El Gourmet Urbano: 🇦🇷 🍷 #VINOS #ARGENTINA | Cabernet Franc, ¿el nuevo vino argentino de moda?

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jueves, 10 de diciembre de 2020

🇦🇷 🍷 #VINOS #ARGENTINA | Cabernet Franc, ¿el nuevo vino argentino de moda?

El 4 de diciembre se celebró en todo el mundo el día de este cepaje tinto que en el país pudo consolidarse entre el exitoso auge del Malbec y el clasicismo opacada del Cabernet Sauvignon

Se cree que Cabernet Franc se estableció en la región de Libournais, en el suroeste de Francia, en algún momento del siglo XVII, y que fue el cardenal Richelieu quien transportó esquejes de vid desde el Valle del Loira. 

El 4 de diciembre se celebra en todo el mundo el Día del Cabernet Franc

Esas vides estaban plantadas en la Abadía de Bourgueil, bajo el cuidado de un abad llamado Breton, cuyo nombre se asoció con la uva. Más tarde, en el siglo XVIII, se encontraron plantaciones de Cabernet Franc (también conocido como Bouchet) en las zonas de Fronsac, Pomerol y Saint Emilion para producir vinos de calidad.

Pero a medida que el Cabernet Sauvignon se hizo más popular en los siglos XVIII y XIX, se observó la estrecha similitud de las dos uvas y surgieron teorías sobre el alcance de su relación. Así, en 1997surgió evidencia de ADN para mostrar que el Cabernet Franc se había cruzado con el Sauvignon Blanc para producir Cabernet Sauvignon.

En el país hay casi 1500 hectáreas plantadas, y la mayoría de ellas en Mendoza

Actualmente, Cabernet Franc es una de las principales variedades de uva tinta del mundo, aunque se emplea principalmente para mezclar con Cabernet Sauvignon y Merlot en los blends tipo Burdeos, pero también se puede encontrar solo como en los vinos de Chinon del Loira.

El Cabernet Franc suele ser más ligero que el Cabernet Sauvignon, lo que lo convierte en un vino tinto que otorga aromas expresivos con notas herbales y un paso por boca vivaz y vibrante por sus texturas incipientes.

En el país hay casi 1500 hectáreas plantadas, y la mayoría de ellas en Mendoza. Sin dudas, junto con el Malbec, es una de las tintas más elegidas en los nuevos viñedos, ya que es una variedad que se adapta muy bien a diferentes zonas y puede reflejar el carácter de cada lugar de manera elocuente, siempre con su carácter herbal en primera plana.

Para los hacedores la clave está en el punto justo de cosecha para lograr tintos frescos, de buen cuerpo y con taninos incipientes que se fundan con los del roble durante la crianza para aportar más equilibrio y longevidad.


La clave está en el punto justo de cosecha para lograr tintos frescos, de buen cuerpo y con taninos incipientes

Si bien existe desde siempre, ya que era una de las uvas “francesas” plantadas en los viñedos (también conocida como Bouchet), fue empleada más en vinos de corte que en varietales, salvo recordadas excepciones, como el Angélica Zapata Cabernet Franc 2002, o el Henry de Lagarde y el Benegas Lynch Finca Libertad, ambos nacidos en 2003.

Cabe destacar que fue Alejandro Vigil el enólogo que la catapultó a la fama a partir de sus Gran Enemigo Single Vineyard, alcanzando los 100 puntos por la prestigiosa publicación de Robert Parker Jr., con su exponente de Gualtallary de la cosecha 2013. Desde entonces se desató una fiebre entre los productores por el Cabernet Franc que fue muy bien recibida por el consumidor.

¿Es el Cabernet Franc el vino argentino de moda?


“Quizás el Cabernet Franc ha sido de las variedades más destacadas y que el consumidor identificó muy rápidamente, y Argentina ha demostrado que lo produce y muy bien. Yo personalmente creo en el potencial del Cabernet Sauvignon, quizás porque tenemos una experiencia de más de un siglo produciéndose y conocemos a la perfección su carácter. El desafío es enorme y estoy seguro que podemos lograr tener de los mejores Cabernet Sauvignon del mundo”, se entusiasma Alberto Arizu.


