Se desaconseja abrir y cerrar continuamente el horno puesto que provoca un descenso notable de la temperatura interna del mismo. |
Cocinar al horno es una práctica muy habitual, aunque también es común realizar errores
El horno es un electrodoméstico imprescindible a día de hoy en cualquier cocina. Este aparato, aliado imprescindible para los amantes de la repostería y para la elaboración de platos saludables, permite conservar los nutrientes de los alimentos, otorgando a las elaboraciones un sabor y textura inconfundibles.
Pero, a pesar de su uso extendido, es importante saber utilizar bien el horno. Asar es una práctica muy extendida en la gastronomía, pero suelen cometerse algunos errores que, aunque a veces considerados irrelevantes, conviene evitar cometer.
Acero inoxidable y aluminio son los materiales más adecuados para las fuentes y bandeja de horneado
Explicamos cuáles son los fallos más comunes en la cocina y la importancia de no caer en ellos.
1. No esperar a que se precaliente: el control de los tiempos es fundamental en un horneado y la duración indicada en una receta se corresponde a un horno completamente calentado. Por ello, es fundamental respetar el tiempo del precalentado, que suele durar un cuarto de hora. Las prisas o la impaciencia llevan, en muchas ocasiones, a saltarse este paso fundamental, ya que garantiza una cocción uniforme, lo que influirá en el resultado final.
2. Dejar dentro otros elementos: relacionado con la cocción uniforme, es conveniente que durante el horneado esté únicamente lo necesario dentro del horno, es decir, la bandeja que soporta la preparación. Una práctica habitual, al mismo tiempo que errónea, es no retirar del mismo otras parrillas o bandejas que almacenamos dentro.
3. Colocar la bandeja en una altura al azar: las alturas que posibilita un horno no están ubicadas al azar, por lo que su uso tampoco debería seguir esa regla. La intensidad del calor se concentra en la parte de arriba, donde se deben colocar alimentos de horneado rápido y gratinado; mientras que la parte de abajo debe usarse para asados lentos. En caso de duda, lo ideal es hacer uso del carril del medio que, situado a media altura, es el más indicado para asar carne y pescado.
4. Abrir la puerta para controlar: teniendo en cuenta que en cada apertura del horno desciende notablemente la temperatura interna del mismo, está totalmente desaconsejado hacerlo. Sin embargo, es una acción muy habitual para controlar el estado de la comida. Los hornos cuentan con una luz interna que puede activarse para observar desde fuera el proceso de asado, sin necesidad de estar constantemente abriendo y cerrando la puerta. Este error puede influir muchísimo negativamente en las recetas de repostería.
5. Uso de utensilios inadecuados: No todas las fuentes y bandejas son aptas para soportar grandes temperaturas, por lo que conviene vigilar qué materiales se meten en el horno. Los más adecuados son el acero inoxidable y el aluminio. La forma del recipiente juega también un papel fundamental, pues se recomienda que tenga una base plana y una altura adecuada al contenido. Es fundamental, además, utilizar herramientas de protección (como manoplas) para meter, sacar o manipular la bandeja.
Fuente: Diario Vasco
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