El Gourmet Urbano: #VINOS 🍷 | Diez claves para saber si un vino barato es bueno

jueves, 28 de septiembre de 2023

#VINOS 🍷 | Diez claves para saber si un vino barato es bueno

Sumiller sacando las notas de cata del vino en nariz.

Desde los datos destacados que puede aportarte la etiqueta hasta el significado del color o lo que insinua el precio

Partiendo de la base de que, a día de hoy, en territorio nacional es realmente difícil encontrar un vino malo (entiéndase por malo cabezón), sí que existen determinados factores a tener en cuenta para que no nos den gato por liebre o, haciendo honor a la cultura del vino, para que no nos la den con queso. La copa, se entiende. Este es nuestro decálogo para evitar que lo barato acabe saliendo caro.

QUE NO TE ENGAÑE LA ETIQUETA




Dejarse guiar por un profesional es siempre la mejor idea en caso de que todo te suene a chino, aunque la mayoría de las veces el nombre del vino o una etiqueta molona acabará seduciéndote antes de preguntar. Esto no tiene por qué ser malo. La mayoría de las veces un buen diseño acompaña a un buen vino. Pero si no quieres fallar, te interesa más entender lo que pone en la contraetiqueta. Fíjate en la región de origen, el grado alcohólico y la crianza. Estos datos te ayudarán a hacerte una idea del tipo de vino que vas a tomar, de si es ligero o intenso, si tendrá matices afrutados, una acidez marcada o un toque de madera. El respaldo de una denominación de origen te dará la confianza que necesitas para decidirte.

EL COLOR NO DETERMINA LA CALIDAD




El color es uno de los aspectos que más varían en un vino: depende de la elaboración, la evolución o las propias variedades. El color no nos habla de la calidad, pero sí nos puede indicar otros datos interesantes, como la edad del vino. Por ejemplo, en los blancos, los tonos amarillo pajizos son sinónimo de juventud, mientras que los dorados indican evolución. En los tintos, los ribetes violetas denotan viveza y los anaranjados oxidación, es decir, envejecimiento. En los rosados, el color responde a una mayor o menor extracción durante la elaboración, y está siempre muy unido a las tendencias del mercado. No es oro todo lo que reluce, así que no dejes que el color influya en tus criterios de compra. Tanto si te gusta como si no.

NO TE DEJES SEDUCIR POR LAS PUNTUACIONES




Un vino es mejor cuanta mayor sea su puntuación en las guías. Mentira podrida. El vino será bueno, estamos de acuerdo, pero eso no quiere decir que a nos vaya a gustar más. Las guías de vino las elaboran personas a partir de sus propios criterios, que no tienen por qué ser los mismos que los nuestros. Aunque traten de medir aspectos concretos y tangibles, las calificaciones no dejan de ser opiniones individuales. Una guía de vinos nos puede servir como orientación, pero nunca como biblia.

SI TIENE ROSCA, ¿ES MALO?


Considerar que un vino es mejor que otro por llevar un tapón de corcho es uno de los mayores cuñadismos que siguen existiendo hoy en el mundo del vino. El corcho natural tiene reconocidos beneficios, sobre todo si se trata de un vino de guarda. Sin embargo, en muchas ocasiones, se continúa usando por mantener la tradición y darle al consumidor lo que espera. Para un vino joven, pensado para consumo en el año, lo mismo da cerrar la botella con corcho, plástico, rosca o chapa, pues la función del tapón es únicamente la de sellar el envase. El sistema de cierre no influye en la calidad del vino, si acaso será testigo de la evolución del mismo en botella. De hecho, en países europeos como Alemania es habitual encontrar todo tipo de vinos tapados con rosca o silicona (más económico y sin riesgo de TCA), incluso los más caros, siguiendo el camino marcado por países del Nuevo Mundo como Australia o Nueva Zelanda.

