Fuente: Wikipedia Autor. User:WelcomeInSpain, User:Germanramos, Adrià garcía |
Pero conocer una ciudad con alguien que nació, se crió y se desarrolló en ella, hace sin duda que vayamos de la mano por aquellos vericuetos que como turistas poco nos atrevemos a visitar, por el temor propio a lo desconocido. Tener un cuñado catalán hizo que las veces que visité la Ciudad Condal, la viera como un lugareño y no como un turista. Claro está, aunque para ellos pasear por las zonas turísticas o saturadas de turistas, no es lo que realmente desean mostrar de su ciudad; debemos conocer y visitar toda ella. Aunque las Ramblas se conviertan más en un acto de orgullo para mostrar, que para disfrutar, es uno de los lugares más emblemáticos y de obligada visita cuando vamos a Barcelona, yo en lo particular la vivo, siento y la disfruto; razones de sobra para que así sea.
Visitar el Mercado de la Boquería, es algo justo y necesario para ver la ciudad desde su mercado; mi padre siempre me decía, si quería ver como era una ciudad, un pueblo, su día a día, su gente, sus costumbres y como palpita su esencia, que no dejara de visitar su mercado, y vaya que tiene razón. Con su cientos de puestos de ventas desde frutas hasta carnicerías, pasando por pequeños restaurantes hasta pescaderías, mas un sin fin de opciones de una altísima calidad de productos y servicios, hace el lugar soñado para aquellos donde el tema de la gastronomía esta por encima de museos, plazas, tiendas y castillos. Cataluña es una referencia mundial en gastronomía. No en vano para el 2013 se buscará que la UNESCO declare la “cocina catalana como patrimonio de la humanidad”, al igual que ha hecho con la cocina francesa o mexicana o la dieta mediterránea. Celebres cocineros catalanes han hecho de sus cocinas, lugares tan visitados y concurridos que de no tener una reservación previa, quizás lo único que podremos obtener sea una foto en la fachada del restaurante como recuerdo conformista de no haber comido. Pero bueno, bien vale la pena esa foto.
Así que si visitan Barcelona y por supuesto pasean por las Ramblas, no dejen de entrar en el Mercado de La Boquería y recorrer todos sus puestos e incluso comer en algunos de sus pequeños restaurantes o bares, donde se deleitaran con, chipirones con judías, callos, garbanzos con butifarra o morcilla, bacalao, gambas, navajas, etc., lo que ellos denominan la autentica comida de mercado, les confieso que será una de las experiencias gastronómicas mas fantástica que puedan experimentar. Si de pan se trata, hay un puesto llamado “Forn de Betlem Pa i Pastisseria”, simplemente adictivo, el olor a pan recién horneado inunda los ambientes, con la chapata, rústicos, panes especiales, pages, etc., haciendo del mostrador toda una gama de excelentes productos, hechos artesanalmente y sobretodo con mucha pasión.
Salir de marcha por Barcelona o recorrer sus bares y sitios nocturnos es algo que recomiendo hacer sin reparo, todo es tan bueno que le costará salir de uno para entrar en otro, pero curiosamente el que siempre repito cuando voy y seguro que este verano lo haré nuevamente es visitar “Sagardi cocineros vascos” es algo que realmente es de obligatoria visita, para degustar la cocina Vasca en Barcelona, y aunque existen cuatro restaurantes en el corazón de la ciudad, el que repito es el ubicado en la calle Argenteria, su proximidad a la majestuosa arquitectura de la Barcelona Gótica hace que la atmósfera sea el complemento ideal para conocer la ciudad. La barra de tapas o pitxos como le dicen los vascos es simplemente alucinante, cantidad de suculentas recetas montadas sobre un trozo de pan cortado en diagonal, que sirve de soporte para comer desde, chistorras, langostinos, morcillas, cerdo, etc., y un palillo de madera el cual se usa tanto para unir en franco matrimonio al pan con su par proteico y como medida de canje para pagar la cuenta, digo de canje, ya que es autoservicio, y a la hora de cancelar lo comido, solo se muestra el plato con el números de palillos y te dicen cuanto debes pagar. Que tal! Que honestidad de parte del cliente, o no?
Otra recomendación, si está en sus posibilidades, y si el deporte esta dentro de sus principales preferencias, no deje de disfrutar de un juego en el Camp Nou, y ver al Barcelona jugar en su campo, a sus anchas, con ese irrespeto que muchas veces la superioridad se manifiesta en buena lid. Uno se siente un “culé”, contagioso, embriagador, excitante, ensordecedor, así es el futbol catalán, casi 100.000 almas gritando el himno del Barça, “Tot el camp és un clam. Son la gent blaugrana… Barça, Barça, Baaarça ” es en definitiva una gran pasión que se expande de forma viral y le hace a uno entender porque son como son, y la admiración o aversión de otros, para concluir que bien vale la pena incluir en el itinerario un juego, y aprovechar en el intermedio para abrir el vianda y comerse un bocadillo ibérico como atenuante o paliativo a tanta excitación deportiva. Recomiendo comprarlo antes del ir al juego en la cadena de bocadillo Pans & Company, seleccionar uno de sus nueve tipos de pan entre, de olivas, 5 cereales, chapata, pan de coca, etc., y optar por su extensa selección de rellenos e ingredientes como para que nadie se quede sin satisfacer sus gustos.
No deje de incluir la ciudad de Gaudí, de Miró y de tantos otros, que la embellecieron, la adornaron y exportaron su reputación de gran ciudad, cuadricularmente ordenada, con un idioma propio y la gastronomía que tantos cocineros orgullosamente exhiben. Bien por la ciudad, bien por los catalanes, bien por el placer de viajar.
¡Buen provecho!
Humberto Silva
Maestro Panadero
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