El robot coctelero está diseñado para hacer cualquier receta y ofrecer elegancia en sus movimientos.
En un pequeño puesto de cocteles en el centro del Barbican Centre de Londres, una multitud observa a un barman girar y agitar una coctelera llena de ingredientes para un martini de maracuya. Los movimientos del coctelero no son tan acrobáticos como los de Tom Cruise en Cocktail, pero el nivel de espectacularidad detrás de la barra es el tipo de cosa que normalmente llenaría un frasco de propinas.
Recetas de coctelería podrán reproducirse con exactitud gracias a este robot.
El asunto es, sin embargo, que las propinas no son una opción aquí. Después de todo, ¿en que gastaría el dinero un cantinero robot?
Makr Shakr, un sistema de coctelería robótica que atiende a clientes en la exhibición 'AI: More than Human' de Barbican este verano, es una creación del arquitecto italiano Carlo Ratti.
Si bien comenzó como un proyecto aislado para un evento de Google en el 2013, la tecnología es ahora un producto comercial vendido a través de Makr Shakr Srl, con sede en Torino (Italia).
La compañía ha entregado sistemas de cantinero robot a Royal Caribbean Cruises Ltd., así como a hoteles y exposiciones en todo el mundo. Emanuele Rossetti, director ejecutivo de Makr Shakr, habló con el editor de informes especiales de Bloomberg Markets, Siobhan Wagner, sobre como considera que la inteligencia artificial y el análisis de datos desempeñarán un papel en los bares y los restaurantes del futuro.
¿En qué se diferencia Makr Shakr de los robots utilizados para fines más industriales como la fabricación de automóviles?
Usa diferentes piezas. Una pieza es el brazo robótico, que proviene de la fabricación de automóviles. Los brazos se juntan con una gran cantidad de componentes que diseñamos, patentamos y construimos, como el cortador de limón, el dispensador de azúcar, el agitador y el dispensador de menta.
¿Qué hace que el diseño de un robot para preparar bebidas en lugar de uno para atornillar puertas sea más o menos desafiante?
Para producir un millón de automóviles iguales se necesita menos inteligencia artificial. Simplemente, se repite el mismo movimiento un millón de veces. Nuestra máquina es diferente porque interactúa con el ser humano. Lo hace mediante la aplicación (se descarga en su teléfono o se usa en un puesto), allí se decide la receta.
La persona decide si quiere una rodaja de limón o azúcar, o agitar o remover. La secuencia y el movimiento del robot son diferentes todo el tiempo. Otra diferencia es que en otra industria quieren optimizar velocidad. En este caso el objetivo era crear algo un poco humanoide. Decidimos no optimizar la velocidad o la eficiencia, sino la elegancia de los movimientos.
¿Cuál es su capacidad de fabricación?
Hace dos años hicimos gran inversión en ingeniería. Desde la Navidad pasada estamos en el mercado con una máquinita dramáticamente más barata (99.000 euros), en comparación con el prototipo original, de un millón de euros. Estamos estableciendo el sitio de producción y el próximo año podremos producir entre 70 y 80 robots por año.
¿Habrá versiones más nuevas?
Estamos probando componentes para que Makr Shakr introduzca leche y café. También trabajamos en otra máquina con componentes de alimentos para producir hamburguesas, frittatas o ensaladas.
Cuando haga el pedido sabremos su edad, su sexo y su país. Con el análisis sabremos la expectativa promedio y podremos sugerir proactivamente algo a su gusto.
¿La tecnología de aprendizaje automático podría hacer que Makr Shakr sea aún más avanzado?
Nos estamos convirtiendo en propietarios de big data. Hemos servido más de 1,3 millones de cocteles en todo el mundo. Sabemos en qué parte del mundo, en el momento del día, según el sexo de la persona y la temperatura exterior, lo que la gente quiere beber. También nos estamos convirtiendo en analistas de datos. En un futuro no muy lejano, podremos ser no solo reactivos, sino también proactivos.Cuando haga el pedido sabremos su edad, su sexo y su país. Con el análisis sabremos la expectativa promedio y podremos sugerir proactivamente algo a su gusto.
¿Qué hace mejor o peor cantinero a Makr Shakr en comparación con un bartender humano?
Comencemos con lo peor: Makr Shakr no tiene ninguna posibilidad de inventar una receta. Es estúpido. No tiene la capacidad de entender el sabor. Lo que hace mejor que un ser humano es copiar. Si la receta es perfecta, Makr Shakr puede copiarla millones de veces exacta a la original.
¿Cuánto podrá la robótica penetrar en el mercado de bares o restaurantes?
Las máquinas que preparan hamburguesas, espaguetis, ensaladas, pizzas o cocteles crecerán mucho. Cuestan menos que los seres humanos y producen con alta calidad. Pero necesitan trabajar al lado de las personas. Con Makr Shakr no estamos cancelando al cantinero. El punto es que usted se atiende a sí mismo. El robot es solo un ejecutor de su idea.
AGENCIA BLOOMBERG
Nestor Gómez
Fuente: El Tiempo
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