El Gourmet Urbano: #VINOS 🍷 | Los vinos de Sting: el mensaje en la botella

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jueves, 31 de octubre de 2024

#VINOS 🍷 | Los vinos de Sting: el mensaje en la botella


El notable músico y su esposa son artistas multifacéticos que tampoco pudieron resistirse a ingresar al mundo de la producción vitivinícola con resultados soberbios.

Con la noticia de la visita del músico británico Sting a Argentina para febrero de 2025, vale la pena explorar una faceta menos conocida de la estrella: la producción de vinos. Sting tocó por primera vez para un auditorio argentino hace 35 años, junto a su emblemática banda The Police. Posteriormente, a fines de 1987, consiguió el reconocimiento de ser el primer rockstar en llenar el Estadio River Plate. La última ocasión en que vino a nuestro país fue en 2017, en el marco de la gira mundial para presentar el álbum «54th & 9th», en el Hipódromo de Palermo.

En 1997, Sting y su esposa, la productora, actriz y directora cinematográfica, Trudie Styler, adquirieron una villa toscana del siglo XVI, ubicada a 45 minutos al sur de Florencia. La estancia llamada Il Palagio (El Palacio) incluía 350 hectáreas, principalmente de bosque, con viñedos, olivares y lagos. Trudie, cuyo padre era granjero, estaba obsesionada con restaurar no solo la villa, sino también la tierra. Efectivamente, Trudie se comprometió a devolverle la vida a los olivares y viñedos despojados y maltrechos.



Sting y Trudie descubrieron un mutuo amor por Italia (y por dos vinos italianos, Barolo y Brunello) durante las giras europeas del músico. No obstante, el cantante y bajista no siempre fue un aficionado al vino: «Viviendo en Newcastle en la década del sesenta, desde los 12 años era bebedor de cerveza». Asimismo, agrega Sting: «el vino no era para nada mi horizonte». En efecto, fue viajando alrededor del mundo entre los setenta y los ochenta que Sting forjó su interés. Distintos productores y sponsors dejaban botellas de vino para el artista en los camarines. Sin embargo, el artista no las bebía: «El vino no era lo mío entonces, pero mi representante las tomaría».

Asimismo, Sting añadiría: «Algunos años después, lo visité en su hogar y me mostró su asombrosa colección de vinos: espléndidos Burdeos, Châteauneuf du Pape, etc. Wow, dije, ¡Qué colección! Y él me dijo que eran todos míos. Todas aquellas botellas obsequiadas en las giras. Fue en ese punto que empecé a tener interés».

Actualmente, la pareja produce cerca de 150.000 botellas de vino al año: un espumante, un blanco, un rosé y tres tintos. Estos vinos se elaboran utilizando variedades nativas e internacionales de uvas siguiendo principios orgánicos. En 2020, el renombrado enólogo Riccardo Cotarella se sumó al equipo para ayudarles a producir sus vinos.

Uno de los vinos que influenciaron a Sting


Veremos, en palabras de Trudie Styler, cuál ha sido uno de los vinos más inspiradores para su emprendimiento vitivinícola y las razones que lo motivaron. Nos referimos al Cervaro della Sala de Antinori. El objetivo de la familia Antinori para el Cervaro della Sala era producir un vino blanco con potencial de añejamiento. Se elabora a partir de Chardonnay con una mínima cantidad de Grechetto. Fue uno de los primeros vinos blancos en Italia en ser añejados en barrica.

«Nuestro primer hijo nació 1990, cerca de Pisa. Elegimos deliberadamente que el nacimiento fuera en Italia y durante ese verano nos enamoramos del país y nos hicimos amigos con la faimilia Antinori«, recuerda Trudie.


«Dos años después, ya de regreso a Wiltshire, servimos este vino en nuestra fiesta de boda. Disfrutamos mucho los vinos blancos de Borgoña, y este Chardonnay italiano logra una hermosa sintonía con ellos. De manera fortuita, nuestra amistad con la familia Antinori no solo nos introdujo a este vino, sino que nos presentó a nuestro actual productor, Riccardo Cotarella, hermano del productor en jefe y CEO de Antinori, Renzo Cotarella».

La recomendación de la pareja sobre sus propios vinos


Sister Moon es el vino de cabecera de Il Palagio, un blend de Sangiovese, Cabernet Sauvignon y Merlot, madurado por doce meses en barricas francesas. Cabe señalar que Sting grabó cinco discos en Il Palagio. En efecto, su estudio de grabación se encuentra situado justo por encima de la bodega. Declara el cantante que «Se percibe la creatividad rondando en ese espacio».

En lo que respecta a los beneficios del vino en aspectos creativos, declara: «Considero al vino una maravillosa herramienta para alivianar la pesadez en el cerebro. Por milenios, los seres humanos han probado la verdad de ello, ¿Verdad? El vino inspira historias qué contar. Somos más adeptos a narrar, a escuchar, luego de una copa de vino«.


A propósito del Sister Moon, declara, «Inspira a la contemplación: es rico y misterioso. Los grandes vinos, me doy cuenta, como las grandes canciones, tienen una narrativa (un comienzo, un nudo y un desenlace) y posteriormente todavía estarás pensando en ellos. Los grandes vinos persistirán. El nombre de este vino remite a una canción que escribí en los ochenta. Me siento tan cerca de la naturaleza aquí. Habiendo crecido en un área industrial, la naturaleza sigue sorprendiéndome. ¡Las cosas crecen! Creo que debo haber estado saliendo de la adolescencia la primera vez que comí algo que no venía de una lata».

