Muchos lo consideran un alimento insulso, pero no saben lo que se pierden. Acá te pasamos algunas ideas sencillas y atractivas para prepararlo y potenciar su encanto.
Aquel que viva solo (o que haya vivido solo durante algún tiempo) sabe de lo que estamos hablando: el arroz, esa gran base de la dieta universal. Ese salvavidas alimenticio en noches de poco tiempo o poca inspiración culinaria. Para muchos argentinos, el arroz es un alimento insulso al que a lo sumo se le puede agregar queso rallado y un dado de manteca como todo condimento. Pero es consecuencia de una falta de ideas, de creatividad y de conocimiento. Porque pocos alimentos son más versátiles que un buen arroz para lograr platos inolvidables.
El truco está en saber manejar un puñado de formas de cocción –como pilaf, risotto o guiso– y en tener al menos dos variedades de arroz en la alacena –basmati y doble carolina, por ejemplo–. Con estas herramientas vas a tener la base para lograr diversos sabores y texturas. ¿Qué más necesitas? Un hilo de oliva saborizado La Toscana para multiplicar tus posibilidades.
Dile adiós al mazacote sin sabor. A continuación, te pasamos cinco buenas ideas para que ese arroz insulso se convierta en un plato gourmet.
Arroz blanco con oliva al romero y nueces
Si eres algo floja para cocinar, en estas recetas vas a encontrar una nueva brújula. El truco está en manejar la cocción del arroz en un buen pilaf. Para eso, pon un hilo de oliva en la olla y un pocillo de arroz (calculas uno por persona). Luego, saltea el arroz un minuto y medio, y por cada medida de arroz, le sumas tres de agua. Salas hasta que el agua quede apenas saborizada y pones la olla a fuego fuerte hasta que rompa el hervor. No revuelvas ni hagas nada.
Deja que se consuma el agua hasta rebasar al arroz. Bajá el fuego y espera dos o tres minutos más antes de apagarlo y dejarlo reposar. Mientras tanto, pela dos nueces por persona y pícalas con el cuchillo hasta convertirlas en trocitos. Serví el arroz en un plato hondo, rocíale las nueces y agrégale un nutrido hilo de aceite de oliva La Toscana saborizado con romero. Sírvelo con queso de rallar y ten a mano un pan fresco y crocante para repasar el plato.
Risotto de hongos de pino y oliva al ajo
Pocas cosas son más ricas que los hongos. Y en un risotto es donde más se lucen, porque el arroz se embebe de su sabor terroso y potente. Para preparar un risotto conviene tener un combo de hongos de pino secos (con un pocillo alcanza para dos personas) que hidratas unos veinte minutos antes de la preparación con un chorrito de vino blanco (si no tienes, agua está bien). Luego, pica un puerro y media cebolla en brunoise y rehógalas con manteca en una olla a fuego suave.
Cuando la cebolla está transparente agrégale el arroz (un pocillo por persona) y agua (tres pocillos por uno de arroz), y empieza a revolverlo en forma pausada y constate. Cuando ya casi no quede agua, le agregas los hongos troceados y dejas que termine de absorberse. El punto ideal es cuando el arroz está cremoso y los granos crocantes por dentro. Sírvelo con un hilo de aceite de oliva La Toscana saborizado con ajo, que potenciará el sabor de los hongos.
Arroz basmati con oliva al ají y camarones
El tema con el arroz basmati es que resulta caro comparado con los otros. Pero definitivamente es más rico. Es un grano largo y perfumado que deja un sabor entre florado y terroso en los platos. Lo haces con el método pilaf, pero la diferencia está en que cuando el agua alcanza el nivel del arroz, apagas el fuego y lo dejas reposar para que la absorba.
Ahí pones en la sartén un chorro de oliva y medio morrón cortado en tiritas; cuando el morrón se ablanda, le sumas un diente de ajo picado y de inmediato desglasas con una copa de vino blanco. Cocinas dos o tres minutos, le agregas unos camarones congelados y dejas que se ablanden. Ya está: serví el basmati por un lado y por otro esta salsa. Termina el plato con un chorro de aceite de oliva La Toscana saborizado con ají picante, que le dará relieve y buen picor.
Arroz jazmín con oliva a la albahaca y ralladura de limón
Jazmín es el nombre de un arroz típico del sudeste asiático y es perfumado como las flores. Y la manera más rica de prepararlo es realzando la frescura natural de su sabor. Para eso lo haces tipo pilaf hasta que se consuma el agua, pero además de sal le agregas la ralladura de medio limón. El sabor es inconfundible. Sírvelo con un hilo de aceite de oliva La Toscana saborizado con albahaca y tienes un combo potente y sabroso en un plato de lo más sencillo de preparar. Si buscas perfección, súmale almendras peladas.
Arroz con tomate, ajo y oliva al orégano
Este es un típico guiso. Y lo de típico viene a cuento de que es una de las recetas más sencillas y ricas que se pueden preparar. La forma fácil de hacerlo es con una lata de tomates perita enteros. Pones el arroz para hacer un risotto y cuando llega a la mitad de la cocción le sumas el tomate cubeteado junto con el ajo picado fino. Y revuelves para que se mezclen y se cocinen juntos. Si fuera necesario, agrégale agua para que no quede seco.
El picor se lo das con peperoncino, que realzará el gusto con un trazo picante. Y cuando ya está cocido, te queda un plato de arroz rojo, al que te conviene sumar una pizca de pimentón extra y un twist de aceite de oliva La Toscana saborizado con orégano. ¡Una comida sabrosa y fácil de preparar!
Fuente: planetajoy.com
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