Puedes acompañar este plato con pan o con unas deliciosas tostadas.
Foto: Getty
Un poco de la historia de este plato
En el mundo de la gastronomía existen un sinfín de propuestas culinarias para cautivar el paladar de los comensales. Este plato, famoso por su tradicionalidad y practicidad nació producto de los experimentos del químico orgánico Justus von Liebig. Sin embargo, sería en 1873 que el alemán Carl Heinrich Knorr y el suizo Julius Maggi perfeccionarían este “invento culinario” cuando decidieron comercializarlo y convertirlo en sopas instantáneas a las que se podían añadir cualquier cantidad de ingredientes.
El caldo de pollo o de gallina, es una receta que se caracteriza por servirse con trozos de pollo, arroz, cebada, arveja, zanahoria, y apio, entre otros, considerándose también como un remedio efectivo, nutritivo y casero contra dolores de estómago, gripes y resfriados. Fácil, con pocos ingredientes y muy práctica. ¡Manos a la obra!
INGREDIENTES
- 300 gr Huesos de pollo
- ½ pechuga
- 100 gr puerro
- 50 gr apio
- 100 gr zanahoria
- 1 cabeza de ajo
- 100 gr cebolla cabezona
- Tomillo y laurel
- Pimienta negra en pepa
- 2 copas de Vino blanco
- 80 gr pasta tomate
- 2 lt agua
PREPARACIÓN
- Dorar los huesos de pollo en un caldero grande con un poco de aceite y una pizca de sal y pimienta.
- Mientras los huesos se están dorando, cortar los vegetales en trozos grandes (entre 3 y 4 cm) y la cabeza de ajo cortarla a la mitad. Una vez estén bien tostaditos los huesos, retirar del caldero y agregar los vegetales.
- Dorar los vegetales y los granos de pimienta lo más posible sin que se quemen y agregar nuevamente los huesos del pollo.
- Agregar la pasta de tomate y mezclar. Después agregar el vino blanco y dejar que tome punto de hervor. Una vez evaporado el alcohol del vino agregar el agua, el tomillo y el laurel. Dejar que tome punto de hervor y bajar la temperatura hasta donde se mantenga un hervor muy suave.
- Cocinar por lo menos durante 4 horas. Durante la última hora de cocción, agregar la pechuga sin piel para cocinarla. Una vez cocida desmenuzarla y reservar.
- Colar el caldo y llevar a hervor. Corregir punto de sal y servir. Agregar la pechuga desmechada.
Un consejo para que esta receta quede en su punto, es que durante la última hora de cocción agregues la pechuga sin piel para cocinarla.
Santiago Cañas, chef / IG: @santiagoccocina
Fuente: El Espectador
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