Mucha gente evita que su cerveza tenga espuma pero esto puede terminar siendo contraproducente. No se trata sólo de gustos, la espuma tiene una razón de ser científica y le da sentido a la bebida
La cerveza es una de las bebidas alcohólicas más populares. Se puede ver en todos lados: bares, restaurantes y hasta locales de comida rápida. Al ser tan consumida, hay una gran cantidad de mitos construidos en torno a cómo debe ser consumida. Uno de los más debatidos es la espuma en la bebida.
Muchos consumidores de cerveza evitan que su cerveza tenga espuma y aunque parezca solo un atributo de la bebida para hacerla más atractiva, esta tiene una razón de ser que puede resultar en grandes cambios para los tomadores habituales. Los conocedores del tema aseguran que tiene algunos beneficios ya que le da una cobertura natural que conserva la frescura por más tiempo.
Aunque no parezca, podemos encontrar un poco de ciencia detrás de la espuma de la cerveza. Desde su producción hasta que se sirve esta bebida transita diferentes procesos químicos y físicos en los que nadie piensa al tomarla.
LA ESPUMA DE LA CERVEZA PUEDE PARECER MENOR, PERO ES UNA PARTE IMPORTANTE DE LA BEBIDA
En el proceso de fermentación de la bebida, cuando las bacterias comienzan a hacer su labor transformando los azúcares de la cerveza en alcohol, se forma dióxido de carbono. Para incorporar el CO2 a la bebida, la cerveza se mantiene presurizada y el gas poco a poco se va disolviendo en el líquido. Al servirla, la presión se elimina y el dióxido de carbono se libera en forma de burbujas.
Cuando se observa la cerveza servida en un recipiente de vidrio, se aprecia cómo, una vez que se asienta, las burbujas aparentemente suben. Lo que muchos no notan es que en realidad también bajan. Esto es consecuencia de la formación de una corriente circular al servirla, lo que obliga a que la cerveza en el centro del vaso suba, y la que está a los bordes baje.
Otro dato científico respecto a la famosa bebida es el color de la espuma. Ésta generalmente es blanca, como consecuencia de que la espuma dispersa la luz de forma distinta a la cerveza. Cuando la luz le pega a la espuma, se dispersa y refracta cientos de veces. Esto resulta en la mezcla de todos los colores del espectro electromagnético que, en conjunto, hacen que la espuma tome su color blanco.
SEGÚN LOS EXPERTOS, LA ALTURA IDEAL DE LA ESPUMA ES DE NO MÁS DE 2 A 3 CENTÍMETROS
En conclusión, los expertos aconsejan que lo ideal es que la corona de espuma tenga una altura de no más de 2 a 3 centímetros. La consideran un factor esencial al momento de consumir la bebida, ya que contiene ácidos de lúpulo que le dan ese particular amargor y aroma, y hacen que se estabilice la presencia del gas. La espuma protege el sabor y aroma de la cerveza, y al evitar el contacto de la bebida con el aire, no se oxigena perdiendo gas más lentamente.
Fuente: mdz
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