Con una destacable propuesta gastronómica, Aquilino abrió sus puertas en una emblemática esquina del barrio y un ambiente cuidado hasta en los más mínimos detalles
Hace apenas dos meses, el restaurante Aquilino Bistro abrió sus puertas en la zona de Vicente López, con una historia familiar llena de amor y pasión por la gastronomía, que se transmitió de generación en generación. La vida de un gran trabajador llamado Aquilino, ha sido fuente de inspiración para la apertura de este restaurante por parte de su nieta Natalia Moretti. Nacido en el año 1903 en Asturias, España, Aquilino arribó a la Argentina poco antes de cumplir los 20 años. Su primer trabajo fue en una panadería, sin saber que su futuro y el de su familia estaría indirecta o directamente ligado al mundo gastronómico.
En el año ´30 y en sociedad junto a Doña Alfreda, Aquilino inauguró su propia panadería bajo el nombre “El Cañón” de Florida, un emprendimiento con el que trascendió con creces la relación con los compradores, forjando lazos de camaradería. En aquel entonces, el reparto del pan se realizaba en carro y de puerta en puerta, lo que le brindó una gran popularidad en el barrio. Hoy su familia lo reivindica a través de este restaurante instalado en una ochava sobre Gral. Las Heras y Monasterio, esquina donde en una época fue el conocido almacén de “Don José”, y hoy es bautizado bajo el nombre Aquilino Bistró.
La decoración acompaña de manera armoniosa la gastronomía del restaurante. Las luces bajas y las velas encendidas, pisos dameros y las mesas revestidas con impecables manteles blancos, sillas antiguas de variedad de modelos y la cocina a la vista, aportan una calidez hogareña de absoluta familiaridad. En el centro del salón, una escalera conduce a un sótano donde se esconde la cava, accesible para todo aquel que desee acceder, develar el misterio y elegir el vino con el que acompañará la cena. La presencia diaria de Natalia en el salón se conjuga de manera impecable con la excelente y amable atención de los mozos, garantizando una experiencia destacable en un entorno sumamente cuidado en los detalles y el buen gusto.
Gustavo Escobar ofrece una propuesta gastronómica de autor con influencia francesa, destinada a un público amante de la buena cocina. El talento de Escobar se exalta con su deseo de estar a la vanguardia de las tendencias culinarias y su inquieto apetito por investigar intensamente las cocinas del mundo. Sus inicios, al igual que los de Aquilino, se remontan a su primer trabajo en una panadería por ser hijo de padre panadero, lo que le brindó una experiencia llena de aprendizajes que han marcando fuertemente su vocación. Se formó en el Instituto Superior Mariano Moreno y luego realizó un posgrado en Química Culinaria en el IAG.
Su trayectoria profesional se remonta a su experiencia como chef en restaurantes de Buenos Aires como “Bonifacio”, “Café des Arts” en el MALBA, “El Muelle” en el Club de Pescadores, entre otros, y en el exterior en la Embajada Argentina en La Haya, Holanda, en un restaurante del mismo país llamado “De Hoefslag”, premiado con una estrella Michelin, así como también en el denominado “Neo Tamarind”, en Kuala Lumpur, Malasia. En su recorrida profesional ha realizado temporadas de invierno y verano en spots turísticos como Pinamar, Mendoza y Punta del Este, más precisamente en los reconocidos restaurantes de altísimo nivel “La Bourgogne” y “La Table de Jean Paul” y fue cocinero principal en Tree, compañía de cocina.
De su mano Aquilino rompe el formato tradicional y traduce su propuesta a través de un menú de 4 pasos que resulta un viaje fascinante por los secretos culinarios de este restaurante. Presentados en vajilla antigua y diversa, cada plato es dueño de una presentación única por la cual se puede apreciar el cuidado presente hasta en los más mínimos detalles, como por ejemplo los panes caseros en una delicada panera, y varios toques más, que vale la pena conocer. Al Amuse Bouche inicial, lo secundan deliciosas variedades de entradas como el Higo laqueado a la miel de jengibre con romero y queso brie tibio; Carpaccio, de remolacha, hongos confitados y salmón gravlax; Mollejas crocantes, rúcula y reducción de aceto de arándanos y Trigo burgol con vegetales perfumados con menta y micromix. Entre los principales ofrecen Cachete de ternera, con papines andinos tomates secos y pesto de rúcula; Gigot envuelto en crepine con salsa de especias y verduras salteadas; Sorrentinos de hongos y queso de cabra con crema de tomillo, y la infaltable Pesca del día con vegetales y manteca de limón. Para culminar, presentan cuatro opciones dulces a elección, postres conocidos por todos aunque reversionados con admirables y bien logrados toques de autor como la Cheesecake de dulce de leche con helado de maní; Peras al Chardonnay con yogurt de remolacha; Némesis con crema de eucaliptus y helado de dulce de leche y Crème brûlée de masala, chocolate y vainilla. Una propuesta completa, variada y sobre todo de gran nivel culinario a un precio accesible ($170 – no incluye bebidas). Mes a mes Aquilino cambia su menú para invitar a sus comensales a renovar su paladar en cada visita que realizan.
- Dirección: Las Heras 1200, Vicente López
- Teléfono: 4796-4775
- Días y horarios de apertura: Lunes a Sábados de 20.30 a 00.00
- Capacidad: 30 Cubiertos
- Precio Promedio por persona: $210 (cuatro pasos con bebida)
- Medios de pago: Efectivo y Tarjeta Visa/Visa Electron
- www.facebook.com/AquilinoBistro
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