“El Cabernet Franc sin duda está de moda, pero también los blends. La mayoría de las bodegas hoy tienen blends en todos los segmentos y cada vez logran más posicionamiento entre los consumidores, y mayores reconocimientos de la prensa”, asegura Estela Perinetti. Por su parte, Sebastián Zuccardi opina que es muy difícil encasillar al vino en una sola cosa, y que cuando se hace eso pierden los consumidores y los productores. “Hay tantos vinos como zonas, miradas y consumidores. El vino es una diversidad de estilos, expresiones y consumidores conviviendo, y esa es la fuerza contra la que ninguna otra bebida puede competir”.

El Pinot Noir y Cabernet Franc están muy en boga

“No creo se pueda hablar de un vino de moda argentino, pero si hay interés en otros varietales que se están desarrollando con niveles de calidad “world class”. Como ejemplo puedo citar el Cabernet Franc o del mismo modo el clásico Cabernet Sauvignon que se elabora en nuestro país con calidad excepcional”, sostiene Rafael Calderón. También para Santiago Mayorga es el Cabernet Franc, “aunque ya está pasando un poco. Y si bien eso nos corrió del foco del Malbec, también nos volvió a poner en el mundo del vino, con Malbec de terroirs y los nuevos vinos blancos”.

“Sin duda que el Cabernet Franc tomó un lugar de protagonismo en la escena del vino argentino, sobre todo en el Mercado local”, explica Juan Pablo Murgia. De todos modos, cree que el Pinot Noir se instala cada vez más y Argentina puede mostrar grandes vinos, como por ejemplo en Patagonia, donde se están dando grandes exponentes”.

También, Juliana Del Águila Eurnekian se inclina por el Pinot Noir. “Sin dudas, su delicadeza y frescura están cautivando sobre todo a los consumidores más jóvenes. Se dice que uno empieza y termina con el Pinot Noir. Muchas veces es el vino tinto por donde se comienza a tomar vino y luego de recorrer distintas cepas y estilos uno se encuentra con el Pinot desde otro lugar, pudiendo percibir las sutilezas de sus aromas y texturas. Es una cepa para enamorarse. Los Pinot Noir patagónicos están siendo premiados entre los mejores vinos del mundo, lo que demuestra el potencial de nuestro suelo y de esta cepa”.

A Alejandro “Pepe” Martínez Rosell no le gusta hablar de modas, pero reconoce que hay tendencias y hoy están en manos del Cabernet Franc. Una cepa que el consumidor local parece haber descubierto recién, pero que está plantada hace muchos años. “Sin dudas habrá más crecimiento, siempre como alternativa porque todavía hay pocas hectáreas”, agrega el enólogo. Por su parte, el joven enólogo Ariel Angelini apuesta por los nuevos rosados, “producto de diferentes variedades de elaboración, estilos y segmentaciones, ha logrado conquistar a nuevos consumidores resultando ser un producto atractivo para diferentes ocasiones. Un estilo de vino con fuerte y sostenido crecimiento. Carácter, frescura, elegancia y bajo alcohol son algunos de los patrones que contribuyen a su elección”.

Para Juan Molina, uno de sus vinos está de moda. “Portillo, sin dudas. Y si me preguntas qué varietales, Pinot Noir y Cabernet Franc están muy en boga”. Y Nacho López Allier cree que no hay un vino argentino de moda, sino tantos vinos y estilos como consumidores. “Si bien hay algunos tipos de vino que gozan de mayor popularidad, es un gran momento para los consumidores. Es cierto que hay una tendencia de vinos cada vez más austeros, que expresan mejor la fruta y el origen. Estamos en el otro extremo del péndulo de lo que fue la sobre- extracción y maderización, y lo celebró.

Por Fabricio Portelli

Fuente: Infobae

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