llena la olla de agua hasta que cubra la mitad del vaso, tapa la olla y colócala a fuego medio. Con el vapor del agua regeneras el guiso sin que se pase o se cocine más.
- En el caso de preparaciones en crudo, por ejemplo, para hacer tartar, es preferible congelar los dados de salmón y aliñarlos cuando los descongeles para utilizarlo.
Y, además
Otros consejos prácticos para disfrutar de pescado en casa en estos días:
- Haz un plan de comidas o un menú semanal, te ayudará a organizarte mejor y hacer mejor la compra para varios días.
- Si sois muchos en casa, puedes hacer preparaciones con pescado más sencillas y que cundan más como, por ejemplo, un pastel de pescado o guisos.
- Puedes aprovechar las espinas del pescado para hacer un caldo/fumet, que podrás utilizar otro día: las espinas del pescado blanco para hacer un fumet que servirá para arroces, salsas de pescado y guisos como un potaje de vigilia o unos pimientos rellenos, y las de pescado azul para hacer un fumet de sabor más intenso que podrás utilizar en platos más contundentes como un marmitako o una caldereta.
- Si tienes hijos aprovecha para cocinar algún plato sencillo en familia y acercar a los niños a la cocina y la alimentación saludable. El sushi o el tartar, que no necesitan cocción, son una buena idea.
Fuente: Diario de Gastronomía
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