El Gourmet Urbano: Daniel Delgado (@warmth): Rompiendo mitos del vino – Parte VIII: El Consumidor

viernes, 2 de diciembre de 2011

Daniel Delgado (@warmth): Rompiendo mitos del vino – Parte VIII: El Consumidor

11-09-16 daniel delgadoLa serie de artículos acerca de los mitos que rodean al mundo del vino llega a su fin con la figura más importante de la gastronomía: el consumidor final. Sin la persona que disfrute diario, semanal, mensual o esporádicamente de una copa de vino, la industria vitivinícola no sería nada. Desde el amante hasta el que odia esta vertiente de la enogastronomía reconocen que esto es una cultura antiquísima que probablemente nunca muera, ya que cada día nuevos adeptos se unen y otros se separan. Como en toda sana competencia no todo es perfecto y eso ayuda a la industria a sobrevivir, a crecer y a evolucionar.
 
Vino di Riserva...
fuente: Foter.com

 
Es por esto que no debe menospreciarse la figura de un sencillo comensal que se sienta a la mesa a disfrutar de una buena comida y pide una copa de vino. Es él quien representa la mayoría, personas que no buscan analizar un vino pero si disfrutar de una bebida que acompañe bien a su comida. Me atrevo a decir que desde el más grande conocedor hasta el más desentendido aportan un grano de arena al crecimiento de esta cultura.


Soy de las personas que opina que no hay mejor o mayor conocedor de vinos, sino el que ha probado más, el que ha leído más, el que ha visitado más y el que, por suerte, concuerda con las opiniones de la mayoría, o al menos nadie se lo discute. Personas como Robert Parker, califican de manera subjetiva, según sus gustos y las tendencias del momento, lo que influye de manera excesiva lo que estará en boga luego y cómo serán los precios que deberemos pagar en el mercado por una botella de vino.
 
El crítico es uno más del negocio, al final el que importa no es él sino la persona que va a beberse el caldo. No juzgo a nadie, pero sabemos claramente que negocio es negocio y donde hay dinero las opiniones pueden cambiar. Me gusta mucho escuchar a los críticos, desde novatos en YouTube hasta los más reconocidos e influyentes porque así se aprende mucho, pero me guío más por mi instinto, mis conocimientos y mis gustos. En conclusión, no me dejo influenciar ni por una bonita etiqueta, ni por un nombre de una bodega, ni por el nombre de un vino, ni por una añada, etc. Bebo lo que me provoca tomar, escojo y me arriesgo a equivocarme basado en mis conocimientos.
 
Seré yo entonces quién juzgue si el vino funcionó o no para el uso que lo dispuse, por ejemplo una reunión, una cena, entre otras. Si me equivoco habré aprendido y tendré ahora la experiencia para una próxima oportunidad, los errores del mundo del vino se pagan baratos a menos que se tome un riesgo económicamente fuerte. Es por eso que si está comenzando a adentrarse en esta área le recomiendo apostar por lo seguro, algo que ya haya probado.
 
Muchos me preguntan por recomendaciones y siempre aclaro que son escogencias basadas en mis gustos y experiencias. Jamás recomendaría algo que no he probado. No es necesario ser un genio del vino para darse cuenta cuando un vino está ajerezado, así que si no lo estuviese y aún no le gustase su sabor lo invito a hacer un esfuerzo de no devolverlo (podría pasar una pena) o abandonarlo, como el que se hace al estudiar una asignatura que no es de su agrado, para adquirir los conocimientos a través de la experiencia de identificar qué es lo que no le gustó de ese producto. Eso asegurará que en una próxima oportunidad será más cuidadoso al escoger ese tipo de uva, de mezcla, de marca, de bodega, etc.
 
Imagino entonces que ya se habrán dado cuenta que para disfrutar de un buen vino no hay que ser el más rico de los conocedores sino el más inteligente de los arriesgados. Investigar, leer, probar e intercambiar ideas forman a la persona que en poco tiempo estará disfrutando más de lo que nunca imaginó, una cultura de donde sabios del mundo antiguo conseguían inspiración, relajación, diversión y hasta placer.
 
Evolucionar y crecer a la par del vino es lo que hace a este ecosistema de la vid tan excitante. Siéntese a una mesa y déjese llevar por la carta de vinos, darse un gusto muchas veces termina dando placeres desconocidos. No es coincidencia que la mayoría de los que estamos en el área de la enogastronomía encontremos más detalles donde otros no lo ven, sencillamente se aprende a disfrutar de lo más mínimo y a encontrar esos puntos de mejora para una próxima oportunidad en torno a conocerse a uno mismo.
 
Espero que la serie de artículos haya sido de su agrado y les haya servido para ampliar conocimientos y descartar esos mitos absurdos que no nos dejan disfrutar de manera plena un mundo y una cultura tan bonita como lo es el vino a nivel mundial. Le invito a tomarse un vino de cada país productor y de cada cepa existente, para cuando termine le aseguro tendrá edad suficiente para darse cuenta lo mucho que lo disfrutó.
 
Hasta la próxima.
Daniel Delgado
 
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