El Gourmet Urbano: #VINOS 🍷 | Cómo afectan las copas al contenido?

jueves, 30 de enero de 2025

#VINOS 🍷 | Cómo afectan las copas al contenido?


Dos sommeliers expertas, Emma Benet y Gemma Muray, explican el secreto que se oculta en el envoltorio del vino: las copas

¿Comerías una sopa con cuchara de postre? ¿Un helado de bola sin cono? ¿Un entrecot sin cuchillo de sierra? Cuando se trata de disfrutar del vino o de los espumosos, los expertos coinciden en que no solo el producto cuenta, sino también la copa con que se degusta.

Por lo tanto, al consumir vino o espumosos, el debate sobre el contenido y el recipiente tiene gran relevancia. De hecho, estudios en el mundo del vino han demostrado la importancia de la copa en el proceso de degustación. La temperatura, los aromas y la facilidad para degustar son solo algunos de los factores a tener en cuenta al elegir una copa de vino.

“Las copas funcionan como la ropa por modas. Hace años se llevaba mucho la copa pompadour, que era baja y muy abierta. Luego se puso de moda la copa flauta”, explica la fundadora y socia del club DonesVi, Emma Benet, a Vadevi, quien destaca que personalmente ella es partidaria de las flautas para beber espumosos. Para ella, la elección de la copa flauta para los espumosos se debe a su capacidad para retener las burbujas durante más tiempo. “Como hay mucha menos superficie de cava o champán dentro de la copa, las burbujas se mantienen mucho más tiempo que en una copa más abierta”, añade.

En este sentido, la popular marca de copas de vinos Riedel organiza experiencias para demostrar cómo las copas tienen gran importancia a la hora de degustar un vino. Desde la marca aseguran que la forma de la copa determina hacia dónde debe dirigirse el vino dentro de la boca, lo que permite disfrutar mejor de sus atributos organolépticos.

Sin embargo, Benet revela que en el panorama vitivinícola actual y en el mundo de las catas hay una nueva tendencia: el uso genérico para todo tipo de vinos de copas más grandes y abiertas. “Actualmente, sobre todo en el mundo de las bodegas, se presentan los vinos y los espumosos en la misma copa normal; una copa para el vino blanco, tinto y el espumoso”, dice la experta. El punto fuerte de la copa amplia, según Benet, es que siempre permite apreciar mucho más los aromas. La idea es simplificar el conjunto de utensilios utilizados para catas y, al mismo tiempo, preservar las características organolépticas de los vinos: “Se trata de una copa estándar, que no sea ni muy grande de copa, ni tampoco muy estrecha, para que el vino dentro pueda respirar y los aromas se concentren hacia tu nariz”, defiende Benet.

Copa de vino espumoso / CCOO

Por otro lado, la experta en vinos y fundadora de CARAM CARAM, empresa dedicada a la promoción de la gastronomía catalana, Gemma Muray, defiende que la copa Borgoña es una de las más versátiles. Considera que es una elección que puede servir tanto para vinos blancos como para tintos. “Para mí, la Borgoña es la copa más completa”. Muray considera que su forma amplia permite que los vinos puedan respirar bien y, al mismo tiempo, favorece la apreciación de los aromas: “Es perfecta para todo tipo de vinos, ya que tiene suficiente superficie para poder apreciar aromas, independientemente de la variedad del vino”.

Las dos sommeliers consideran oportuno utilizar una copa de vino para degustar espumosos de larga crianza. “Disfrutar de un espumoso de larga crianza con copa de vino permite sentir las notas de crianza y percibir la fina burbuja”. Es una elección, lejos de las tradicionales copas flauta, que permite al espumoso expresarse mejor en boca y olfato, destacando su complejidad.

Una copa para cada momento


Tradicionalmente, sin embargo, las copas de vino se han clasificado según el producto que se desea consumir. La copa Burdeos, redondeada y con boca cónica, es ideal para vinos tintos con estructura marcada. La copa Borgoña, más grande y abombada, es adecuada para tintos con cuerpo. La copa Riesling, de forma cónica y tallo largo, es perfecta para vinos blancos y espumosos, aunque los espumosos pierden el carbónico más rápidamente. La copa Chardonnay, con un cáliz amplio, es ideal para vinos blancos fermentados en barrica. La copa Flauta, estrecha y alargada, es la mejor para vinos espumosos, manteniendo la efervescencia. Finalmente, la copa Jerez, pequeña y con tallo corto, es ideal para vinos olorosos y de postre.

Tanto Benet como Muray coinciden en que el mejor consejo para cualquier amante del vino es experimentar y descubrir qué copa se adapta mejor a sus preferencias. “Cada uno debería investigar y catar los vinos con copas diferentes, ya que cada copa ofrece una experiencia única”, concluyen.

Júlia Gamissans

Fuente: Vadevi

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