La caponata ocupa un lugar destacado en el recetario popular de Italia. Se trata de una de esas elaboraciones nacidas en las entrañas de las cocinas de los pueblos, que se abastecían de los recursos aportados por el entorno. En el caso de la caponata, ese lugar es Sicilia, una isla en mitad del Mediterráneo colmada de huertos con hortalizas y olivos. Son las berenjenas y las aceitunas las que marcan el carácter de esta elaboración tan sencilla como sorprendente.
Para David Maestre, cocinero de Fokacha, el detalle primordial es el pochado, porque “la caponata, como todo guiso que aspire a estar rico, se asienta sobre la base de un pochado lento, en este caso, de la cebolla y el apio”. ¡Brillante acotación! El buen pochado no concede atajos; requiere de tiempo, paciencia y mucho mimo. Estas herramientas –poco habituales hoy en día– propician la concentración de los jugos de los ingredientes a través del elemento graso, el aceite de oliva, hasta obtener una consistencia acaramelada.
Ese proceso de pochar guarda siempre una imagen poética, la del diálogo sordo que se da entre la olla y el cocinero, cuando este levanta la tapa y, mientras acaricia con el cucharón de madera las verduras cocinándose, atiende las necesidades que expresa el guiso en ese instante: si requiere de más grasa, o menos fuego, si tiene la humedad apropiada…
Angelo Mazzette, nuestro jefe de cocina, sitúa como detalle principal de la elaboración el momento de la mezcla final de los ingredientes: “Añadimos la aceituna y la alcaparra casi al acabar el pochado y, una vez fuera del fuego, a continuación sumamos la berenjena frita; de esa manera logramos ligar las distintas texturas y que los sabores queden integrados; ¡ah! y la albahaca cortada a trocitos con la mano, nunca con el cuchillo”.
La suma de estos pormenores consigue un plato que en la boca deslumbra por el equilibrio perfecto entre la sensación cremosa de la berenjena, la acidez del vinagre, la dulzura del azúcar y el tomate y la salinidad de la anchoa. La mezcla es portentosa.
Ingredientes (cuatro personas):
- 160 gramos de cebolla
- 150 gramos de apio
- 90 gramos de aceituna negra
- 25 gramos de alcaparras
- 1300 gramos de berenjenas
- 50 gramos de azúcar
- 50 gramos de vinagre de Jerez
- 400 gramos de salsa de tomate
- 35 gramos de piñones
- Anchoas
Elaboración:
- Pelar la berenjena, cortarla en dados; freír esos dados en aceite de oliva; disponer la berenjena frita en papel secante para que absorba el exceso de grasa de la fritura.
- Con tomates naturales elaborar una salsa concentrada; corregir la acidez añadiendo azúcar; reservar.
- Picar la cebolla y el apio en brunoise (en pequeños dados); pochar ambos a fuego muy suave.
- Una vez la mezcla de la cebolla y el apio tengan un aspecto caramelizado, añadir la alcaparra y la aceituna picada y dar una vuelta al conjunto.
- Añadir el vinagre y el azúcar al rehogado anterior y continuar la cocción. Fuera del fuego, agregar la berenjena y el tomate; corregir el punto de sal y pimienta.
- Añadir la albahaca y los piñones tostados.
- A la hora de servir, disponer la mezcla en el plato y acompañarla de unas anchoas en la salazón.
César Martín / Riki F. Callejo
Fuente: El País
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