Los vinos blancos, rosados y espumosos se toman fríos
La temperatura es muy importante a la hora de servir vino ya que de lo contrario puede perder algunos de sus atributos más apreciados. Por esta razón, hay que tomar en cuenta lo siguiente:
Los vinos deben servirse a una temperatura adecuada o pierden algunas de sus propiedades esenciales.Foto: Thinkstock.com
- Si la temperatura es menor, los taninos se hacen más duros o ásperos.
- Si la temperatura es mayor, el azúcar se hace más empalagosa.
- Cuando la temperatura es mayor el alcohol se hace más desagradable.
- Cuando la temperatura es menor, los aromas se pierden y son menos perceptibles.
- Cuanto menor es la temperatura, la acidez es mayor.
Nuestros amigos del Club de Vino Vinarmoni comparten con nosotros una serie de recomendaciones para escanciar el vino a la temperatura adecuada.
Los vinos blancos, espumosos y rosados se toman fríos, por lo que se debe evitar tener la copa por mucho tiempo en la mano. La temperatura a la que pueden servirse los vinos rosados y blancos fermentados es de 12°C. Los blancos frescos y generosos frescos 10°C. Los vinos tintos de gran reserva suelen tomarse a una temperatura entre los 14º y 18º C.
Una vez abierta la botella del vino, debe buscarse la manera de conservar su temperatura. Para esto es recomendable mantener la botella en una cubeta con hielos y consumirse como máximo en tres días.
La copa nunca se llena, se deja al menos 1/3 libre y se toma por la base según la temperatura en que se deba beber. Beber vino es un proceso en el que se involucran todos los sentidos: mira su cuerpo y color; con un movimiento ligero de la copa desprende su aroma y déjalo llegar a tu olfato. Finalmente, sórbelo, sin hacer ruido, y mantenlo en la boca por uno momentos para que te enfoques en su textura.
Recuerda que antes y después de beberlo, debes limpiar tus labios para no dejar ninguna marca.
Olivia O'Gam
Fuente: vidayestilo.terra.com.mx
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