El Gourmet Urbano: 👩‍🎨 #GASTRONOMIA | Ni nitrógeno ni esferificaciones: preferimos la ilustración (gastronómica)

sábado, 31 de octubre de 2020

👩‍🎨 #GASTRONOMIA | Ni nitrógeno ni esferificaciones: preferimos la ilustración (gastronómica)

Una buena mesa es la inspiración con la que la artista valenciana Silvia Tack plasma en sus ilustraciones los espectaculares (a la vez que sencillos) manjares del día a día.

Huevos fritos con patatas fritas servidos en bandeja de plata. Una buena ración de mantequilla. Vermuts con gildas de anchoa. Galletas danesas mojadas en café con leche. Pan con chocolate.

La Magia© Silvia Tack

Estos manjares ya casi cotidianos son también las deliciosas ilustraciones que intentan una cosa por encima de todas las demás: convertir la comida un acto divino, y es la artista valenciana Silvia Tack es quien los logra dibujando tentadores y cotidianos bodegones en los que todo gira alrededor de una mesa. Nada de lujos, tan solo el que contienen por sí mismos.

"Considero que estamos rodeados de lujos gratuitos y que a veces los pasamos por alto. Por eso trato de capturarlos, para que no se me olviden por si alguna vez desaparecen. Son una especie de fan art", nos comenta la valenciana cuya biografía en Instagram ya es toda una declaración de intenciones con una frase que dice: Mesa de vino, pueblo de pan, montaña de miel, huevo de flan.

La comida está más que presente en su trabajo, una pasión que nació a raíz de su trabajo como diseñadora. "Diseñaba etiquetas de vinos y cartas para restaurantes y cafés. Cuando empecé a sumergirme un poco más en todo ese mundo descubrí que estabá lleno de lujo puro y gratuito. Cosas que creo que en algunos años valdrán millones porque están desapareciendo", nos dice. "Me encanta descubrir gente que no tiene ni Soles ni Estrellas, pero que creen en lo que hacen y conocen el origen de lo que les rodea", nos explica.

Un pensamiento que se vuelve más claro cuando nos cuenta sus preferencias gastronómicas: exuberantemente sencillas y absolutamente deliciosas. Como que el plato que menos le gusta es el que está vacío; que desayuna medio litro de café filtrado con tostadas, una buena mantequilla y mermelada casera. "A veces también tomate rallado, queso camembert y mucha pimienta", continúa mientras empieza a hacernos rugir el estómago. ¿El útimo restaurante que le fascinó? "El Brote. Fui por primera vez justo antes de la pandemia y no me lo saco de la cabeza. Están especializados en setas pero mi plato favorito fueron unas pamplinas muy bien aliñadas y jugosas".

Wine o'clock© Silvia Tack

El estilo de la comida ilustrada de Tack es reconocible no solo por su temática sino también por su trazo orgánico. "Creo que esto fue mi vía de escape a mis años trabajando como diseñadora gráfica, necesitaba hacer lo contrario a la exactitud, las formas perfectas y las geometrías", cuenta. "También suelo usar una paleta de colores restringida, creo que una buena economía de recursos en la imagen puede ayudar más a contar y a componer. El color da mucha información y en general creo que me atraen los más cercanos a la naturaleza", continúa.

¿Buscas contar una historia a través de la comida o simplemente la retratas?, le preguntamos. "Siempre trato de contar algo, me entusiasma más una mesa después de comer que antes de. Cuando han pasado cosas, cuando hay acción no hay nada perfecto o puesto para la foto. Cuando comemos nos manchamos y hay desorden: si no despeina no divierte", nos lanza como respuesta. Como en La Magia, una de sus ilustraciones favoritas, en las que se observa un huevo cocido, su chorreante yema y un trozo de pan sumergiéndose hasta el fondo.

26 grains© Silvia Tack

"Me representa mucho en general, es casi mi art statement, es todo a lo que aspiro en la vida. Que haya pan y que se pueda mojar", bromea. "Sé que es el desayuno de mucha gente pero para mí también es la cena de muchos días ajetreados en los que el cuerpo me pide cerrar con algo simple y sencillo. No necesito nitrógeno ni caviar para disfrutar en una mesa; soy feliz con poco y esta ilustración lo simboliza".

Otro de los miembros de su portfolio al que le tiene especial cariño es a Uvas de compromiso, que hizo justo después de un viaje a Japón –donde descubrió uno de los sitios en el que mejor ha comido, Standing Sushi Bar, en Tokio–a raíz de la visión de los japoneses de la fruta. "Me pareció increíble que allí la fruta se trate casi como a una joya desterrada de la naturaleza y sus bichitos".

Silvia estudió Bellas Artes en Valencia y, desde el principio, se vio fascinada por todas las técnicas de grabado y dibujo. "Pero fue realmente el año que estuve de intercambio en Bratislava cuándo descubrí la ilustración, sobre todo editorial. Mi cabeza explotó al conocer toda la tradición que existe en Europa del este en torno a ella y su manera de trabajar los libros", nos cuenta.

Su inspiración surge de la comida y se alimenta del arte autodidacta, una forma narrativa y canalizadora para expresar sus emociones. "Los artistas autodidactas (sobre todo de la era pre-internet), en general, tratan de representar la realidad de una manera mimética –léase Lee Godie, Aloïse Corbaz, Susan Te Kahurangi King– pero al final ponen mucho de su opinión y su manera de ver el mundo, a pesar de no tener formación reglada... y esto me fascina", cuenta emocionada Tack.

Uvas de compromiso© Silvia Tack

El confinamiento estuvo también muy presente en sus ilustraciones y redes sociales, logrando vencer el exceso de monotonía que suele amenazar cualquier impulso creativo. "Me lo he intentado tomar con humor, cocinar con fuego... El vino –ahora mismo sus favoritos son el palo cortado Micaela de Bodegas Barón, Maeve de la Microbodega de Rodriguez Morán y El Cariboum de Alice Bouvot– y los croissants me han salvado un poco".

El futuro le depara la experimentación con la animación, su meta a corto plazo. Pero también unas cañas bien tiradas en La Colmada o Conservas Nudista ("un éxito seguro", nos dice), en Madrid. O a lo mejor una retorno a San Sebastián, al Geralds Bar, su predilecto. O a Valencia, donde nunca le defrauda un arròs al senyoret en Alquería de la Font d'En Corts o las raciones de fideuà para llevar de Rausell. Lujos tan sabrosos y accesibles como estos, sí, de cabeza. Y personajes que ensalcen tanto su valor como Silvia Tack, pues también.

La ilustradora Silvia Tack

Fuente: Traveler

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