El Champagne, Dom Pérignon y el origen de una bebida cautivante


La fecha del 25 de octubre es para el espumoso una muestra del reconocimiento a uno de los grandes placeres gastronómicos que Francia nos legó.

(Por Carolina Mena Saravia).- Champagne, espumoso, espumante, cava, sekt o como se llame, de acuerdo a los países del mundo donde se produce, es la bebida de las celebraciones por excelencia. En efecto, nada simboliza mejor el ánimo festivo que esta bebida burbujeante, con una mística especial.

El champagne, como buena bebida que se precie, tiene su día: el 25 de octubre. Esta fecha es para el espumoso una muestra del reconocimiento a uno de los grandes placeres gastronómicos que Francia nos legó.

El secreto de la elaboración del champagne y sus caprichosas burbujas está en la segunda fermentación, previa adición de alcohol con levaduras, hecho que le otorga las cualidades únicas, y en que puede elaborarse de diferentes formas.

Su historia y legado

Cuentan los relatos que fue un monje llamado Pierre Pérignon el que generó cambios en el método de elaboración del champagne en la región de Champagne, al noreste de Francia. Aunque algunos estudiosos sostienen que, si bien ya se conocía la bebida, fue Pérignon, con sus capacidades de observación y estudio, el que le dio el verdadero impulso.

Aunque Dom Pérignon, no fue el inventor del método champenoise o tradicional, uno de los procesos con que hoy se elaboran los vinos espumosos, fue gracias a su contribución que se mejoraron las técnicas de elaboración de esta bebida, constituyéndose como el emblema de la constancia en la búsqueda de la perfección desde el viñedo hasta la bodega, dada su condición de cillerero, encargado administrar los alimentos y las bodegas de las abadías.

Pero el monje fue más allá, también supervisaba los viñedos y los pasos de elaboración del vino, hecho que le posibilitó incorporar innovaciones fundamentales para elevar la calidad de los vinos de la región, demostrando la veracidad del eslogan moderno: “El vino nace en el viñedo”.

El uso del corcho, junto con la incorporación de botellas más resistentes, y el desarrollo de técnicas de prensado de las uvas, sobre todo este último proceso, que posibilitaba la extracción de mayor cantidad de jugo disminuyendo el riesgo de aplastar las semillas y las pieles, fueron algunos de los elementos que sirvieron al monje para optimizar la producción de vinos de la abadía de Hautvillers, fruto de largas horas dedicadas a la investigación a fin de optimizar la producción en bodega.

Un capítulo aparte merece el cuidado del viñedo que promovía Dom Pérignon, donde implementó una viticultura de excelencia, mejorándolos y promoviendo la recolección manual cuidadosa y selectiva, procurando que solo los mejores racimos lleguen a la bodega para convertirse en vino. Su recomendación más pronunciada era la de realizar la cosecha en las horas con menor temperatura del día, para conservar los aromas, evitando la oxidación.

Fue absolutamente innovador en la mezcla de diferentes cepajes como chardonnay, pinot noir y pinot meunier, para obtener un vino complejo, con personalidad. Estos blends ayudaban por un lado a mantener la identidad de cada variedad, pero potenciándose obteniendo consistencia, creando así una marca de la región.

Un espumante, varios métodos

El método tradicional para su elaboración es el llamado champenoise. Luego de la muerte de Dom Pérignon, los productores de la zona de Champagne, echando manos de las mejoras que el monje había introducido, fueron estableciendo el modo de controlar el secreto de las burbujas, la segunda fermentación en botella, manejando en bodega la creación de un vino base para que esta pudiera llevarse a cabo de manera exitosa.

La segunda fermentación o fermentación secundaria se realiza adicionando azúcar y levaduras en la botella para la generación de dióxido de carbono, dando lugar a las codiciadas burbujas. Luego de este procedimiento, las levaduras mueren, depositándose en forma de lías en la botella, de allí la necesidad de rotarlas e inclinarlas para que las lías vayan decantando en el sector del cuello y la tapa. Este método, conocido como “remuage” o removido, fue ideado por madame Clicquot, artífice del champagne Veuve Clcquot, y es fundamental para el método tradicional.

Una vez llevado a cabo el envejecimiento, donde las lías le otorgan aromas a pan tostado, bollería, manteca, se lleva a cabo el degüelle y el destape, procediendo a solidificar las lías introduciendo el cuello de la botella en un medio congelante para luego quitar la tapa.

El proceso finaliza cuando, antes de colocar el tapón de corcho final, se realiza la operación de dosificación, adición de un licor de expedición, un endulzante, que permitirá situarlo luego en la conocida escala que va desde nature, brut nature, extra brut, brut, demi-sec (semiseco) y dulce de acuerdo a la cantidad de azúcar que el licor de expedición le proporciona.

Un método complejo, fascinante, que comenzó con la creencia de que las burbujas eran sinónimo de vino defectuoso y terminó en esta explosión de aromas, sensaciones y sabores. ¿Cuáles son los mejores platos para maridar con este elixir? Mariscos y ostras, quesos, aves y carnes blancas, sushi y postres integran la larga lista de parejas perfectas de un buen espumoso.

Por algo Napoleón Bonaparte y su ejército llevaban siempre champagne entre sus víveres, reafirmando con su célebre frase: “En la victoria mereces champagne, en la derrota lo necesitas”, ligando definitivamente al espumoso con la idea de fortaleza y victoria.


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