Lo que ha ocurrido en el sector del aceite de oliva chileno es notable. Hace unos 15 años, solo unas pocas empresas mostraban interés en su elaboración, invirtiendo en campos, variedades y tecnologías de extracción. Entre ellas estaba Olave, que desde entonces se ha mantenido como una de las líderes de esta joven industria, la que año a año se supera a sí misma en volúmenes de producción, montos exportados y distinciones recibidas.
El caso de Olave (Valle Grande S.A.) es digno de destacar por la forma en que ha sido llevada como empresa y por la sostenida consistencia y calidad de sus productos. Elvio Olave, su fundador, un profesional del área agroindustrial con variados intereses en su área, decidió concentrarse hacia fines de los años 90 en la producción de aceites de oliva extra vírgenes, y para ello plantó en un terreno cerca de Santiago algunas variedades de olivos que había importado de Italia y España.
Hacia 2002 Olave tenía tres campos de olivares en la Región Metropolitana: uno de 160 hectáreas, completamente orgánico, llamado El oliveto, ubicado en el valle de Cholqui, comuna de Melipilla, y otros dos en Isla de Maipo, que agregaban 80 hectáreas más al proyecto.
El gran salto de la empresa en plantaciones, infraestructura y diversificación de su oferta se produjo a partir de 2007 con la incorporación del Grupo Angelini como socio mayoritario. Este poderoso respaldo se manifestó de inmediato en la adquisición del campo El sauce, en la Región de Coquimbo, a unos 20 kilómetros al sur de La Serena. Sus 580 hectáreas han sido manejadas desde un comienzo según los principios de la agricultura orgánica, con gran respeto por la biodiversidad del lugar. Las variedades plantadas allí, en condiciones de clima y suelo muy favorables, son principalmente italianas, entre ellas frantoio, leccino, coratina, nocellara del Belice y cerasuola.
Dentro de este extenso campo de olivos, Olave acaba de inaugurar un Centro Turístico que ofrece visitas guiadas por los huertos y las instalaciones. A través de ellas se entrega una visión completa de la elaboración del aceite de oliva, desde la planta hasta el procesamiento de los frutos. Este recorrido culmina en una cata de diferentes aceites para que el visitante aprenda a distinguir las sutilezas de aromas y sabores que hay en cada producto de la compañía (más sobre el Centro Turístico y la forma de coordinar una visita en www.olave.cl).
Paralelamente a su crecimiento en plantaciones e infraestructura, y en la conquista de nuevos mercados, Olave ha seguido diversificando su oferta. Durante 2012 hubo varios lanzamientos de productos. Uno de los más interesantes fue el Olave Kid, un ensamblaje de las variedades arbequina, biancolilla y coratina, de suaves aromas, carácter frutado y agradable sensación dulce en el paladar. Es un producto especialmente pensado en los más pequeños, que pueden rechazar lo que para muchos adultos es un plus: el sabor picante (a veces de gran intensidad) y las notas amargas que entregan algunos buenos aceites de oliva extra vírgenes.
Otra novedad de la empresa, aparecida hace algunos meses, es el Olave Ají Verde, el quinto integrante de la línea de sus aceites especiados (a la que también pertenecen productos con sabores de albahaca, merkén, ajo y limón). Es muy recomendable para aliñar ensaladas bien chilenas y preparaciones como porotos granados y humitas sin tener que vérselas con la manipulación directa del ají. Todos los aceites mencionados son 100% orgánicos y vienen en envases de 250 ml (precio de referencia en supermercados: $2.990).
Pero el producto estrella de los aceites lanzados últimamente por Olave es el Olave Limited Release N° 1. Obtuvo el premio Gran Prestige Gold en TerraOlivo 2012, un importante concurso que se realiza en las laderas del Monte de los Olivos en Jerusalén y en el que participan productores de todo el mundo. Se trata de una mezcla muy lograda de las variedades coratina,frantoio y nocellara del Belice, la que dio por resultado un aceite con agradables aromas de pasto recién cortado, tomate verde y hojas de higuera, e intensos sabores picantes y amargos en el paladar, todo dentro de una armonía compleja y sofisticada. Está a la venta en tiendas gourmet y secciones especializadas de algunos supermercados (precio de referencia: $12.990 la botella de 375 ml).
Si usted quisiera probar por separado las variedades que componen este aceite ícono y apreciar sus particulares características organolépticas, Olave tiene una línea de varietales en la que están, precisamente, la coratina, la frantoio y la nocellara del Belice al 100%. Son aceites que pueden aderezar preparaciones muy diversas. Pero es tarea del cocinero o del comensal descubrir cuál va mejor con un determinado plato.
Fotografías desde arriba:
N° 1: Olave (Valle Grande S.A.) tiene 820 hectáreas de olivos en sus campos de la Región Metropolitana y Coquimbo.
N° 2: Gran parte de las olivas que procesa Olave provienen de huertos orgánicos.
N° 3: Una de las líneas de embotellación de Olave.
N° 4: Olave Kid y Olave Ají Verde, dos de las novedades de Olave en 2012.
N° 5: Olave Limited Release N° 1, premio Gran Prestige Gold en TerraOlivo 2012, Jerusalén.
N° 6: Nocelara del Belice, Frantoio y Coratina, tres de los varietales orgánicos de Olave.
Fuente: apuntesdesobremesa.cl
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