El Gourmet Urbano: Cómo la cerveza compite de tú a tú con el vino para acompañar comidas

viernes, 24 de octubre de 2014

Cómo la cerveza compite de tú a tú con el vino para acompañar comidas

Atrás está quedando la imagen de que la cerveza solo sirve para acompañar los asados del fin de semana.

 

Una guía para maridar cervezas de Cerveceros.org asegura que “No existen reglas, ni explicaciones científicas, ni razonamientos técnicos que expliquen por qué muchas combinaciones pueden ser gloriosos puntos de encuentro entre el placer de comer y el placer de beber”.

 

AFP

 

Eso sí, la guía recomienda “dejarse llevar por la intuición y el gusto personal de cada uno (...) para descubrir los maridajes entre la cerveza y la gastronomía”.

Por su parte, el portal Cervecear.com hace una separación de los alimentos según su sabor más característico.

Por ejemplo, dice Cervecear.com que cuando se trata de los ácidos en la comida, la ‘amarga’ aventaja a otras bebidas: “aquí, la cerveza encuentra un campo de oportunidad frente al vino, puesto que es precisamente en el terreno ácido donde muchos vinos no tienen nada que hacer”.

La razón, según el portal, es que “cualquier plato aliñado con vinagre altera y desvirtúa muchos caldos” mientras que la cerveza equilibra la fuerza de tales ácidos; por tal razón es que la ‘fría’ se puede combinar con escabeches y todo tipo de pescados, incluidos los cebiches peruanos, cuya leche de tigre –muy rica en limón– los hace complicados de combinar con vinos, más no con las cervezas.

En el caso de los picantes, escribe Cervecear.com, “la cerveza alivia la sensación que producen los platos picantes y muy especiados con su contrapunto refrescante”, al tiempo que agrega que “es ideal para apagar el fuego encendido por guindillas, chiles y pimientas... y suaviza la intensidad del cilantro y el jengibre”, lo cual hace que una cerveza sea el acompañante ideal para –por ejemplo– la comida mexicana.

Y si además de ácido el plato es agridulce, como suele suceder con la comida china o japonesa, donde es abundante la salsa de soya, el jengibre y el ‘wasabe’ (la masilla picante japonesa de color verde), la ‘pola’ no se queda atrás como acompañante de honor.

Lo mismo sucede con las carnes asadas, los ahumados y las grasas, pues para los dos primeros la cerveza neutraliza el sabor fuerte y sirve de digestivo, mientras que para las grasas limpia el paladar y las ayuda a ‘bajar mejor’.

Cerveceando.com explica que los sabores amargos de las verduras también se pueden acompañar con “cervezas de mayor cuerpo”, es decir, las de sabor más fuerte: “La cerveza es la única bebida capaz de domar a la rebelde alcachofa y sus toques metálicos”, puntualiza la nota del portal.

En una guía de maridaje, la cervecera Bavaria distingue entre los alimentos que pueden acompañar a una de sus cervezas más representativas, en sus tres versiones, como son la Club Colombia dorada, roja y negra.

El fabricante explica que, por ejemplo, a una comida picante se le puede intensificar el sabor del chile mediante una cerveza dorada, cuando se trata de comensales acostumbrados a los sabores fuertes y picantes, mientras que una persona que guste de un toque de picante sin que le invada los demás sabores puede optar por combinar su plato con una cerveza roja, que “balancea estos sabores”, reza la cartilla.

Por su parte, la cerveza negra marida a la perfección con comidas ahumadas, asados, rostizados e incluso con platillos “con notas dulces”, además de tocineta, embutidos, quesos maduros semigrasos y comidas con características saladas.

De otro lado, la guía de Cerveceros.org recomienda que en cuestiones de buen maridaje, los sabores de la bebida no deben sobresalir sobre los de la comida, y viceversa: “Que haya un equilibrio entre aromas y sabores. La bebida puede equilibrar el sabor o el aroma más potente del plato o bien que provoque el contraste”.

Y respecto del acompañamiento de la bebida al alimento, la consejera de Cerveceros.org enseña que también existe un “maridaje por contraste de polos”, es decir, que la comida y la bebida pueden estar en esquinas opuestas pero que la combinación puede funcionar “siempre que no haya vencedor, sino que la pugna acabe en empate”.

Finalmente, Maridajesgourmet.com deja en claro por qué la cerveza le está quitando espacio al vino en la mesa, incluso en los manteles más refinados, con un par de argumentos de peso.

El primero, según ese portal, es que “la cerveza es más refrescante y quita más la sed que el vino. Esto es muy importante en el caso de comidas muy picantes, especiadas o platos pesados y con mucho sabor”.

Y el otro argumento es que la cerveza ofrece una mayor variedad de sabores y estilos y hay mucha más diferencia de sabor entre sus distintos estilos que entre los del vino: “Esto hace que haya más posibilidad de elegir”, concluye el texto.

Fuente: pulzo.com

 

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