Elegir un melón y una sandía tienen su truco SMM |
Uno de los dilemas del verano: saber elegir una pieza que esté en su punto
Llega el verano, el buen tiempo, el calor y, para los amantes de la fruta, es el momento de disfrutar de toda la que llega en esta temporada estival. Sin lugar a duda, las estrellas de estos meses de calor y sol siempre son la sandía y el melón, dos frutas que cuentan con el beneplácito de casi toda la población y es difícil encontrar gente a la que no le guste tan jugoso manjar.
Pero uno de los dilemas de esta fruta es encontrar la pieza perfecta por sabor, color, dulzura y agua que posee en su interior. No suele ser una tarea sencilla y los mitos en torno a encontrar un melón y una sandía que estén buenos sin abrirlos son muchos, aunque existe la manera de saber si la fruta que elegimos es la adecuada para su consumo casi instantáneo.
Trucos a tener en cuenta
Lo primero de todo es saber qué fruta no elegir. Importante descartar todos aquellos que tengan alguna pequeña grieta o rotura en su corteza. Es posible que estén buenos de sabor, pero corremos el riesgo de que haya bacterias que, además, en esta época de calor, pueden resultar muy peligrosas para la salud. Descartemos pues los que están agrietados o rotos o los que estén golpeados (aquellos que tienen una zona demasiado blanda en alguna de sus partes).
Si queremos poner a prueba nuestro tacto, hemos de saber que, si presionamos, tampoco hace falta usar la fuerza de Hulk sobre las puntas de la fruta y lo notamos algo blando, esa es una pieza perfecta para su consumo, está en su punto y listo para comer. Si, por el contrario, notamos un exceso en lo blanda que está la corteza, es que está demasiado maduro y puede que ya pasado como para un consumo óptimo.
También podemos poner a prueba nuestro oído. Uno de los factores que nos puede dar el punto de maduración de una sandía es por el sonido que escuchamos al golpearla. Si es hueco, es que la pieza está en su punto; si, por el contrario, suena sólido y denso, es que todavía le quedan algunos días para que llegue su momento de consumo.
También podemos saber si el melón o la sandía están en su punto para comer por el color. Si es verde chillón o amarillo sol es que la fruta todavía no ha llegado al punto óptimo de maduración, pero si presenta tonos verdes como la aceituna o amarillos pardos significa que está en su punto.
Además, la sandía tiene una característica estado en contacto con el suelo. Si en ese punto tiene una mancha blanca o verdosa es un indicio de que se recogió antes de tiempo. También en ese punto podemos poner a prueba el olfato: si en esa zona detectamos olor a tierra, es una buena señal.
Por último, hemos de hablar de la fruta que encontramos cortada. Tanto la sandía como el melón suelen ser piezas grandes que es difícil encontrarle un hueco en la nevera, por ese motivo las podemos encontrar cortadas. Por el color del interior podemos tener muchos datos que nos indican si es una buena pieza o no, pero lo que no han de tener son muchos restos de líquido en la zona que está recubierta de film transparente: si hay un exceso no lo compres ya que propicia el crecimiento de hongos y bacterias y disminuye su tiempo de conservación.
Fuente: Marca
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