#UTENSILIOSDECOCINA 🍴 | Freidoras sin aceite, ¿dónde está el truco?

Freidora sin aceite Getty Images/iStockphoto

Analizamos qué tan saludables son las elaboraciones que se cocinan en este nuevo electrodoméstico

Ya hace unos años que, a las freidoras convencionales, en las que sumergimos los alimentos en aceite, les ha salido una competidora: las que evitan, precisamente, el uso del aceite. Se trata de aparatos que cocinan los alimentos mediante aire caliente y que se anuncian como la opción saludable ante la fritanga. Ahora bien, ¿lo que sale de estas freidoras sin aceite está realmente libre de grasas? La respuesta es que no.

En realidad, estas “freidoras sin aceite” no son freidoras, sino “pequeños hornos de convección por aire caliente”, afirma la OCU, que explica que “al igual que ocurre con los alimentos que se meten en el horno, para conseguir mejores resultados se aconseja usar un poco de grasa y las propias freidoras suelen recomendar el añadido de una cucharada de aceite a lo que se vaya a cocinar”, aseguran desde este organismo privado de defensa del consumidor.

Podemos imaginarnos que cocinar unas patatas congeladas en una freidora sin aceite nos permitirá disfrutarlas sin reprimirnos, porque no tendrán grasa. Pues bien, cabe recordar que las bolsas de patatas congeladas listas para freír analizadas por la OCU contienen aproximadamente un 7% de aceite, algo que también ocurre con alimentos ya preparados para rebozar, porque en el ultra procesado les añaden grasas.

Freidora sin aceite Getty Images/iStockphoto

Una opción para evitar grasas y asegurarnos de lo que comemos es, por ejemplo, freír patatas crudas. Eso sí, el tiempo de cocción en la freidora sin aceite se puede alargar el doble respecto a una freidora tradicional y se recomienda, igualmente, añadir una cucharada de aceite.

Es importante saber que en este tipo de freidoras se cocina todo a la vez. Es decir, que si, por ejemplo, las patatas, se cortan en trozos irregulares, las más pequeñas empezarán a quemarse cuando a las grandes aún les falte un rato para estar a punto.

A la hora de elegir la freidora sin aceite adecuada, la OCU recomienda pensar bien como se usará. Hay que tener en cuenta que existen “freidoras para cantidades menores de 500 gramos, para una persona sola o una pareja; entre 500 y 1.000, suficientes para una familia media y, por último, para más de 1.000 gramos, pensadas para una familia grande” o para la hostelería.

Las freidoras sin aceite son una alternativa a las tradicionales, pero sigue siendo preferible optar por formas de cocinar más saludables, como el vapor o la plancha

Una vez tengamos la freidora sin aceite en casa, hay que tener en cuenta que el aire debe circular y, por lo tanto, no conviene sobrecargar el aparato. Puede ser una buena solución utilizar una balanza de cocina para ajustarnos a la cantidad adecuada de alimento.

También hay que evitar que se tuesten demasiado las patatas o lo que queramos freír, para no ingerir acrilamida, una sustancia química nociva. Según el Instituto Nacional del Cáncer de Estados Unidos, algunos estudios “han encontrado que la exposición a la acrilamida incrementa el riesgo de varios tipos de cáncer”. Esta institución añade: “En el cuerpo, la acrilamida se convierte en un compuesto químico llamado glicidamida, la cual causa mutaciones y daños al ADN”. Mucho cuidado, pues.

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Hay que recordar también limpiar la freidora después de usarla, cuando ya no esté caliente. Se puede usar papel de cocina para eliminar los restos de comida y de grasa.

Las freidoras sin aceite, pues, son una alternativa a las tradicionales, pero no son la panacea. Sigue siendo preferible optar por formas de cocinar más saludables, como el vapor o la plancha. Aun así, pueden ser un complemento útil en nuestra cocina.

AITOR ÁLVAREZ

Fuente:  La Vanguardia