El Gourmet Urbano: Sabores de España sin salir de Euskadi

lunes, 10 de noviembre de 2014

Sabores de España sin salir de Euskadi

Ruta vasca para disfrutar de un buen pulpo, botillo del Bierzo o tortillitas de camarón, entre otros platos, como si estuvieras en Galicia, en León o en una taberna andaluza

 

Somos los que comemos. O quizás lo que cocinamos. La gastronomía es una fuente inagotable de información sobre la idiosincrasia, las costumbres y los usos de un pueblo. De cómo eran y de cómo cambian. Así que para conocernos mejor, demos una vuelta por nuestra oferta de platos regionales. Euskadi hace mucho que dejó de ser alubiada y chuletón. Los vecinos llegados en los 50 y 60 atraídos por la promesa de una vida mejor al calor de la industria pesada han enriquecido una oferta hostelera en la que no falta el recetario gallego, castellano, extremeño y andaluz. No son locales que almacenen premios en sus vitrinas, tampoco los buscan, pero mantienen ese espíritu romántico de la cocina casera al estilo de toda la vida.

 

Sabores de España sin salir de Euskadi

 

Las casas regionales

En Álava y Bizkaia hay casi medio centenar de casas regionales. La mayoría no tiene comedor, pero sí bar. Solo la Federación de Centros Regionales de Bizkaia tiene 28 asociaciones adheridas. Llegaron a ser 35. Y no todas están en Barakaldo, uno de los principales polos de la inmigración nacional en el País Vasco. La Federación alavesa suma diez entre los de Vitoria y Llodio. En este crisol hay grupos cántabros, castellanos -burgaleses, vallisoletanos, palentinos...-, asturianos, extremeños, andaluces, catalanes y, sobre todo, gallegos. Son estos últimos, por la calidad natural de su producto y por el tirón de las preparaciones los de mayor tendencia a ofrecer carta al visitante. Los dos alaveses, Llodio (en la calle Ruperto Urquijo,1) y Vitoria (Gernikako Arbola,11) tienen comedor. No obstante, el restaurante más fuerte de los regionales de Vitoria es el del centro asturiano. En la sidrería el Horreo (Julian Arrese,1) se sirven menús para grupos y celebraciones. Destacan su carta de vinos, pero donde estén unos culines para acompañar unas andaricas o unos ricos oricios en temporada...

 

La fabada, uno de los platos más suculentos de la gastronomía asturiana.La fabada, uno de los platos más suculentos de la gastronomía asturiana.

 

Aunque si lo que busca es un restaurante con fuste, la opción más acertada es el Ribera Sacra de Barakaldo. Pulpo, siempre pulpo gallego, una receta de bacalao que lleva el mismo nombre del territorio entre las cuencas del Sil y el Miño (entre Orense y Lugo) que tiene el local y que es cuna de muy buenos vinos o, por encargo, hasta unas centollas peludas o unos percebes si comemos a la carta. Para grupos hay menús (entre 35 y 50 euros) más que atractivos para hacer una visita a la cocina del que es el comedor del propio centro gallego de la localidad (calle Galiza, 3). Y si quiere completar esta 'ruta jacobea' por la margen izquierda: la Agrupación Hijos de Galicia de Sestao (Villar y Villate, 5) y la Casa de Galicia de Santurtzi (Gabriel Aresti, 6).

Claro que no toda experiencia gastronómica tiene que ser de mesa y mantel. Las raciones variadas en la barra del bar pueden resultar en ocasiones más divertidas y placenteras. Buen ejemplo es el Ambigú del centro andaluz de Barakaldo. Pescaito frito y vinos finos. Puro arte.

 

En tabernas y restaurantes vascos se pueden degustar estupendas tortillitas de camarón, pulpo y botillo como en sus lugares de origen.

 

Los restaurantes

Pero no solo las asociaciones localistas ofrecen comida regional. Hay negocios puros y duros que apuestan por esta cocina, por la de casa. En Barakaldo, cómo no, la pulpería A Nosa Terra tiene, según los que la frecuenta, “el mejor pulpo” y “a precios muy interesantes”. También destacan el lacón con grelos, los cachelos... En definitiva, el recetario clásico de la tierra.

 

En tabernas y restaurantes vascos se pueden degustar estupendas tortillitas de camarón, pulpo y botillo como en sus lugares de origen.

 

Tampoco le va a la zaga el restaurante Santiago en Vitoria. La capital alavesa cuenta con varios gallegos -los 50 años de historia del Orense (Plaza Fuente de los Patos, 2), el Bohío y si jamón asado (Sancho 'El Sabio', 27) -pero es el de la calle Santo Domingo, 3 el que cuenta con más defensores. El el Santiago sirven un pulpo que no solo sabe bien, “es que huele y impregna todo el ambiente dándole un toque mágico a la visita”, señalan los más aficionados a comer en el local.

 

En tabernas y restaurantes vascos se pueden degustar estupendas tortillitas de camarón, pulpo y botillo como en sus lugares de origen.

 

Un caso curioso de locales inspirados en su origen es la bilbaína taberna Zabala.En Huertas de la Villa, este con nombre vasco es una templo de la cocina andaluza. Menú del día (solo hay seis mesas) y raciones de los más apetecibles en barra son la seña de identidad de un local entre rociero y txirene. Además organizan el pote-poético, mezcla de tragos y versos, como su nombre indica. Y no muy lejos, en Deusto, una ejemplo de reconversión al más puro estilo 8 apellidos vascos. La Taberna del Sur (Heliodoro de la Torre, 2), es hoy el Lekeitioko Balea. Mantiene sus puntillitas, el adobo o las tortillas de camarón, pero suma esos txipis en su tinta 'de la amatxu' a los que no hay quien se niegue.

 

Las cadenas franquiciadas

Y como los tiempos cambian, hoy encontramos también en nuestras calles negocios regionales que no son obra de la trabajadores que dejaron su viejo pueblo para tener uno nuevo. Son empresarios de esos lugares que exportan su negocio en forma de franquicias en las que bajo una vigilada uniformidad se sirven productos típicos. Quizá el más conocido es el restaurante leonés Prada A Tope. En la calle Santa María, 3 del Casco Viejo bilbaíno este local especializado en viandas de El Bierzo lleva años saciando a la más exigente concurrencia. Raciones potentes y platos de toda la vida adornan un local que pertenece a una cadena de restaurantes con delegaciones también, por ejemplo, en Madrid. El producto manda y la cecina, los embutidos del Bierzo, botillo, morcilla de León y el queso brie trufado con mermelada de cebolla son dignos de celebración. Además tiene vino de sus propios viñedos.

Para terminar, la más nueva incorporación a la familia regionalista. En plena plaza Nueva, en la ruta más txikitera se hace un hueco el bar de inspiración andaluza, El Volapié. Esta cadena jerezana que cuenta con más de 30 franquicias en España acaba de aterrizar en el País Vasco. Inspiración andaluza no le falta. ¿Alma? Eso dependerá del arte y del día a día. El camino es largo. A disfrutar se ha dicho.

Y como siempre en estos casos, sí son todos los que están, pero no están todos los que son. Así que utiliza los comentarios de la noticia para añadir los lugares con encanto que no veas reflejados en el artículo.

SERGIO EGUÍA

Fuente: elcorreo.com

 

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