Aunque ha sido la única cerveza de estilo propio en Australia, actualmente el consumo de las Sparkling Ale es minoritario y solo la fabrica la cervecera Coopers Brewing
El nacimiento de la Sparkling Ale
Aunque actualmente probablemente sea la bebida más popular, la historia de la cerveza en Australia ha sufrido el invasivo sesgo colonizador. Esto hace que sea prácticamente imposible conocer sus orígenes antes de 1788, cuando comenzó la llegada europea.
Fue a partir de esa fecha cuando empezaron a abrirse fábricas para elaborar la cerveza al estilo del viejo continente, sustituyendo paulatinamente al ron, la bebida más consumida durante gran parte del primer siglo de asentamiento.
Sin embargo, los productores se encontraron con numerosas complicaciones al intentar replicar la tradicional Ale británica en el clima australiano, predominantemente cálido. A esto se sumaron los problemas de suministro de los ingredientes, exportados desde Europa, y la falta de escrúpulos de muchos cerveceros, que adulteraron la cerveza añadiéndole productos como el sulfato de cobre, el tabaco o el cocculus indicus, un veneno neurotóxico que aportaba amargor y una mayor sensación de intoxicación para el bebedor.
Todo esto provocó la mala fama de estas cervezas locales debido a su escasa calidad, por lo que los consumidores preferían las bebidas de importación, a pesar de los esfuerzos por fomentar la industria del gobierno local.