El Gourmet Urbano: Tarot y gastronomía por Valentina Inglessis: El sumo sacerdote y la bendición de los alimentos

domingo, 18 de agosto de 2013

Tarot y gastronomía por Valentina Inglessis: El sumo sacerdote y la bendición de los alimentos

valentina inglessisEl arcano número 5 de Tarot, el Sumo Sacerdote, también es llamado por algunos El Hierofante (del griego Hierophantes), es el que explica las cosas sagradas, el que comunica con lo sagrado. Representa al mensajero de los Dioses y también es el médico, el que encuentra y prescribe un remedio.

 

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El gran sacerdote es poseedor de grandes conocimientos, su ciencia y sabiduría alivian, curan, liberan y fortalecen nuestros cuerpos y nuestro espíritu. Su modo de actuar es sagrado y desinteresado. Una de sus manos tiene el anular y el meñique doblados y el índice y el medio unidos, bendiciendo con ella todo el mundo de lo material, de lo encarnado. El Sumo sacerdote en su acción de maestro o de pontífice establece un puente entre el cielo y la tierra. Lo que recibe de arriba, lo transmite a lo que tiene por debajo, a sí mismo transmite las plegarias de sus feligreses, discípulos o alumnos a la divinidad.

Según Alejandro Jodorowsky el Hierofante Encarna la bendición. Ante él, estamos en presencia de un misterio. Habitado por la divinidad, el menor gesto suyo adquiere la dignidad de lo sagrado. El sumo sacerdote bendice lo que oye, lo que ve, lo que siente. Llama al amor, como un ave de dimensiones desmesuradas, para que se pose sobre la pequeñez de un corazón.

 

El sumo sacerdote nos invita a despertar a lo sagrado: el menor gesto, el menor acto puede tornarse sagrado.

 

El acto de cocinar y de comer es sagrado. Muchos seres humanos nos hemos preguntado alguna vez por qué somos dependientes del alimento. Inevitablemente debemos comer y eso tiene un sentido y un significado. Cada vez que comemos ingerimos un instante de amor. Cada vez que comemos, cada vez que mordemos un alimento recogemos una forma espiritual del universo. Cada vez que nos alimentamos una campana suena en nuestro templo que es nuestro cuerpo. Cada vez que nos alimentamos, el ánima de ése alimento penetra para diversificar nuestra propia existencia, cada vez que masticamos una parte de la Divinidad llega hasta nosotros.

 

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Por todo esto y mucho más es que debemos tener exquisito cuidado en preparar los alimentos, si nos aproximamos a estos con la debida actitud, nos sintonizamos con ellos y lo hacemos con la actitud de que vamos a preparar y tomar un producto del universo, el acto de alimentarnos pasa a ser un acto SAGRADO y entonces nos podemos convertir en SACERDOTES en nuestro propio templo y desde esa posición sacerdotal es que surge la ofrenda y la bendición de los alimentos. Bendecir los alimentos antes de prepararlos en nuestro templo que es la cocina y luego antes de comerlos en nuestro altar que es la mesa, es una actitud que además revertirá en otras personas que quizás no tienen la posibilidad de alimentarse.

 

Existe una bendición de los alimentos que consiste en que cada vez que comamos demos gracias al Cielo (a la Divinidad, Al Universo o cualquiera que sea la idea que tengamos de esa fuerza que nos dio origen y nos mantiene en esta existencia) por los alimentos que vamos a comer y luego roguemos que se conviertan en salud, en amor y en fe. Demos gracias para que tengamos la fuerza de que, cada bocado no sea un acontecimiento circunstancial sino que esté dirigido para ese servicio: salud, amor y fe. Un ser sano tiene la capacidad de elaborar, de hacer muchas cosas. Un ser que vibra en la onda del amor, tiene alegría de vivir y es un ser que establece armonía y equilibrio en su entorno y un ser que tiene fe, es un ser que no necesita, prácticamente, nada ajeno a esa fe para poder vivir. Este es un ejemplo de bendición, pero cada quien crea la suya. Si aprovechamos el momento de comer para incorporar una pequeña bendición estaremos entrando en un espacio sagrado donde cocinar y comer se transforman en un sacerdocio.

 

 

 

Valentina Inglessis

 

 

1 comentario :

Elvira dijo...

Excelente artículo! Muchas gracias. Además totalmente cierto.