Pescados azules, vegetales, frutos rojos y algunas especias, son algunos de los mejores aliados del cerebro en verano y ayudan a prevenir enfermedades neurodegenerativas.
Las verduras son básicas en la dieta mediterránea y ayudan a cuidar del cerebro. Durante el verano es habitual que se descuiden los buenos hábitos alimenticios, se modifiquen los horarios de la comida y que los excesos formen parte de la dieta diaria. Estas alteraciones no son beneficiosas para el cuerpo y mucho menos para el cerebro ya que pueden traer consecuencias graves si se prolongan durante mucho tiempo.
"Cuidar nuestra alimentación, también durante el verano, y estabilizar los horarios de comida –sobre todo aquellas personas que no se adaptan bien a los cambios–, es uno de los principales consejos que se pueden dar para seguir cuidando nuestro cerebro en verano", explica el Doctor Carlos Tejero, Vocal de la Sociedad Española de Neurología.
A pesar de los beneficios que una buena alimentación tiene sobre nuestra salud en general y sobre nuestro cerebro en particular, hay que tener en cuenta que los hábitos saludables tendrán un mejor resultado cuanto más tiempo llevemos practicándolos.
Numerosos estudios han relacionado el control calórico (reducir al menos un 20% del aporte calórico recomendado) con un menor riesgo de padecer enfermedades neurológicas, como el Alzheimer o el Parkinson. También hay otros que indican que aquellas personas que mejor han conservado la salud y su productividad con el paso de los años son aquellas que han mantenido su peso estable en los últimos 50 años. "Por lo tanto, aunque de vez en cuando podamos darnos un capricho, y más cuando estamos descansando y de vacaciones, debemos al menos intentar que estos sean una excepción, ya que se estima que los españoles aumentamos una media de 3 kilos cada verano", explica el vocal Tejero.
¿Qué alimentos son más beneficiosos para el cerebro? Uno de los miembros de la Sociedad Española de Neurología, el doctor David Ezpeleta, explica que "La dieta mediterránea es la que mejor le sienta a nuestro cerebro. Si se potencia el consumo de frutas y verduras, pescado, aceite de oliva, un poco de vino y si además esto lo unimos a realizar algo de ejercicio y a fomentar las relaciones sociales estaremos llevando a cabo la mejor dieta neuroprotectora que se puede recomendar".
Las dietas ricas en ácidos grasos poliinsaturados, como el omega 3 y el omega 6 –presentes en el pescado azul, ciertos vegetales, en la soja y en las nueces, entre otros–, pueden ayudar a prevenir enfermedades neurológicas como la esclerosis múltiple y el Alzheimer, aunque también en la protección cerebrovascular en general. "Existen muchos estudios en los que los beneficios de estos alimentos se explicaría por su acción en las membranas celulares, por su efecto antiinflamatorio y por su capacidad de reducir el colesterol malo y aumentar el bueno", explica el neurólogo Ezpeleta.
Por otra parte, varios estudios recientes han señalado que los alimentos ricos en componentes con efecto antioxidante y antiinflamatorio, como los frutos rojos, nueces o algunas especias pueden reducir el deterioro cognitivo asociado a la edad así como el riesgo de desarrollar enfermedades neurodegenerativas. "El listado de alimentos con estas propiedades es amplio, pero se piensa que son los polifenoles de las nueces, los frutos rojos, del vino o del curry y del azafrán los principales responsables de estos efectos saludables", destaca el doctor Ezpeleta.
Tampoco podemos obviar en nuestra dieta los cereales y legumbres, porque la glucosa que se obtiene de ellos, así como de frutas y verduras, proporciona energía al cerebro para funcionar, así como vitamina B6, muy importante para la formación de neurotransmisores. Los lácteos, por su alto contenido en calcio, desempeñan un papel muy importante en determinadas funciones del cerebro, como el aprendizaje y la memoria, así como en la supervivencia de las neuronas.
"Para que nuestro cerebro funcione correctamente, al igual que lo hace nuestro cuerpo en general, es necesario llevar una dieta equilibrada y adecuada a nuestras necesidades siguiendo la conocida pirámide nutricional. Lo adecuado es realizar comidas frecuentes, nutritivas y sin que sean muy abundantes. Y además, es necesario comer variado, incluyendo todos los grupos principales de alimentos, para evitar un déficit nutricional", destaca el doctor Carlos Tejero.
"Además de los alimentos mencionados, existen otros que, por sus nutrientes, pueden ayudar a que nuestras neuronas funcionen a pleno rendimiento. Estos alimentos son aquellos que contienen grasas saludables, vitaminas, magnesio, calcio, cobre, zinc, fósforo… porque son los nutrientes que más demanda nuestro cerebro", añade Tejero.
Fuente: Heraldo
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