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© Northwestern University |
Cuanto más dejes reposar el té, más contaminantes estarás filtrando para mejorar el agua, pero la bolsa de té importa.
La ciencia ha identificado otra buena razón para beber té: purifica el agua naturalmente.
Los investigadores de la Universidad Northwestern encontraron que las hojas de té absorben del agua ciertos metales dañinos como el plomo y el cadmio, impidiendo que los ingiramos. Destacan que las hojas de té no deben reemplazar a los filtros de agua, pero su trabajo echa luz sobre la forma pasiva en que esta querida bebida protege nuestra salud. En el trabajo que publicaron el lunes en ACS Food Science & Technology, los que gustan del té encontrarán una razón real para sentirse superiores a los amantes del café.
“No estoy seguro de que haya algo notable en las hojas de té como material”, dijo el autor del trabajo e ingeniero de la Universidad Northwestern Benjamin Shindel, en declaraciones: “Lo que sí es especial es que resulta que el té es la bebida que más se consume en el mundo. Podrías moler toda clase de materiales para obtener un efecto similar como remedio contra los metales, pero no necesariamente sería práctico. Con el té, no hay tarea extra. Pones las hojas en el agua y dejas reposar el té, y naturalmente las hojas eliminarán los metales”.
La explicación
Sucede porque los iones de los metales pesados – los átomos que tienen carga eléctrica – se aferran a la superficie de las hojas de té. Para investigar esta propiedad, Shindel y sus colegas midieron los niveles de metales como plomo, cromo, cobre, zinc y cadmio, en líquidos calientes, antes y después de poner diferentes clases de té, bolsitas de té, métodos de reparación y tiempos de reposo.
Su método dio como resultado varias observaciones notables. Tal vez no sorprende que el factor más importante en la capacidad del té para filtrar metales pesados es el tiempo: cuanto más tiempo reposaba el té, más metales pesados filtraba del agua.
“Algunas personas preparan su té durante unos segundos, y eso no servirá para remediar lo de los metales pesados. Pero si el té reposa durante más tiempo, e incluso durante la noche como sucede con el té helado, filtrará la mayor parte de los metales del agua”, explicó Shindel.
Otro aspecto importante es la superficie de las hojas de té. Cuanto mayor sea la superficie, más grande será el área para que las hojas de té puedan absorber los metales pesados porque hay más sitio para los iones del metal. Eso significa que usar hojas de té molidas o las hojas sueltas no cambia en mucho las propiedades de absorción de metales.
“Cuando se procesan las hojas, se arrugan y se abren los poros. Esas arrugas y poros suman más superficie. Moler las hojas también aumenta el área de la superficie y brinda más capacidad para la filtración”.
¿Y qué hay de las bolsitas?
Las bolsitas de té también tienen su rol en la absorción de contaminantes. El equipo notó que mientras las bolsitas de algodón y nylon casi no absorbían los metales pesados, las bolsitas de celulosa (base vegetal) absorbían una cantidad importante. “Las bolsas de té hechas de nylon ya son problemáticas porque liberan microplásticos, pero la mayoría de las bolsas de té que se usan hoy son de materiales naturales como la celulosa. Pueden liberar micro partículas de celulosa, pero es una fibra que nuestro cuerpo puede procesar”, dijo Shindel. También añadió que la capacidad de filtración de la celulosa podría deberse a que potencialmente tiene un área mayor que los materiales sintéticos.
Con todo, los investigadores concluyeron que la taza de té común (una taza de agua con una bolsita de té que se deja reposar unos tres a cinco minutos) podía filtrar aproximadamente el 15% del plomo del agua, incluso si los niveles de plomo en el agua son tóxicos. Si bien los investigadores señalan que el té podría no ser la solución a una crisis de agua potable, su trabajo brinda datos prácticos que podrían tener impacto en futuras investigaciones para la salud pública.
“En una población, si la gente bebe una taza de té extra cada día, quizá con el tiempo veamos una disminución en enfermedades con correlación directa con la exposición a metales pesados”, dijo Shindel. “O tal vez podría explicarse por qué las poblaciones que beben más té tienen una tasa de incidencia menor de enfermedades cardiovasculares que las poblaciones que consumen menos té”.
En otras palabras: si bebes té, sigue haciéndolo.
Este artículo ha sido traducido de Gizmodo US por Lucas Handley. Aquí podrás encontrar la versión original.
Margherita Bassi
Fuente: Gizmodo
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