LO QUE DE VERDAD NOS DICE EL PRECIO




Igual que hay vinos baratos muy buenos, también los hay carísimos que no lo son tanto. A la hora de acertar en el restaurante, puede que te sirva saber que un vino que ronde los 25-30 € será siempre bueno, pues en carta suele ver aumentado su precio dos o tres veces con respecto a su coste en tienda. En un establecimiento especializado o en el supermercado podemos bajar hasta alrededor de los 10 euros y garantizarnos una buena experiencia en la copa. Por menos de cinco euros nos la jugamos y no ayudamos al sector. Un vino demasiado barato nos habla de grandes producciones y poco mimo al proceso, mientras que uno muy caro implica un valor añadido (viñedos únicos, producciones limitadas, colaboraciones artísticas). Entre un extremo y otro la horquilla es amplia y apetecible, con opciones para todos los gustos y momentos. A jugar.


LÁNZATE A LA AVENTURA



Entrar en un restaurante que no conoces o con una carta de vinos que no comprendes, puede ser un detonante para probar vinos locales o vinos que, por nuestros prejuicios, pensamos que no nos gustan. Fuera prejuicios: "donde fueres, haz lo que vieres". El vino nos ofrece la posibilidad de viajar desde la copa para descubrir el territorio y sus costumbres, por eso una buena manera de acertar con la elección cuando no sabemos qué pedir es dejarse llevar hacia lo que se elabora o se bebe en la zona en la que estamos. Como dijo un sabio: ante la duda, es mejor optar por el vino más caro de una denominación pequeña, que por el más barato de una región conocida.

EL VINO DE LA CASA




Aunque antaño este concepto solía responder a un excedente de stock o a un vino que había sufrido una merma de calidad por no rotar con la suficiente celeridad, hoy en día hay vinos de la casa elegidos con cuidado, incluso botellas elaboradas en exclusiva para el restaurante, que tienen como fin dar a conocer al cliente una bodega singular, un estilo de vino que acompaña especialmente bien a la cocina o simplemente facilitarle la vida al público menos experto. En origen, un vino de la casa es una pequeña joya descubierta por el restaurante que se ofrece al cliente buscando que no repercuta en su cartera. No debería ser un vino de mala calidad. Insistimos, no debería.

HONESTIDAD EN LA COPA



Degustar un vino es una experiencia sensorial, pero, sobre todo, personal. El componente subjetivo es muy grande. No necesitas saberte un glosario de palabrejas para demostrar que sabes más que nadie. De verdad que no. En el momento de la cata, toda apreciación es acertada y nadie, por experto que sea, puede decirte que te equivocas. Dicho esto, el mejor consejo para no errar a la hora de elegir un vino es optar siempre por el más honesto. Es decir, el que da exactamente lo que había prometido. Ni más ni menos. Sin falsas expectativas ni añadidos innecesarios. Un vino bien elaborado que se corresponda con la zona, la tierra y la uva. Ecológico o no: un vino sincero.

VINO EN LATA


El vino en lata no es una moda, es una realidad que va unida a los dos grandes desafíos de la industria: mantener bajos los costes, conseguir una mayor responsabilidad ambiental y social, y llegar al consumidor más joven. Si se trata de hacer que el vino sea algo relevante para la próxima generación de consumidores, la lata es la alternativa ganadora. No es para menos, ya que es un envase económico, fácil de transportar y de consumir en cualquier momento y lugar y, además, permite jugar con el diseño y atraer a otros públicos. Es la puerta de entrada de nuevos productos que harán mella en el mercado el resto de la década, como son las bebidas con poco alcohol y los refrescos con base de vino. Sí, el vino en lata es actualmente una opción buena y barata gracias a la apuesta de futuro y el compromiso con la calidad de un buen puñado de bodegas.

DÉJATE ASESORAR POR EL SUMILLER




Si después de todo la anterior sigues teniendo dudas, el sumiller será tu mejor aliado para acertar con el vino en el restaurante. Un buen profesional no tratará de venderte el vino más caro sino el que más se adapte a tus gustos y apetencias (además de a tu bolsillo). Y lo mismo sucederá en una tienda de vinos. Pero si no hay un profesional especializado que te pueda orientar, los vinos sin crianza o con poca crianza, además de ser más económicos, son también más fáciles de entender y de disfrutar. Una recomendación a tener en cuenta si quieres salir airoso sin arriesgar demasiado.

LAURA S. LARA

Fuente: El Mundo

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