Antes de hacer juicios y comentarios xenófobos, es importantísimo conocer la historia y la cultura de un país para saber las posibles causas de un fenómeno.
Investigadores hicieron un análisis genético COVID 19 de Wuhan y resultó muy similar al del SRAS (Síndrome Respiratorio Agudo Severo) y otros coronavirus. Es probable compartan un ancestro en común en los coronavirus identificados en los murciélagos. A partir de ahí, empezaron a correr rumores de una supuesta sopa de murciélago china como el origen del COVID 19.
La cultura y gastronomía chinas, es una de las más antiguas del mundo. Data desde hace 5,000 años A. C. .La alimentación para ellos se relaciona estrictamente con el hecho de proveer felicidad y bienestar al cuerpo. La forma de combinar su alimentación está relacionada con su sistema religioso que agrupa el confucionismo, el taoísmo, el budismo y algunos otros movimientos sectarios. Aunque en China existen diferentes credos, la alimentación está íntimamente ligada al sistema filosófico de creencias.La forma de mezclar los alimentos, de cocerlos, de sazonarlos, es el cúmulo de experiencias y recetas que fueron hechas por los grandes filósofos chinos quienes también eran cocineros.
Uno de los proyectos de Mao Zedung era cambiar la base de la economía china de agraria a industrial. Entre 1958 y 1962, en China sucedió la hambruna más mortal en la historia, matando de 20 a 46 millones de personas en esos años. Debido a esto, el gobierno lanza un programa experimental de emergencia. Se instó a los granjeros a capturar animales salvajes y criarlos para el consumo de ellos y para venderlos en los mercados.
Al paso de los años esta producción doméstica se convirtió en una industria que hubo que regular, incluso con prohibiciones de venta de especies salvajes que estaban en peligro de extinción. El consumo de carne de animales exóticos en la época contemporánea está vinculado con dos factores principales:
- Como un símbolo de estatus para las élites, quienes no consumen la carne de animales exóticos cotidianamente.
- El uso de los órganos y partes de animales como remedios que la medicina tradicional china recomienda para ciertas dolencias (pene de tigre, uña de tigre, etc).
El consumo de carne de murciélago no es un hábito cultural en China. En la región donde mayormente se encuentran animales exóticos para el consumo es en Cantón y esto no es una práctica cultural común. Se descubrió que los videos que circularon por redes sociales, en realidad provenían de las Islas Palaos y las islas Célebes en Indonesia, y en Palau, en Micronesia, donde el caldo de murciélago es ofrecido como una curiosidad a los turistas. Estas islas son uno de los lugares turísticos de vacación para asiáticos. Se tiene certeza entonces, que los videos no sucedieron en Wuhan, donde se dio el primer brote de virus. El video de la sopa de murciélago se hizo viral, y algunos medios relacionaron la sopa con los hallazgos científicos sobre la presencia del Covid 19 en los murciélagos.
Comer carne de murciélago es culturalmente inaceptable, y en esto coinciden los especialistas sinólogos Chinos y extranjeros. Se atribuyó a los Chinos con comentarios racistas, el hecho de que consumían todo lo que se mueve y por ello eran los culpables del COVID 19. Estos comentarios son principalmente producto de la xenofobia y desconocimiento de la cultura de un país.
En un artículo publicado en The Lancet que es uno de los Journals Científicos más importantes en el mundo, el 15 de febrero pasado, con la descripción de los primeros casos clínicos de COVID 19 de Wuhan, los científicos rechazaron que hubiera un vínculo epidemiológico con el mercado de Wuhan China del que suponen salió el brote.
De esta manera, antes de emitir juicios y comentarios xenófobos, debemos de conocer la historia y la cultura de un país para saber las posibles causas de un fenómeno.
Liliana Martínez Lomelí
Socióloga de la Alimentación, École des Hautes Études en Sciences Sociales de París, Francia. Directora y Fundadora de Fundación para la Alimentación y Desarrollo (México) y Spreading Knowledge Foundation (Miami, Florida). Columnista alimentación y sociedad “Punto y Como”, todos los martes en El Economista.
Fuente: Martha de Bayle
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