El Gourmet Urbano: COMO CATAR UN VINO SIN SER UN CATADOR

jueves, 14 de octubre de 2010

COMO CATAR UN VINO SIN SER UN CATADOR


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Todos los que gustamos del vino y sentimos debilidad por sus dones y su exquisito sabor tenemos un poco de catadores sin saberlo. Los sentidos utilizados para catar los vinos son la vista, el olfato, el gusto y el tacto, y estos sentidos no son exclusividad de un catador o de un sommelier.

La vista: Tomar siempre la copa por el pie y ponerla, inclinada, a la altura de los ojos, en lo posible sobre un fondo blanco, así podremos ver el color (amarillo limón, dorado, rosa, anaranjado, rojo violeta, rubí, teja...), el brillo y la limpieza del vino (brillante, pálido, límpido, turbio,...). Los reflejos pueden indicar la edad del vino, los vinos blancos que presentan reflejos dorados suelen ser más añejos que los que presentan reflejos verdosos. Los tintos rojos y violáceos indicarán más juventud que los que tienen reflejos marrones o tejas.

Al mover la copa podemos observar las llamadas lágrimas que deja el vino en las paredes de la copa, así podremos determinar el grado de alcohol del vino. Las lágrimas se presentan con vinos de más de 12 grados de alcohol.

El olfato: Llene la copa hasta 1/3 de su capacidad o hasta la parte abombada. Sujete la copa por el tallo o por la base, de esta manera podrá inclinarla mejor cuando vaya a mirar el vino y le resultará más fácil para hacerla girar. También puede sujetarla por la base y hacerla girar sobre la mesa para liberar los compuestos aromáticos del vino.
Incline hacia usted la copa e introduzca la nariz en ella con cuidado.
Inhale profundamente y luego aparte la copa para determinar qué aromas ha percibido.
Si un vino tiene un paso por roble, aparecerán notas tostadas, avainilladas o de manteca (tanto en blancos como en tintos). No todos los tipos de roble confieren las mismas notas. El roble americano proporciona un carácter avainillado, mientras las notas del roble francés son de mayor sutileza. El roble alemán aporta notas especiadas mientras que el portugués nos dará notas a chocolate.

El gusto: Quizás el punto más importante de la cata del vino sea poner a prueba el sentido del gusto, moviendo el vino por toda nuestra boca sin dejar colar el aire en ella. Piense en los sabores, texturas y sensación que le deja.
Cuando haya descubierto todo lo posible "tráguelo".
La experiencia nos indica que percibimos el sabor de las frambuesas o del roble o de manzanas en el vino. A pesar de que los únicos ingredientes que se usan para la elaboración son las propias uvas a la que se unen las notas de la madera en el proceso de crianza.
Lo que realmente percibimos son los compuestos aromáticos procedentes de las uvas fermentadas. Estos se evaporan en la boca y el cerebro los registra como múltiples olores y sabores que asocia a otros conocidos.
La lengua registra cuatro sabores básicos: el dulce en la punta, el ácido a los lados, el salado en el medio y el amargo en la parte posterior.
Cuando un vino llega a la boca lo primero que percibimos es el dulzor seguido de su acidez y por último su posible amargor.

El tacto: ¿Qué sensación deja en la lengua? Es un vino cremoso, sedoso, aterciopelado o rugoso y astringente al tacto?
La sensación de astringencia está dada por la presencia de taninos. Los taninos son compuestos derivados de los hollejos y pepitas de las uvas tintas. El tanino es posible detectarlo por la sensación de astringencia que deja en la boca.
Los tintos jóvenes presentan taninos más agresivos que los maduros.
Los vinos sometidos a un período de envejecimiento pierden la agresividad de su carga tánica. Su textura se suaviza con el paso del tiempo.
El cuerpo es la impresión de peso que deja el vino en la boca.
Dependerá del grado de alcohol que lo hace que parezca más o menos pesado.
La persistencia es otra característica a observar. El sabor de un vino sencillo desaparece una vez que se lo ha tragado. Mientras, que el de un buen vino permanecerá durante más tiempo.

Conclusión: Describir cómo catar un vino puede sonar hasta fácil, pero como en todo, la experiencia es muy importante, el tiempo puede ser nuestro aliado en este menester, siempre que bebamos un vino tomemos en cuenta estos detalles y pongámoslos a prueba con vinos de similares características, esto ayudará a tener puntos de comparación entre un vino y otro.
También es de ayuda leer del tema en los distintos medios de información, así como saber las características básicas del vino que se está probando, esto nos dará un punto de partida en la cata del vino.
Hacerlo de manera amateur y por satisfacción propia puede ser un buen comienzo para el ingreso al fascinante mundo del vino.


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