El Gourmet Urbano: No cometas estos errores al tomar #VINO

jueves, 15 de noviembre de 2018

No cometas estos errores al tomar #VINO

¿Cuánto tiempo se debe guardar?, ¿el tinto va con carnes y el blanco con pescado?. En la nota de hoy te dejamos algunos consejos que te ayudaran a comprender y disfrutar más del vino.

El mundo del vino está lleno de tópicos que una y otra vez se repiten sin cuestionarlos, reafirmando esas falsas creencias entre los consumidores.

Te presentamos a continuación los siete errores que la mayoría de consumidores comenten con el vino:




GUARDAR EL VINO PARA LA ETERNIDAD 


Una vez comprado, el 95% de los vinos NO mejora con los años. El 4% de los vinos puede mejorar algo en los próximos tres a cinco años, y sólo uno de cada 100 vinos puede mejorar con el tiempo y en la mayor parte de los casos no más de 10 años, tiempo a partir del cual inician su declive.

El marketing, la imagen generada en medios, los coleccionistas de vinos o incluso el género literario ("mejora con los años como el buen vino") han creado el que posiblemente sea el mayor mito del vino.

Cuando una bodega pone un vino a la venta es porque considera que es el mejor momento para beberlo, o como mucho guardar unos pocos años.

SEGUIR SIEMPRE LA REGLA DEL COLOR


El otro gran error que comete la mayoría de las personas es seguir siempre la (errónea) regla del color. El vino y los alimentos NO siguen la regla del color "tinto para carne y blanco para pescado", sino la regla del sabor, por ejemplo "tinto joven para pescado y blanco con cuerpo para carne blanca".

Hoy sabemos que la combinación del vino con el plato no depende del color, sino de la capacidad de éste en maridar con la comida, entendiendo maridaje como la cualidad del vino de potenciar el alimento por sus cualidades, principalmente acidez y tanicidad.

SERVIR EL ESPUMANTE DESPUÉS DE COMER


Es habitual usar el espumante para brindar con los postres pero esto es, precisamente, lo peor que podemos hacer. En ese momento sería mejor utilizar un vino dulce. Un buen vino espumoso debería tomarse al inicio de una comida, con los aperitivos, para ser apreciados mejor.

Por otro lado, la capacidad de las burbujas para "limpiar" la boca, especialmente en alimentos grasos, unido a la finura de estos vinos, sobre todo si son brut o extra-brut (es decir, secos, sin azúcar) los hacen perfectos para acompañar una comida completa.

ESPUMANTES NO SÓLO PARA EL POSTRE

SERVIR LOS BLANCOS FRÍOS Y LOS TINTOS NO


Servir los tintos demasiado calientes siguiendo el mito de "a temperatura ambiente" es un grave error que arruina el gusto y los aromas del vino. El vino tinto debe estar fresco, la botella de vidrio debe estar fría al tacto y su temperatura de servicio suele estar entre 11 y 15ºC, mucho menos que la temperatura "ambiente" de hogares y restaurantes, que habitualmente no suele bajar de los 20ºC.

Por el contrario, la mayoría de personas enfrían demasiado los blancos y los espumosos, lo que convierte el vino en anestesia para nuestras papilas y suprime todos los aromas. Al igual que los tintos, los blancos y espumosos tienen su propia temperatura. Una hora en el refrigerador o unos minutos en hielo es suficiente.

USAR COPAS INCORRECTAS


Las copas y el servicio tienen una importancia capital en la degustación de vino. Llenar la copa hasta arriba, además de mal gusto, propicia por un lado que el vino se calentará al permanecer más tiempo en la copa y por otro que los aromas se perderán en el ambiente.

Una regla simple: sirva siempre un tercio de la copa y mucho mejor si sirve solo un cuarto. Dos excepciones: Los espumantes servidos en copa de flauta (nunca en copa de cóctel) y los vinos generosos servidos en copa de jerez pueden llenarse más de la mitad, pero sin llegar hasta el borde.

Por otro lado las copas deben ser grandes, de cristal o vidrio fino, transparentes, sin dibujos ni tallados y deben estar muy limpias. Nunca se debe servir el vino en copas mojadas.

COMPRAR MAL EL VINO


El precio puede ser un indicativo de calidad hasta la medida que refleja los costos de producción, pero más allá de éstos, solo suponen marketing o el valor que están dispuestos a pagar los consumidores por determinadas satisfacciones personales. Por lo tanto no siempre más caro es mejor.

En este sentido, vinos con mayores elaboraciones y por tanto mayores costos tendrán un precio mayor que vinos con elaboraciones más sencillas, pero si ambos están correctamente realizados serán buenos vinos, sólo cambia la tipología o fin al que se destina.

El mito de que los vinos caros son los mejores no es del todo cierto ya que el encarecimiento de un vino a veces es por otros motivos que no están relacionados con la calidad del mismo. La mejor regla: informarse y probar, ya que los gustos propios son el mejor indicador de calidad, el mejor vino es el que te gusta a vos.

TINTOS CON MADERA Y BLANCOS JÓVENES


Es cierto que los tintos con paso por barricas de roble suavizan los taninos y los blancos jóvenes potencian su frescura. Pero también es cierto que existen multitud de vinos tintos jóvenes de gran calidad y blancos con madera verdaderamente buenos.

Una de las grandezas del vino es su enorme variedad, lo que nos otorga la ventaja de poder probar vinos de todo tipo. ¿Se imaginan comer todos los días lo mismo? Algo así ocurre con muchos consumidores de vinos. Uno de los grandes pecados de muchas personas es acotarse a un limitado tipo de vinos, de tal manera que se pierden multitud de sabores y disfrutan mucho menos.

Disfrutar el sabor frutal de un tinto joven, los complejos matices de un blanco fermentado en barrica, los fantásticos y versátiles rosados, los "todoterreno" generosos y espumantes, y todo aquello que se cruce por tu camino, es una de las mejores maneras de hacer crecer tu abanico de sensaciones y tu cultura en vinos.

SOLEDAD MALLAR

Fuente: MDZOL

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