SALTA EL SOMMELIER SALTEÑO RAÚL MAZA APORTÓ SUS CONOCIMIENTOS SOBRE EL MUNDO DE LAS BEBIDAS QUE DERIVAN DE LAS UVAS
10 consejos para degustar el vino: guía para encontrar sabores y aromas en cada ocasión
El Tribuno comparte 10 “tips” para tener en cuenta al brindar con familiares, amigos y compañeros de trabajo. ¿Cómo se sirve? ¿Cuál varietal conviene? ¿Dónde se guarda la botella? Respuestas a esas y otras preguntas.
Se viene el fin de año y se multiplican los brindis con amigos, compañeros de laburo, familiares, Navidad y la despedida del 2012. ¿Cómo distinguir esos aromas de un vino tinto o blanco? ¿Cuál conviene compartir en un cóctel de mediodía, y cuál, en uno nocturno? ¿Se sirve frío o al tiempo? ¿Cuánto tiempo se deja añejar? ¿Dónde se guarda en casa? ¿Con qué comida disfruto de un imperdible maridaje? ¿Cuántos años después de la cosecha es aconsejable consumirlo? El vino tiene sus secretos. Y por estos días se dan oportunidades para descubrirlos.
“El vino es un ser vivo que está dentro de una botella. Por eso, tiene un principio, un desarrollo y un final”, describe el sommelier salteño Raúl Maza. En una entrevista con El Tribuno, el especialista puso sobre la mesa algunos “tips”. “La idea es que si voy a comprar un vino de $20 o de $500, tenga la sensación de que me llevo algo más. Los consumidores debemos buscar el mejor exponente de una gama de precios, y mucho mejor si es salteño. Para eso, leer la etiqueta es un gancho para llegar a buen puerto.
“Todos pueden hablar de vinos, no está segmentado para aquel que estudió. Obviamente esa persona puede expresarse con mayor conocimiento sobre un producto tan noble”, apuntó.
1. La copa develar virtudes
Un vino no tiene el mismo sabor si se degusta en un vaso. En las copas, se oxigena con más facilidad, y es posible determinar mayores virtudes. “Si tomás el vino de una estructura mediana, es decir que antes se conservó en barricas de las bodegas y luego reposó otros meses en las botellas, necesariamente lo tenés que oxigenar”, explicó Maza.
Un vino de segmento de medio a alto pasó 12 meses de estacionamiento en barriles y 6 en botella. “Hasta que llega a nosotros, puede transcurrir un año y medio o más”, agregó.
Cada copa tiene una función específica. La denominada afnor, por ejemplo, se utiliza en los concursos. Es más pequeña, con la boca más cerrada y la parte de abajo más abierta. Eso permite introducir mejor la nariz y encontrar aromas para un análisis muy técnico.
“El oxígeno es un amigo y enemigo a la vez. Si hay algún contacto en el proceso de elaboración, el vino se deteriorará. Y es un aliado antes de tomarlo, ya que las moléculas odorantes chocan y se abren”, graficó Maza.
2. ¿Cómo se mueve la copa?
El movimiento debe circular, con la mano elevada, sin que la base toque la mesa. “En un vino joven lo podés dar vuelta tres días y no vas a encontrar más que las características de la uva. Cada uno de los varietales tiene una virtud aromática. Pero el 99% de los aromas del vino están bajo el umbral de percepción humana. Cuando abrís una botella y tratás de indagar encontrarás cinco aromas como mucho y no más. Después, químicamente podés sacar más de 300 complementos aromáticos. En verdad te sentís frustrado. Pero con el tiempo, uno presta más atención”, indicó el sommelier.
Buenos lugares para conservar en casa
¡A DEGUSTAR! | UN TINTO PARA COMPARTIR |
3. Quedó un poco, ¿lo guardó?
En cenas románticas o brindis pequeños puede quedar bebida en la botella. ¿Si se vuelve a tapar y se guarda, tendrá el mismo gusto para otra reunión? Maza respondió que al día siguiente el vino tendrá las mismas condiciones. “Si pasa una semana, caerá”.
4. ¿Cuánto tiempo se añeja?
Cada vino está pensado para un momento, un público, una guarda determinada. “El vino que reposa en barricas tendrá mayor vida útil. En cambio, los jóvenes, que eluden ese proceso, no”, detalló el especialista.
Es importante conocer si la bebida atravesó esa etapa para añejar el producto. “Los vinos jóvenes, en el caso de los tintos, se consumen entre los dos o tres años después de su elaboración, aunque todo está encadenado a la manera en que lo cuido. Si lo dejo a la intemperie, cerca del calor o frío, se deteriora antes”, dijo Maza.
Por otra parte, los vinos de guarda (que pasaron por barriles) pueden conservarse entre 5 y 6 años posteriores a su elaboración.
5. Temperatura para beber
* Espumantes, tipo champaña: fríos, entre 6 y 8 grados.
* Blancos: entre 10 y 12 grados.
* Tintos: de 16 a 18 grados.
“Hay gente que tiene cava, a temperatura controlada. Aquel que no tiene esa posibilidad, puede ponerlo media hora antes en la heladera. En un restaurante, hay que pedir una frapera con hielo”, aconsejó Maza.
Maridaje, el placer de combinar placeres: ¡hasta un vino con libro!
