Aunque existe la posibilidad de disfrutar de las legumbres sin necesidad de cuchara, los meses de más frío invitan a disfrutar de cocidos y potajes muy calientes que templen el cuerpo después de una jornada de trabajo dura. Pero, ya se sabe, que aunque disfrutarlas es un placer, la sobremesa no siempre es tan agradable, debido a la formación de gases. La clave para evitar esta molesta indigestión (sobre todo si hay que volver al trabajo) no es otra que usar una serie de trucos a la hora de cocinarlas, como los que se presentan bajo estas líneas.
Quitar la piel de las legumbres. Gran parte de los gases de estos productos residen en la piel que los recubren. Por eso, es recomendable ponerlos durante al menos 24 horas en remojo para que las vainas se ablanden y retirarlas sea así mucho más sencillo. Además, algunas variedades como las lentejas naranjas se comercializan ya sin ellas, siendo las sustitutas perfectas de un buen guiso casero donde la compañía perfecta pasa a ser el chorizo y la panceta.
Las lentejas con chorizo y panceta son un plato perfecto para el invierno.
Quitar la piel de las legumbres. Gran parte de los gases de estos productos residen en la piel que los recubren. Por eso, es recomendable ponerlos durante al menos 24 horas en remojo para que las vainas se ablanden y retirarlas sea así mucho más sencillo. Además, algunas variedades como las lentejas naranjas se comercializan ya sin ellas, siendo las sustitutas perfectas de un buen guiso casero donde la compañía perfecta pasa a ser el chorizo y la panceta.
Las especias, en el agua hirviendo. Aunque en gran parte de los pucheros tradicionales a base de legumbres las especias no tienen especial protagonismo, si se añade un poco de comino, orégano, hinojo, romero o tomillo, además de un toque muy especial, se mejorará el proceso digestivo. La clave es añadir estos condimentos cuando el agua del guiso rompe a hervir para aprovechar todas sus cualidades.
Romper el ciclo de cocción con agua fría. Esta medida retrasará unos minutos el tiempo de cocinado, pero la sobremesa será mucho más llevadera. Lo único que hay que hacer es añadir agua muy fría cuando rompa a hervir y retirar unos segundos del fuego. Después, habrá que colocar de nuevo el puchero al fuego y seguir cocinando con normalidad.
Una cucharadita de bicarbonato al agua. Uno de los trucos más conocidos y populares entre abuelos y padres es el de añadir una cucharada de bicarbonato en el agua antes de echar las legumbres que se vayan a cocinar.
En puré. Al triturar las legumbres, la digestión será mucho más sencilla y, por tanto, la posibilidad de que los gases hagan acto de presencia disminuye.
Y tampoco hay que olvidar disfrutar de estos guisos contundentes con calma, pues comer rápido implica la ingesta de más aire de lo normal y por tanto la aparición de gases durante la digestión.
Fuente: Heraldo.es
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