¿Sabes cómo diferenciar el café que te sirven en un bar o una cafetería? En una reunión con amigos o familia, lo más común es que se pidan diferentes tipos de café, como con leche, descafeinado, cortado o solo. Una vez el camarero vuelve a la mesa con las tazas, a veces es complicado saber cuál es cuál, tanto para él como para los clientes.
Pues bien, por este motivo son cada vez más los camareros que están poniendo en práctica el bautizado como truco de la cuchara. En los últimos días, la cuenta de TikTok de la King’s Tavern Mataró hablaba sobre esta situación tan habitual en establecimientos de hostelería.
El truco de la cuchara para diferenciar el tipo de café
Por lo general, el acierto en la consumiciones depende de la destreza del camarero, así que los profesionales suelen seguir alguna recomendaciones para evitar errores. Uno de ellos es colocar la cucharilla al revés para distinguir el café descafeinado más fácilmente.
Otra táctica común es colocar junto a la cucharilla el sobre de azúcar o la galletita de acompañamiento. Estos gestos tan sencillos ayudan a prevenir errores y hacer que los cliente se sientan más a gusto en el local. Algunos establecimientos incluso utilizan sobres de azúcar de diferentes colores o marcan las tazas con etiquetas para identificar cada tipo de café.
El mejor momento para tomar una taza de café
El café, una bebida que nos aporta vitalidad por las mañanas, es reconocido por su capacidad para mantenernos alerta y activos. Este efecto estimulante se atribuye a la presencia de compuestos en el café que disipan la somnolencia y estimulan el cuerpo, proporcionando la energía necesaria para afrontar el día.
Aunque algunos prefieren disfrutar del café por la mañana, otros eligen postergar su consumo hasta después del mediodía para mantenerse enérgicos durante el resto del día. En cuanto al momento perfecto para tomar café, los expertos recomiendan esperar entre 30 y 45 minutos después de despertar. Esto se debe a que el cortisol, conocido como la hormona del estrés, alcanza su punto máximo al despertar, y consumir café en este momento podría interferir con su función.
Otro aspecto importante es el límite seguro de consumo diario de café. Cada taza contiene entre 65 y 120 miligramos de cafeína, y los expertos sugieren un máximo de cuatro tazas al día, lo que equivale a unos 400 miligramos de cafeína.
Cabe recordar que tomar más café del recomendado puede acarrear problemas para la salud. Entre ellos se encuentran la dependencia física y psicológica, problemas cardiovasculares como la hipertensión arterial, trastornos del sueño, ansiedad y nerviosismo, así como problemas gastrointestinales como acidez estomacal y malestar gastrointestinal.
Datos curiosos que te sorprenderán
Además de ser una bebida para despertar o activarse antes del ejercicio, el café alberga numerosas curiosidades poco conocidas.
El origen del café se remonta al año 300 en Etiopía, aunque no fue hasta el siglo XV que los granos comenzaron a tostarse para su preparación como infusión. Inicialmente, las hojas se masticaban o se hervían, pero en 1714 se comenzó a cultivar como bebida, lo que llevó a su popularización en todo el mundo.
En el siglo XVII, las cafeterías comenzaron a surgir como lugares de reunión para una variedad de figuras prominentes. En 1652, Londres fue testigo de la apertura de su primera cafetería y para el año 1700, la capital británica albergaba unas 2 .000 cafeterías en pleno funcionamiento. En otras ciudades europeas, como Berlín y París, también se establecieron cafeterías en esta época.
La palabra «café» proviene del árabe «qahhwat al-bun», que significa «vino del grano». Antiguamente, en Europa se le conocía como «vino árabe» debido a su llegada a través de Turquía. El árbol del café, llamado cafeto, alcanza entre dos y cinco metros de altura y es la segunda bebida más consumida del mundo después del agua.
Otra curiosidad interesante es que la saliva elimina la mitad del sabor del café, por muy fuerte que este sea. En Nápoles, surgió la tradición del «café pendiente», donde una persona paga por un café que no consume para que otra más necesitada pueda tomarlo más tarde gratis. Y, por último, lo que comúnmente llamamos granos de café son en realidad las semillas de una fruta.
JANIRE MANZANAS
Fuente: OK Diario
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