Son tres formas diferentes de tapar un vino, y muchos no tienen en claro por qué se decide usar uno u otro, o cuáles son las ventajas y desventajas de cada uno.
El corcho es la forma más usual de tapar un vino, y también a la que más acostumbrados están los consumidores. Esto no quita que hoy, por razones económicas o ecológicas, muchas casas vitivinícolas han optado por otras maneras para sellar sus botellas.
Es que la diferencia de formas de elaboración, sabores, añejamiento y edad de los vinos a la que aspiran ser guardados son algunos criterios que permiten que se usen otras opciones y técnicas de taponamiento, muchas más amigables o preferidas por las nuevas generaciones.
Las ventajas y desventajas del corcho
El corcho proviene de la corteza del árbol alcornoque, original de Europa y África del norte. Se trata de un material resistente pero al mismo tiempo flexible, pero su fabricación es muy onerosa, y el proceso es largo. Además los activistas de un mundo green y que pujan por mayor sustentabilidad se declaran en contra, debido al daño al árbol. Sin embargo quienes lo defienden explican que el alcornoque regenera su corteza rápidamente. España y Portugal son los países productores más importantes.
Históricamente, las propiedades naturales del corcho son las que han hecho que se lo prefiera para el sellado de botellas. Además una virtud esencial es que posibilita una microxigenación fundamental para que el vino continúe evolucionando en la botella. No modifica ni el olor ni el sabor del vino. Es el aliado predilecto en cuanto a la guarda de vinos de mediana y alta gama.
Pero cuidado: el alcornoque puede degradarse a causa de hongos que estén en el ambiente. A esta situación se la denomina TCA o enfermedad del corcho, y si sucede, si puede llegar a transmitir aromas y sabores que afecten negativamente y dañen el vino. Muchas bodegas sostienen que hay vinos que no necesitan ser tapados con el alcornoque, pues se elaboran para consumir rápido.
Tapón o “corcho” sintético
Son los tapones que se fabrican en base a material sintético o plástico, que puede llegar a tener un porcentaje de corcho o ser un aglomerado. Son muy adecuados para vinos jóvenes y de menor complejidad. El valor de los mismos es mucho más competitivo y las empresas que los distribuyen garantizan la no alteración de sabores de la bebida.
Tapa rosca
Es una tapa simple, de aluminio, que se coloca sobre el gollete de la botella, mismo sistema que utiliza una gran variedad de botellas de bebidas y líquidos. Es ideal para vinos jóvenes, vinos de mesa y todos aquellos que se destapan y son consumidos de inmediato. Es importante destacar que la tapa de rosca no garantiza una buena conservación en el tiempo, porque se usa en vinos que deben ser consumidos en el día o al día siguiente.
Cada una de estas maneras de tapar un vino tiene un fin y es importante concluir que la calidad de un vino o el prestigio de una bodega no tienen nada que ver con el tipo de tapón que se utilice. Nunca la tapa de un vino debe ser razón para optar por el o no, sino sus notas de cata, el momento en que pretendes descorcharlo, o la comida que va a acompañar, por ejemplo.
Fuente: mdzol
No hay comentarios. :
Publicar un comentario
Aqui puede usted dejar sus comentarios los cuales siempre serán bien recibidos!!!