Si compras allí una botella de ese vino, tienes derecho a una sesión de manicura gratis y a un kit con los citados esmaltes de uñas. Lo que pasa es que no se sabe si al final el incentivo para que las mujeres beban más vino italiano, sólo sirva para que las mujeres se pinten las uñas, y que las botellas se las sigan bebiendo sus maridos, que es lo que pone la estadística, todo por un mejor precio.
Aunque no debería descartarse que la promoción consiga que haya más hombres que utilicen esmalte de uñas con esos colores tan atrevidos y tan conjuntados con los lingotazos que se pegan. Es la magia de intentar que se venda algo en estos tiempos turbulentos de crisis, lo que hace que se igualen los vinos con los esmaltes de uñas, en las no menos turbulentas mentes marketinianas de los vendedores de lo que sea. O la de intentar que vaya alguien más a los beauty bar, a soportar las torturas de los tratamientos de belleza, tanto hombres como mujeres. Todo sea por la igualdad de sexos.
(Publicado en Andalucía Noticias)
Fuente: gentedigital.es
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