¿Sabías que el café es igual de complejo que el vino?
Aprender a degustar un café no es tarea fácil, debemos primero entregarnos al placer de los sentidos y de ser capaces de diferenciar entre las variedades, características de recolección, selección y procesos, sin dejar de un lado los niveles de tostado.
Además del gusto, todos nuestros sentidos se activan durante la degustación, los más importantes el olfato y la vista. El café se debe degustar en tres pasos: se observa, se huele y se prueba. Dejar alguna de lado sería privarte de disfrutar una extraordinaria experiencia sensorial.
Un café́ es algo más que una bebida fuerte o floja, suave o amarga, adjetivos con los que habitualmente describimos cuando se nos pide la opinión sobre un café́. Cuando se tiene la curiosidad de examinar y adentrarse en los variados matices y sensaciones que pueden desprenderse de una taza de café́, surge toda una complejidad en la que normalmente nos faltan palabras y adjetivos para describir sus características y aromas, sus sabores, su consistencia, su cremosidad y su permanencia...
Al observar debemos tomar en cuenta varios factores, entre ellos el color, que es de las característica más determinante; puede ir desde un marrón claro hasta casi el negro, dependiendo de la caramelización de los azucares del café́ durante el proceso de tostado.
También debemos evaluar su aspecto, si es nítido o turbio debido a la presencia de insolubles, puede presentarse denso o débil o inclusive brillante u opaco. Luego debemos descubrir sus fragancias y aromas en los que podemos percibir cientos, es por ello que debemos desarrollar nuestra memoria olfativa para disfrutar el mejor momento de la degustación.
Existen muchas clasificaciones de las características olfativas, pero si nos enfocamos en el café los expertos nos describen las fragancias como las que provienen directamente de la planta y los aromas los que pueden surgir durante su proceso de tostado, así que podemos percibirlos como florales, afrutados, vegetales, herbáceos, acaramelados, achocolatados, especiados, frutos secos, etc.
Al momento de saborearlo muy contrario a lo que muchos creen el sabor es una sensación global, suma de los factores básicos, el dulce, el salado, el acido, el amargo y muchos estudios hablan de uno más llamado umami. En mayor o menor medida los encontraremos en todos los cafés; al igual que podrás descubrir si lo sientes como un castigo o una caricia a tu paladar, debes encontrar un perfecto equilibrio. Con el retrogusto ya podremos descubrir de mejor manera e intensidad los aromas y describir mejor todos los que percibes en tu taza. Por ultimo debemos evaluar la persistencia, también llamada sabor residual o post gusto, que no es más que esa sensación que permanece y determina la profundidad de esa taza, mientras más tiempo disfrutes de esa sensación mucho más recordado será ese café.
Esta es una descripción muy básica para comenzar a descubrir todo lo que puede esconder una deliciosa taza de café, esta información no es más que el inicio a una experiencia que involucra todos los sentidos al momento de degustar y descubrir todo lo que puedes percibir en esa simple bebida que disfrutas cada día solo o en compañía, otra extraordinaria excusa que gira en torno a una bebida tan sencilla pero placentera... Una taza de café.
Gracias por tomar el Café en serio.
Jannina Poján Ruiz
@lacoffeeteacher
Barista SCAE - Gerente Gastronómico
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