El Gourmet Urbano: #VINOS de parcela: La mejor forma de valorar una tierra

jueves, 6 de diciembre de 2018

#VINOS de parcela: La mejor forma de valorar una tierra

Todas las bodegas tienen una parcela de referencia. Ese lugar donde se produce el mejor mosto. Es casi un juego del destino. Por la orientación, por la edad, por el suelo o por la humedad. De pronto salta la sorpresa, unos cientos de botellas merecen una etiqueta distinta, que refleja el cariño que el bodeguero pone en ese producto.


Ponerlo en valor es otro tema. Los clientes más cercanos a la marca lo buscan como un premio para las ocasiones especiales. Por eso merece la pena saber preguntar y escoger, para realizar una inversión que es garantía de disfrute. Estas opciones no fallan.


Bodega Carlos Moro


Hay vinos que dicen mucho de una bodega y esté es uno de ellos. Los paisanos de la zona que conocen bien el término de San Vicente de la Sonsierra saben muy bien que es Garugele. La descripción del camino es clara. "Sube pa arriba. A las afueras del pueblo, a la derecha, antes de llegar a la carretera. Un viñedo muy viejo, de siempre...".

Cuando se habla con Sergio Gurucharri, enólogo de la Bodega Carlos Moro, lo explica muy bien. "Es una parcela pequeña, con poco rendimiento, pero que tiene algo especial". Realmente, un poco más de hectárea y media de un viñedo de la primera mitad del siglo XX, exactamente de 1940, para producir uno de los mejores vinos de la Rioja. Esa es la diferencia. 


Bajo la añada de 2015, se han producido 6.658 botellas... Ni una más, ni una menos, para conseguir lo que se denomina un vino Premium... que merece una ocasión especial. Los 70 euros que vale la botella explican mucho del producto.

Técnicamente, estamos con un vino elaborado con tempranillo. Por supuesto con vendimia manual y doble selección, que se mima con especial cuidado. Su color podría definirse como un rubí intenso, su aroma es golpe de frutas negras maduras y extremadamente sutiles en boca. La orientación oeste de Garugele evita la madurez excesiva de las uvas y garantiza frescura en este tempranillo seductor con toques de frutas finas como grosella o la zarzamora.



Dicen los expertos que tiene una delicada mineralidad silicea, pero realmente para el hedonista es la excusa para una segunda copa... o mejor, para una segunda botella. Si además podemos disfrutar de una jornada de Enoturismo en la bodega con las explicaciones de Arancha, con uno de los calados más espectaculares de toda La Rioja, en un pueblo tan bonito como San Vicente de la Sonsierra la jornada puede ser perfecta.
Enate Chardonnay 234

En el Somontano, el invierno es frío y el verano caliente... como debe ser. En Enate a la hora de elaborar un blanco de referencia, saben que la parcela 234 sigue siendo un lugar para fidelizar a sus clientes. Su Chardonnay 234 es uno de los blancos mejor valorados por los aficionados a los vinos de esta D.O.



Un vino perfecto para cualquier hora del día y para disfrutar de su delicado color amarillo pálido. Es un vino fácil de tomar, con un paso fresco y un delicado punto de acidez que anima a una segunda copa. Si tenemos pescados a la sal, a la plancha o algunas piezas de marisco es un vino perfecto. Su precio ronda los 7 euros.
Altos de Losada

Hay que conocer a Amancio Fernández para entender los vinos de esta bodega. Losada son básicamente unos vinos de finca... y ese se entiende en muchos de sus productos. Altos de Losada es un buen ejemplo de cómo hacer un Mencía moderno con un viñedo viejo. El viñedo está situado en Valtuille de Arria y Piero.



Un tinto con mucha fruta y volumen, de marcado carácter atlántico y con una buena evolución en botella. Como curiosidad, fue seleccionado por Swiss Airlines para ser servido en First Class. Los 17 euros de cada botella merecen la pena.

Pedro Madera

Fuente: Marca

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