El Gourmet Urbano: #VINOS | ¿Qué especias podemos encontrar en el vino?

jueves, 5 de marzo de 2020

#VINOS | ¿Qué especias podemos encontrar en el vino?

Tradicionalmente, sobre todo en los vinos más añejos, se añadían especias al vino para su proceso de conservación
La acción en la que un experto en vinos abre una botella y se apresura a olfatearlo se produce porque éstos desprenden ciertos aromas que, aquellos que no están acostumbrados, difícilmente detectan. Uno de ellos es el que producen las especias como la vainilla, pimienta o canela, que normalmente se asocian en gastronomía al proceso de condimentar todo tipo de platos.

La sensación especiada del vino se aprecia en nariz, antes de degustarlo.


Esa característica de muchos vinos es aprovechada por los establecimientos gastronómicos más influyentes, logrando un maridaje óptimo entre especias, platos y vino. Pero, ¿de dónde les viene a los vinos el aroma a especia? ¿Qué especias encontramos en función del tipo de vino?

¿De dónde proviene el aroma a especia?


No es extraño que comparemos los vinos con los sabores de especias. En tiempos pasados, se utilizaban especias y hierbas aromáticas como método de conservación del vino. Sin embargo, a día de hoy, se aprovechan los aromas primarios, es decir, que provienen de la propia variedad de la uva (presentes de forma natural en algunas variedades). Los vinos jóvenes adquieren, debido a los aromas intrínsecos de la vid, toques especiados vegetales (hinojo, canela...).

Muchos de los aromas especiados nacen en el proceso de envejecimiento del vino

Asimismo, en el proceso de fermentación alcohólica, el vino adquiere otro tipo de aromas (secundarios), entre los que no destacan las especias. Son los vinos de mayor añada, es decir, aquellos que han pasado por madera (sobre todo de roble) en la fase de crianza, los que más aromas especiados presentan (vainilla, pimienta, canela, jengibre...). Se les denomina aromas terciarios.

El vino y la madera de roble


Se dice que muchos vinos envejecidos tienen aroma a vainilla. Esto es porque el aroma a vainilla es característico de la madera de roble. Sin embargo, en función de la madera, el vino puede tener toques de coco, clavo, jengibre, canela o pimienta, entre otros. En cualquier caso, el vino y las especias tienen una conexión inmejorable. Por ello, a la hora de ejecutar el maridaje con los diferentes platos, se tienen muy en cuenta los aromas del vino.

Precisamente a la hora de casar vino y platos, algunas especias empleadas en los segundos mejoran la experiencia de degustación del vino. Por ejemplo, la canela suele ser perfecta para toda clase de vinos dulces (concretamente vinos blancos de alta madurez), la albahaca para los rosados y la pimienta o el jengibre con tintos de cuerpo. Otra unión, un tanto exótica, es la de la menta con vinos blancos muy frescos. La consecución de un maridaje adecuado entre platos y vino, con la inclusión de especias, puede resultar una de las mejores sensaciones gastronómicas.

Fuente: Diario Vasco

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