Digamos que desde que estuve en la universidad... ha pasado un tiempo, así que miro a las botellas ahora y se me plantea una gran pregunta: ¿aún puedo bebérmelas?
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He sido muy cuidadosa con la forma en que he almacenado los vinos a través de los años, y aparte de unos breves apagones durante alguna tormenta en los meses de verano, todos se han mantenido fríos y almacenados correctamente. El Washington Post publicó recientemente una historia que explica en qué deberías fijarte al comprobar esas botellas polvorientas que has estado guardando durante años en el sótano.
Comprueba el espacio entre vino y corcho
Una de las primeras cosas que tienes que hacer para saber si una botella de vino sigue estando buena es fijarte en el espacio que hay entre el corcho y el vino. La mayoría de las botellas deben tener aproximadamente medio centímetro entre el corcho y el vino de la botella. No hace falta que saques la cinta métrica para esto, si tienes otra botella de vino en casa utilízala para comparar. Si tu botella vieja tiene más espacio del que debería, existe la posibilidad de que el vino se haya oxidado, evaporado o filtrado a través del corcho.
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Busca las fugas
¿Otra buena señal de que las cosas no van como deberían? Que veas alguna fuga en el exterior de la botella. Si la botella ha filtrado por algún punto, ese vino no tendrá un gran sabor ahora.
Haz bien tus deberes
Nunca está de más buscar el productor y la cosecha y ver qué es lo que tienes entre manos. Puedes ver lo que otros han dicho sobre la botella (y cuándo), y hacerte una buena idea de cómo envejece con los años ese vino. Por ejemplo, si todas las reviews de alguna botella han comenzado a empeorar en los últimos años, esa es una buena señal de que el vino está empezando a pasarse y es un claro indicativo de que deberías bebértela cuanto antes.
Emily Price
Fuente: Gizmodo
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