La epidemia mundial causada por la COVID-19 ha generado preocupación entre los usuarios por su posible contagio a través de los alimentos, pero no existe ninguna evidencia al respecto
Los supermercados y las tiendas de alimentación pertenecen al reducido grupo de establecimientos que permanecen abiertos durante el periodo de cuarentena impuesto por las autoridades, a fin de mantener a la población abastecida de los productos esenciales. Pero, por ese mismo motivo, son también zonas de riesgo para una posible transmisión del virus. ¿No cabe entonces la posibilidad de que, al hacer la compra, nos llevemos el virus a casa? Debido a la posible presencia del virus en la superficie de los alimentos y otros artículos, podría suceder, pero eso no implica necesariamente un contagio si aplicamos todas las precauciones necesarias en su manejo. Descubre cómo.
Imagen: Sayaka Photos
A pesar de que, al tratarse de un virus nuevo, el conocimiento que tenemos sobre él es todavía limitado, sí se sabe que se transmite de persona a persona y que afecta sobre todo a los órganos del tracto respiratorio, a diferencia de los virus gastrointestinales transmitidos por los alimentos, como el norovirus y la hepatitis A. De ahí todas las recomendaciones que llevamos días escuchando respecto a la necesidad de lavarse frecuentemente las manos y evitar llevárnoslas a la cara (en especial a la boca, la nariz y los ojos), un gesto que hacemos muchas veces al día sin darnos cuenta. Pensar, por ello, que los alimentos pueden ser una fuente de transmisión parece lógico y, sin embargo, las autoridades sanitarias coinciden en señalar que no hay prueba alguna que apunte al contagio por esta vía.