EN LA BUSQUEDA LA COPA DEVELA SECRETOS |
Apuntar la mirada a la copa, detenerse unos segundos, y habrá más secretos descubiertos.
6. Apreciar los colores
El sommelier salteño Raúl Maza afirmó que los vinos blancos deben ser limpios, sin sedimentos ni ningún agente externo. “El Torrontés, por ejemplo, cuando uno lo observa es casi transparente, con algunas tonalidades verdosas”.
En los tintos, dependiendo el varietal, muta la gama de colores. “El Pinot Noir es rojo firme, pero es más débil que el Malbec, el Cabernet y el Tanat. En los productos sin paso por madera habrá colores como rubí y rojo granate”, agregó Maza.
En contrapartida, en las otras bebidas, que pasaron por el reposo en la madera, se verá un rojo mucho más oscuro, gracias a la a función de la barrica. Aparte de darle vida útil, le otorga estructura, taninos y ayuda a los colores.
7. Combinaciones
La combinación entre dos elementos se denomina maridaje. Ambos producen sensación de placer, sin desmedro del otro. Un buen maridaje también puede ser entre un vino y un libro, aunque mayormente se fusiona con la gastronomía. Y en Salta, las exquisiteces se encuentran por doquier. Desde la empanada, el asado con amigos y un postre. A continuación, algunas recomendaciones que brindó Maza.
* Asado o solo carne: Malbec, Cabernet, varietales tintos.
* Achuras o productos con mucha grasa: Syrah, es mucho más sutil y limpia más fácil el paladar.
* Pescado: Merlot, Pinot,
* Empanada salteña: “Sin dudas, Torrontés. Se trata de nuestro vino y nuestra comida que nos identifican en el mundo”.
8. Varietales para empezar a degustar
“Si hay una persona que se está introduciendo en el mundo del vino, lo ideal es arrancar en tintos, con productos de baja graduación de taninos. “Puede ser un Pinot Noir, un Merlot o Tempranillo, que son variedades más bien suaves tánicamente. La sensación de sequedad es más amable”, describió Maza.
“En un escala ascendente, luego debería inclinarse por el Malbec, un vino con cuerpo, con personalidad. En el camino, puede seguir el Cabernet Sauvignon y el Tanat, un varietal emblemático de la región.
“A las mujeres, recomiendo empezar por vinos rosados, que es un producto fácil de beber. Al no ser ni blanco ni tinto, tiene las virtudes de frescura y un poco de complejidad”, sugirió el especialista.
“Una dama puede continuar degustando algún blanco. Si le gustan perfumados, viene bien un Torrontés. A partir de ahí se va para adelante. Desde tintos suave hasta que de repente ya se anima a degustar otras variedades un poco más complejas. El paladar se va acostumbrando”, expresó.
El encanto de saborear en el momento clave
RAUL MAZA, SOMMELIER |
9. Bebidas para cada situación
“Si tengo un asado, para qué voy a comprar un vino estructurado. Quizá no lo sepan apreciar. El consumidor debe tener en claro la situación en que lo va a compartir”, recomendó el sommelier.
“Hoy, las bodegas tienen una estrategia de comercialización que le permite saber todo sobre ese vino: si se hizo con vides viejas o nuevas, si pasó por barriles, el rendimiento que tuvo por hectáreas, etc”, agregó.
“Entonces, al primer vino lo vende el marketing, mientras que el segundo se vende solo”, acentuó Maza.
Para los momentos que no son demasiado formales, un cóctel a media mañana o media tarde, y en estos días de mucho calor, lo ideal es un vino rosado. Se trata de una bebida agradable, fácil de beber, y da sensación de frescura. Hasta se puede combinar con un blanco. Hay que descartar el tinto ya que tiene más cuerpo, tanino y es mucho más intenso”, explicó.
“Si voy a una cena o un cóctel nocturno, sí tomaría un vino tinto. Y para las fiestas de fin de año optaría por un aperitivo, un blanco o rosado, cuando lleguen las visitas. Ya en la mesa vamos por un buen tinto. Se puede combinar, pero cada uno en su momento”, afirmó Maza.
10. Capturar sabores y aromas
* Los vinos tintos tienen patrones de frutos rojos, que varían según el varietal. El Pinot Noir entrega frutos frescos como la frutillas y las guindas. El Malbec es más complejo, se encuentran los gustos anteriores y ciruelas. En el Cabernet Sauvignon se suma el pimiento verde, moras y arándanos. “Estos son sabores de vinos jóvenes. En los otros aparecen algunos más complejos, ya que se potencia por la combinación de la madera de la barrica. Percibimos frutas cocidas, tipo compota o mermelada”, marcó Maza.
* En los blancos, las fragancias son más sutiles. “En el Torrontés, nuestro varietal insignia, hay frutales y florales. Chardonnay es la reina de las cepas blancas. Los aromas se diferencian: manzanas, ananá y algunos derivados lácticos, es decir crema de leche y manteca. En el Sauvignon blanco tenemos aromas cítricos”, describió.
Unir sabores
- En un maridaje, la combinación de dos elementos producen placer. Ambos dan esa sensación, sin desmedro del otro.
Para tener en cuenta
- El vino es un ser vivo que está dentro de una botella. Por eso, tiene un principio, un desarrollo y un final.
- Es fundamental leer las etiquetas al momento de comprar una bebida. Y tener en cuenta el momento para compartir.
Fuente: eltribuno.info