Los desafíos estructurales se mezclan con oportunidades de innovación y crecimiento. La adaptación a las preferencias de los consumidores jóvenes, el enfoque en la sostenibilidad y la exploración de nuevos mercados y canales de venta serán claves para el sector.
2024 no será el año en que el vino deje de evolucionar. A pesar de los desafíos que el sector vitivinícola enfrenta -pasando por declives estructurales en mercados maduros hasta las complicaciones derivadas del cambio climático- las tendencias emergentes están moldeando de manera decisiva la industria global del vino.
Esas corrientes muestran los cambios en los patrones de consumo y producción, pero también abren nuevas posibilidades para el crecimiento y la innovación.
Las siguientes son las siete tendencias clave que están definiendo el futuro del vino a nivel mundial, presentadas y analizadas por IWSR, una web líder en datos e inteligencia de mercados de bebidas alcohólicas: Declive estructural y oportunidades en nuevos mercados. Retos en la captación de consumidores jóvenes. Aumento de la confianza y el conocimiento sobre el vino. La dinámica del “menos pero mejor”. Dominio de los vinos de bajo grado alcohólico. Crecimiento en el comercio electrónico. Desafíos climáticos y sostenibilidad.
DECLIVE ESTRUCTURAL Y OPORTUNIDADES EN NUEVOS MERCADOS
El vino enfrenta un declive estructural a largo plazo, especialmente en mercados tradicionales. Sin embargo, la región Asia-Pacífico se destaca como un área de oportunidad gracias a la apertura de mercados emergentes y un creciente interés por importaciones premium. A pesar de las caídas en volúmenes de vino tranquilo, el vino espumoso sigue mostrando signos de crecimiento, impulsado por un interés renovado en segmentos como el de «otros espumosos», que ha visto aumentos en 14 de los 20 mercados principales. La reapertura del comercio en China y el creciente atractivo de economías en desarrollo como Tailandia y Vietnam subrayan esta tendencia hacia la diversificación y la calidad.
RETOS EN LA CAPTACIÓN DE CONSUMIDORES JÓVENES.
La industria del vino se enfrenta al reto de atraer a consumidores más jóvenes en un contexto donde las generaciones emergentes, como la Gen-Z, muestran menor interés en el vino comparado con generaciones anteriores. Estos jóvenes consumidores, más inclinados hacia bebidas de baja graduación alcohólica, cócteles y cervezas artesanales, representan un desafío para el sector. No obstante, hay oportunidades de captación en mercados específicos donde los millennials muestran un interés creciente por el descubrimiento y la experimentación dentro de la categoría.
AUMENTO DE LA CONFIANZA Y EL CONOCIMIENTO SOBRE EL VINO
A pesar de los desafíos, los consumidores jóvenes que se adentran en el mundo del vino lo hacen con un nivel de confianza y conocimiento superior al de generaciones anteriores. Este grupo demográfico muestra una mayor apertura a la exploración y experimentación, impulsando un interés renovado y una participación activa en la categoría. Sin embargo, este aumento en la confianza no necesariamente se traduce en un conocimiento objetivo más profundo sobre el vino, posiblemente debido a la influencia de la tecnología y un cambio en las prioridades de consumo.
LA DINÁMICA DEL “MENOS PERO MEJOR”.
La tendencia hacia el consumo de productos de mayor calidad, aunque en menor cantidad, continúa siendo un motor importante para la premiumización en el sector del vino. A pesar de algunos signos de desaceleración, la demanda por vinos de alta gama persiste, especialmente en mercados en crecimiento como India y China. Este enfoque en la calidad sobre la cantidad refleja un cambio en las preferencias de consumo, especialmente entre los consumidores más jóvenes.
DOMINIO DE LOS VINOS DE BAJO GRADO ALCOHÓLICO.
Los vinos de bajo grado alcohólico están ganando terreno, liderando el crecimiento en este segmento con innovaciones enfocadas en atributos saludables, como menor contenido calórico y alcohólico. Esta tendencia responde a una demanda creciente por parte de consumidores conscientes de su salud, aunque el segmento de vinos sin alcohol aún enfrenta retos en términos de percepción de calidad y disponibilidad.
CRECIMIENTO EN EL COMERCIO ELECTRÓNICO
El comercio electrónico sigue siendo un canal de crecimiento para el vino, aunque su participación de mercado está siendo erosionada gradualmente por categorías menos maduras como los licores y las bebidas listas para consumir. La inversión en el canal digital es crucial para mantener la relevancia y conectarse con un público cada vez más habituado a las compras en línea.
DESAFÍOS CLIMÁTICOS Y SOSTENIBILIDAD
El cambio climático representa uno de los desafíos más importantes para la producción vitivinícola, afectando la calidad de la uva y los tiempos de cosecha. Esto ha llevado a una adopción más amplia de prácticas sostenibles y técnicas de cultivo adaptativas. La sostenibilidad se ha convertido en una prioridad para los consumidores, impulsando a las marcas a explorar envases alternativos y estrategias de producción más ecológicas.
Fuente Vinetur, con adaptaciones para Todo El Campo.
Vía: Todo el Campo
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