Nada como una taza calentita de una infusión rica para hacerle frente al frío.
Preparar una infusión no es ninguna ciencia, pero puede salir mal. Para que no falle nunca, seguí estos cinco consejos de Lipton.
CALIDAD. Utiliza un té de buena calidad es fundamental para el resultado final. Aporta mejor sabor, es más sano y no siempre se trata de las opciones más caras del mercado.
ALMACENAMIENTO. El té absorbe la humedad y los olores del ambiente en el que se encuentra, por lo que hay que elegir donde se lo guarda con consciencia. ¿Lo mejor? Ponerlo en estuches herméticos y a ellos almacenarlos en espacios secos, frescos y oscuros.
AGUA. Al igual que sucede con el té en sí mismo, la calidad del agua es fundamental. Según donde te encuentres, muchas veces es mejor utilizar agua filtrada. En el caso de que no cuentes con filtro, dejá correr un poco al abrir la canilla antes de llenar tu pava. ¡Y ojo! Nunca vuelvas a calentar el agua que quedó en la olla.
TEMPERATURA. Cada tipo de té requiere que el agua llegue a determinada temperatura. Para el caso del negro, tiene que estar cercana a los 100º, mientras que el té verde requiere de agua a 80º.
EL TIEMPO JUSTO. El lapso de infusión también depende del tipo de té. Para los verdes, deja la bolsita (o las hebras) de 1 a 3 minutos; para el negro, de 3 a 5; y los herbales, de 4 a 5.
Fuente: Planeta Joy
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